38: No digas mi nombre

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-¿A dónde irás?- hablé con algo de intriga a Hoseok quien se encontraba frente a mí.

-Solo iré un par de meses a Londres, mamá necesita a personal administrativo en el hotel.- sonrió ampliamente mientras apretaba mis mejillas.

-Claro.. lo normal- esta vez lo solté con algo de ironía.

El no pudo evitar soltar una carcajada y me tomó de los hombros.

-No te preocupes... Volveré.- sacudió mi cabello y dejó un casto beso sobre mis labios. -Debo irme ya.-

-Está bien.. te esperaré.- sonreí con algo de tristeza interna.

-Todo estará bien cariño- me dedicó una mirada reconfortante y salió un poco de la casa parándose en el primer escalón que llevaba a la puerta. -Te amo.-
-Yo también te amo.- tomé la puerta con ambas manos y al ver su retirada la cerré lentamente.

Corrí hacía la ventana y jalé un poco de la cortina para verlo subir al auto.

Sería un poco triste no tener la compañía y el amor de Hoseok, presentía que algo malo me esperaba.

(...)

El día pasó rápido, ya eran las 12:00 y me fuí a la cama.

El espacio vacío de la cama y el espacio vacío de mi corazón me hacían saber lo importante que se había vuelto Hoseok para mí existencia.

Tuve que levantarme a por una camisa suya por qué en realidad necesitaba sentirlo conmigo, era indispensable para mí desde el momento en que apareció ante mí y hasta este momento me daba cuenta de ello.

Tomé una almohada y la camisa de Hoseok, las abracé juntas y esa fue la única manera de conciliar el sueño.

Al despertar hice mi rutina matutina diaria.

Levantarme, lavar mis dientes, lavar mi rostro, tomar una ducha y asear la habitación.

Al bajar desayuné un poco de cereales ya que no me apetecía elaborar algún alimento complicado.

(...)

Sentada en el sofá marrón sentí fuertes deseos de vomitar y un dolor punzante en el abdomen bajo.

Corrí hacia el retrete y saqué todo ese delicioso pastel de arándanos que pocos minutos antes había devorado.

Y si, dije que no me apetecía elaborar nada complicado, pero me ví en la necesidad de ir en busca de una rebanada de pastel de arándanos que se me había antojado.

Supuse que era algo pasajero así que le resté importancia.

(...)

Dos días seguidos con punzadas en el vientre y vomito constante.

Esta vez lo tomé enserio y me disponía a ir al médico, pero no me esperaba encontrarlo ahí.

-¿Qué haces aquí?- sujeté con fuerza la puerta pero el las empujó levemente para entrar.

Luché un poco por cerrarla pero como era de esperarse, el logró entrar.

-Vine a hablar.- se sentó en el sofá marrón.

-No. Vete, voy a salir.- le indiqué la puerta pero este me ignoró.

-¿Dónde está el bastardo?- se puso de pie y estuvo merodeando por mi casa.

Minutos después de haber recorrido la mayoría de mi casa me decidí a hablarle.

-Oye... ¿Terminaste?- volteó a verme y se acercó.

Cuando Te Alejaste De Mí [Taehyung x reader]Where stories live. Discover now