The Ghost of You

Favores al Principe

-No jodan, no frente a mi !! - grito Damien mientras salía a indignado de mi baño -  Tienen 20 minutos, no esperare más !!! - termino de gritar por el pasillo el pelinegro.

Craig sonrío mientras le hacia su seña a la puerta, me acerque a el y lo abrace con fuerzas mientras comenzaba a besar suavemente su cuello.El fantasmal chico se estremeció mientras descendía peligrosamente sus manos por mi espalda, parando en mi cintura para atraer esta a la suya con un poco sutil empuje, jamás en la vida un solo movimiento me había calentado a tal punto, Tucker hacia estragos en mi ser.
Deslice mis dedos por la sudadera del fantasmal chico mientra nos besábamos lentamente pero en un parpadeo note como las prendas negras que me habían acompañado como la muerte volvían a mi cuerpo, mientras horrorizado descubría que no podía quitarle la ropa a Craig.
-No Jodas ! - Craig se separó bruscamente mientras miraba como mi atuendo había vuelto - acaso no existe el sexo después de la muerte ?!'
-O con la muerte?!- respondí frustrado mientras escuchaba desde el pasillo la estruendosa risa de Damien - si mate a la muerte y un par de demonios quizás matar a Damien también sea posible- gruñí entre dientes, Craig me miraba desanimado, pareciera que por cada paso que avanzamos nos topábamos con nuevas y desagradable sorpresas. Me acerqué a él y bese su frente.
-Ngh da igual Craig, al menos estamos aquí juntos y saldremos de esta juntos.
-Quien diría que la muerte podía ser tan encantadora- me respondió acariciando una de mis mejillas con su mano - pero me parece una burla del destino esta situación.
-Hey maricas si ya descubrieron que sus vergas no funcionan en este plano es hora de irnos, tenemos poco tiempo y mucho que hacer!!! - nos grito Damien quien aún se ría de nuestra situación, en mi cabeza aún estaba latente la idea de seguir cometiendo homicidios como muerte y tenía claro que el demoníaco chico era mi víctima perfecta.
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Llegamos a la entrada del infierno, donde en un pedestal Damien señaló un pesado y antiguo libro.
- Hoy hay concilio infernal - comentaba Damien mientras hojeaba aquel libro, nos miró y al notar nuestra completa ignorancia en el tema suspiro pesado y procedió a explicarnos - Personajes influyentes, mi estupido Padre y algunas deidades se reúnen y hablan sobre diversos temas importantes en el infierno, se debate sobre las almas que merecen mayores castigos y cuáles pueden ser tomadas. A veces algunos demonios o incluso Ángeles piden almas humanas atrapadas en el limbo, como paso con Craig, para sus fines personales- alce una ceja, al estar en aquel lugar solo podía imaginar los peores usos para aquellas almas.
- No pongas esa cara Tweek, ya descubriste por tu cuenta que no puedes follar con almas- me miro burlesco mientras seguía hojeando el libro - algunos demonios quieren asistentes o a veces deidades se enamoran de humanos y desean conservarlos, son muchos los casos, pero todos deben ser aprobados en el concilio por las máximas autoridades, entre ellos tú.
-Gha!! - me invadió el pánico, acaso quería que estuviera junto a todas esas criaturas que probablemente me odiarían por matar a la muerte original- No puedo !!! No estaré ahí, es demasiadas presión!!
- Tú no lo decides idiota ! Es tu deber como Muerte asistir, pero si jugamos bien nuestras cartas ambos podemos ganar lo que queremos- sus ojos ámbar brillaron ferozmente mientras una oscura aura le rodeaba.

- Ambos ? - preguntó Craig, flotando hasta mi lado- que es lo que quieres de Tweek Damien ?!

El anticristo siguió concertado hojeando el libro sin prestar atención a Craig quien estaba claramente encabronado. Damien alzo la vista y sonrío burlesco mientras apuntaba con si dedo indice un nombre en una extraña lista del libro, Craig se acerco para ver lo que Damien apuntaba.

-Mierda...

-Asi es fantasmita, estas en la lista de almas pendientes en el concilio, es ahi donde se decidirá tu destino

-Gha !!! Que no mate a los tipos que querían su alma ?!!

-Asi es idiota, por lo que nuevamente no tiene ni dueño ni destino, cualquiera de los miembros del concilio podría reclamarlo, incluso yo - dijo alzando una ceja mientras me miraba desafiante.