Friends

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Después de todos los cambios que viví: el nuevo trabajo, Mingyu comportándose más simpático que de costumbre, Susan visitándome continuamente en la biblioteca. Todo acabó convirtiéndose en monotonía, despertaba y recogía las cosas que habían dejado Seungcheol y mi hermana y preparaba el desayuno para Mingyu antes de despertarlo, jugaba hasta la hora de la comida junto con el que se había convertido en mi... ¿amigo? Si es que no estábamos ocupados en otros asuntos más interesantes, trabajaba y cuando volvía cenaba y dormía. Todos los días eran igual y apostaba que se sentiría extraño si alguno de esos factores eran alterados hasta que finalmente, ocurrió.

Comenzó siendo raro cuando llegué a casa y mi cuñado me dio la bienvenida con aquella sonrisa que debía de estar dañando su rostro, Mingyu no estaba en el salón viendo cualquier programa chorra así que supuse que estaría en la habitación leyendo algún libro que encontrase en mi estantería. Tampoco. Aclaré mi garganta cuando entré en la cocina y saludé a Seunghee.

― ¿Dónde... dónde está Mingyu? ―murmuré mientras que cogía un poco de lo que estaban preparando para cenar. Seungcheol se adelantó a contestar como si estuviese esperando mi pregunta.

―No te lo vas a creer. Hace un par de noches me dijo que quería ir a revisión, al parecer estaba harto de sentirse un idiota y que al menos quería probar si realmente había una segunda oportunidad para él. ―Sabía que estaba sonriendo como un idiota; sin embargo, no lo oculté en ningún momento.

― ¿En serio? ¿Finalmente lo hizo? Estoy seguro de que pronto podrá conseguirlo.

―A pesar de que al principio no estaba muy contenta con la llegada de Mingyu, creo que al final fue muy bueno para esta casa. ―Intervino Seunghee.

― ¿Qué quieres decir? ―pregunté.

― ¿No es obvio? ―Fue Seungcheol quien contestó mientras que compartía una mirada con mi hermana que parecía llena de significado. ―No eres el mismo desde que él llegó, él tampoco lo es. Habéis cambiado demasiado haciéndoos compañía y no creo equivocarme cuando digo que ha sido algo positivo. Antes esta casa parecía estar llena de tristeza y no lo digo sólo por ti, era todo demasiado frustrante; sin embargo, ahora esto parece un verdadero hogar.

Quise responder, soltar la primera excusa que pasara por mi mente, a pesar de que ellos no habían dicho nada, sus sonrisas parecían gritar en silencio que sabían de esa relación extraña que había entre Mingyu y yo; sin embargo, el móvil de Seungcheol nos interrumpió.

―Es Mingyu, ya ha terminado por hoy y me ha pedido que vaya a recogerlo en el coche, ¿por qué no vas tú? ―De nuevo el tono de su voz parecía expresar segundas intenciones.

Hacía tiempo que no conducía, era algo que me relajaba, escuchar mi música favorita a todo volumen mientras que el aire se colaba por la ventanilla revolviendo mi cabello. Era ese tipo de libertad que pocas veces saboreaba, aunque últimamente había encontrado otros medios para llegar a ella.

Mingyu esperaba a las afueras del hospital, se veía aburrido y algo cansado, también sorprendido cuando consiguió ver mi rostro y no el de su hermano. Bajé rápidamente para ayudarlo a subirse a pesar de sus protestas y guardé su silla en el maletero.

― ¿Por qué viniste tú?

―Se supone que lo que deberías es darme las gracias por venir hasta aquí por ti después de un duro día de trabajo.

―Gracias. ―dijo rápidamente. ―Es por eso que no quería que vinieses tú, suficiente haces durante todo el día. ―continuó mientras que observaba a través de la ventana. Sin querer una tonta carcajada se escapó de mis labios, lo miré de reojo y él sonreía de lado como respuesta haciendo que las mariposas de mi estómago se revolviesen. ―No conduzcas hacia casa, quiero invitarte a cenar.

―Oh, bueno, eso... ―Pánico. Yo podía ser Jeon Wonwoo en casa, en el coche, ¿fuera? ¿con gente? Sólo una sombra.

―Sé lo que estás pensando, pero estás conmigo, ¿recuerdas? Nada va a pasarte.

Con las manos temblorosas seguí conduciendo, no sabía a qué lugar dirigirme, qué estaba pasando por su mente cuando se le ocurrió invitarme. Al final fui a lo más fácil, la luz de McDonald brillaba con fuerza alumbrando parte de la calle. Para mi suerte, no estaba demasiado lleno, no tanto como mi mente había comenzado a inventar; sin embargo, gran parte de las mesas estaban ocupadas.

―Coge mesa, yo iré a pedir. ―dijo Mingyu. Al parecer sí que había cambiado, antes no se le habría ocurrido aparecer en un lugar así con su silla y mucho menos ir a pedir entre todos aquellos desconocidos. Por mi parte, mis dedos agarraban con fuerza el filo de la mesa para evitar el impulso de ponerme la capucha de la sudadera en cualquier momento. Tomé mi móvil en su defecto y busqué cualquier cosa por internet, en realidad ahora que lo pienso, no recuerdo qué estaba haciendo hasta que una voz llamó mi atención.

―Choi, corre, ven, mira a quién tenemos aquí. ―Levanté la vista, rezando porque me estuviese equivocando y Youngsoo no estuviese justo delante de mí, para mi mala suerte, nunca fui demasiado creyente. Él me recibía con una gran sonrisa, tenía el cabello un poco más largo de lo acostumbrado, cubriendo un poco sus ojos y su mandíbula más marcada. Choi no tardó en aparecer junto con Haneul quien no tardó en dirigirme aquella mirada engreída que solía dedicarme.

Mi peor pesadilla se había vuelto realidad, mis peores enemigos se había materializado justo delante de mí y yo, ya me estaba proclamando perdedor de aquel encuentro incluso antes de haberlo empezado.


Depressed [Meanie]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora