KUROSHITSUJI (La Hermana De Ciel Phantomhive)

|BOOK OF CIRCUS 2|

Se levantó de su cama, la verdad toda la noche no pudo dormir ni siquiera un minuto y solamente sentía una extraña sensación.

Solo se limitó a mirar hacia su ventana y se dio cuenta que las estrellas desaparecían por la luz del sol.

Ya estaba amaneciendo.

Escuchó a alguien tocar su puerta, pensó que era Sebastian, aunque aun era muy temprano como para que viniera a dejarle el té.

— Adelante, Sebastian— escucho la puerta abrirse, así que solamente se giró — Ah... Eras tu Ciel—

Miro que su hermano se encontraba con su cabello un poco revuelto, sin su parche que dejaba a la vista su ojo derecho y aun llevaba su pijama puesta.

— Creo que despertar temprano no es para ti, así que... ¿Debería preguntar si ocurre algo?—

Un silencio se formó entre ambos.

Tal vez no ocurría nada que fuera grave.

— Dentro de poco me iré de viaje— soltó Ciel

— No me sorprende—

— Y quiero que vengas conmigo...— aclaró

— Tienes a Sebastian él puede con todo lo que se presente.. —

— Tienes que ir— afirmó rápidamente

— Ciel... — se acercó a él y lo miro directamente a los ojos —Eres muy gentil, pero no pienso ir—

(Tn)________ ya no hablo de nuevo. Esas eran sus últimas palabras y si Ciel quería tanto que ella fuera sencillamente ella se negaría.

¿Por qué?

Solamente quería estar en casa un tiempo.

Tal vez, conocer un poco más de cerca a los empleados, hablar un poco con Tanaka o... Simplemente quedarse encerrada en su alcoba todo el día.

— Está bien. Pero, tienes que leer esto ahora— extendió su mano dónde se encontraba un sobre.

Ella miro extrañada aquello que tenía su hermano entre su mano y solo tomo la carta examinándola con sumo cuidado.

— ¡Esto es...!—

¿Cómo es que esa carta seria para ella solamente? ¡Esto definitivamente no tenía sentido!

Levantó la vista hacia Ciel, él no dijo nada, solo con la mirada le preguntaba '¿Aceptas?'

❁✥✻✼❅❅✼✻✥❁

Las maletas, el carruaje y las personas que viajarían estaban listas, si ya no había ningún contratiempo entonces partirían cuanto antes.

— Menos mal que hace buen tiempo. Es un día perfecto para ir al circo— dijo Sebastian sonriente

— La función del circo se presenta dentro de una carpa. Da igual el tiempo— dijo Ciel

— Bard, Finny, Meilin. Nos quedaremos en Londres un tiempo. — informó Sebastian al resto de los empleados

— Tengan cuidado—

— ¡Buen viaje!—

— Regresen pronto—

Todos los empleados deseaban lo mejor. Esperarían con ansías volver a verlos dentro de poco.

— Oigan...— Ciel se detuvo antes de subir al carruaje. — Cuiden de la casa mientras no estemos —

— ¡Yes, my Lord!— dijeron al unísono

El carruaje comenzó a andar y Ciel no dudó en leer la carta que había sido enviada por la reina.