Achievement

326 60 16
                                    

Si tuviese que señalar cada momento en el que el miedo me sobrepasó, posiblemente no sabría cuál elegir, quizá porque hubo tantos y tan continuamente que no podría incluso recordar cada uno de ellos. Todo se volvía un caos cuando cada pequeña decisión se convertía en un mundo, simplemente porque cada una de ellas podría traer una fatal consecuencia. La negatividad me poseía, esa era la razón por la que había decidido mantenerme alejado de todo y de todos.

El mundo creía tonterías como que era demasiado tímido como para mantener una conversación normal, pero eso eran simples sandeces. Incluso en alguna ocasión yo mismo llegué a creerlas de tanto escucharlas; sin embargo, la realidad era que me aterraba saber que por mi culpa alguien podría sufrir como Hoshi, Jihoon y Jun lo hicieron, de tal forma que incluso tuvieron que alejarse de mí. Después de aquello mi cerebro llegó a frustrarse tanto que a la única respuesta que llegó fue que yo era alguien tóxico, alguien que merecía estar solo y que el resto, viviría mejor si no tuviese ningún tipo de contacto conmigo.

Después de un tiempo así, acostumbrado a la oscuridad de mi habitación, el simple hecho de pensar en mantener una simple conversación con un desconocido se volvió una travesía imposible, mis manos sudaban y mi organismo olvidaba completamente cómo era funcionar correctamente.

Mingyu apareció para devolverme a la realidad, todos teníamos fallos, todos rompíamos amistades y hacíamos unas nuevas pero, ante todo, yo debía de ser quien quería ser. Jamás esperé el apoyo de alguien que no fuese Seunghee o Seungcheol; sin embargo, Mingyu lo volvió a hacer, diciendo exactamente lo que necesitaba escuchar. Grabando en mi memoria cada segundo, cómo su rostro respondía a mi historia sobre cómo tuve que soportar tanto durante mis años en el instituto por gustarme alguien que... ¿no debía?

―No sé qué decir Wonwoo, no quiero sonar hipócrita cuando yo fui uno como esos que se encargaron de hacerte la vida imposible; sin embargo, créeme cuando te digo que no hay nada malo en ti ¿me escuchas? Eres tan jodidamente perfecto que ojalá gritárselo al mundo, todos deberían de saberlo. La culpa es de aquellos que creen que haciendo daño a otros, destrozándolos, se convertirán en los mejores cuando lo único que hacen, que hacemos ―se corrigió mirando hacia otro lado―es convertirnos en basura.

―No. ―grité. ―No. ―Repetí de nuevo más suave, mientras que me acercaba lo suficiente hasta que pude dejarme caer sobre su pecho y escuchar su pesado corazón. ―Piensa en que todos ellos normalmente siguen así toda su vida, tú cambiaste, tú te convertiste en una buena persona, demasiado, dudo que alguien pueda merecerte. ―Mingyu sonrió de medio lado, con ojos cristalizados observando los míos como si fueran su mundo. Lentamente sus labios rozaron mis labios, quedándose en solo eso. ―Te quiero. ―murmuré sobre ellos.

Desde entonces, el miedo de aceptar mis sentimientos, el pánico de asumir qué era Mingyu para mí se evaporó, aquella nube de humo y de dudas desapareció por completo, quedando solo él, sus sonrisas y su voz ronca mientras que deslizaba sus dedos a lo largo de mi piel desnuda.

― ¿Wonwoo? ―gritó desde el salón. ― ¿Puedes venir un momento? ―Cuando llegué, encontré a aquel joven que parecía un niño pequeño jugando con sus propios dedos y mirando a cualquier punto. ― ¿Te importaría hoy llevarme a rehabilitación?

―Claro pero, ¿qué pasó con tu hermano? ―pregunté mientras que buscaba las llaves del coche entre los trastes que acumulábamos en una pequeña bandeja junto a la puerta. ― ¿Hoy saldrá con Seunghee? ―Intenté adivinar, no parecía mala idea desde que era viernes por la tarde.

―No... ―La voz de Mingyu sonaba más nerviosa de costumbre, lo suficiente como para dejar todo lo que estaba haciendo y prestarle toda mi atención. Me acerqué hasta él y peiné su cabello hacia un lado con mis dedos, consiguiendo que por fin me mirase a los ojos. Aquello era suficiente, un silencioso "estoy aquí para lo que necesites". ―Es solo... Es una tontería, no importa.

―Seguro que no lo es, vamos cuéntamelo. ―dije mientras que me colaba en cuclillas frente a él para estar cara a cara.

―He mejorado mucho, ya lo sabes y hoy es posible que pueda caminar más seguido, algo más.. ¿oficial? Ya sabes, me haría mucha ilusión si pudieses estar en ese momento, quiero vivirlo junto a ti, quiero que seas tú quien vea mis primeros pasos. ―Sus palabras me habían absorbido tanto, que no me di cuenta de que él estaba llorando. Mingyu era más sensible de lo que quería aparentar; sin embargo, nunca mostraba sus lágrimas abiertamente como en ese momento.

―Nada me haría más feliz. ―murmuré eliminándolas de su rostro, besando rápidamente sus labios para dirigirnos rápidamente hacia el coche.

Definitivamente después de estas, vinieron muchas más lágrimas, pero esta vez por parte de ambos. Ver como sus piernas cobraban vida y era capaz de desplazarse, aunque lentamente, fue la sensación más reconfortante que tuve en toda mi vida. Mingyu se dirigió con paso seguro hacia mí, las venas se marcaban a lo largo de sus brazos por el esfuerzo al apoyarse sobre unas muletas, hasta que finalmente estuvo tan cerca que su presencia era capaz de consumirme, dudaba que fuese capaz de acostumbrarse a su desmesurada presencia.

―Lo conseguí. ―dijo él cuando ya había roto en llanto.

―Y no sabes cuán orgulloso estoy de ti.

Mingyu decidió que después de tanto esfuerzo merecía un premio, así que, después de varias protestas pasamos por el supermercado para comprar los ingredientes para una cena perfecta para ambos aquella noche. Él estaba de buen humor, aún más cuando el médico le permitió que pudiese caminar algo de tiempo cada día mientras tuviese las muletas con él.

―Deberíamos de comprar algo para mañana. ―comentó distraídamente mientras que echaba algo en el carro.

― ¿Mañana? ¿Qué tenemos mañana?

― ¿¡Wonwoo!? Te lo dije, mis amigos vendrán a casa mañana. 

Depressed [Meanie]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora