Capítulo 23.

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-¿Cómo es que llegaron tan rápido? -le preguntó William.

-Bueno -Daniel se rascó la nuca -Digamos que no podremos avanzar por dónde llegamos.

-¿Qué?

-Usé mi elmento.

-¿Qué? ¿Por qué? ¡Te dije que sólo era para emergencias! ¿Recuerdas lo que te sucedió cuando lo utilizaste la última vez?

-¡Esta era una emergencia! ¡Tenía que llegar rápido contigo! ¿Y si ella moría?

-¿Si muere? No creo que eso suceda -se dio cuenta de la preocupación en las palabras de su amigo, lo miró pícaramente -... ¿Te preocupaste por ella?

-¡Desde luego!

Daniel miró alrededor, esperando encontrar a Damián, el amigo de William, pero no lo vio por ningún lado y él tenía manchas de sangre en su rostro y en su ropa. Preguntar qué había pasado estaba de más.

-¿Puedo saber por qué? Apenas la conoces -William alzó las cejas, sonriente, desconociendo lo que pasaba por la mente de su amigo.

Daniel se quedó sin habla, miró a otro lado, se rascó la cabeza, nervioso.

-Pues porque... porque..

A William le empezaba a gustar poner a su amigo en una situación un tanto incómoda.

Poco a poco, la gemela fue abriendo los ojos.

-¿Alba? ¡Alba! -le habló Daniel, poniendo toda su atecnión en ella.

-¿Q-que... que pasó? -preguntó al tiempo que intentaba levantarse.

-Espera, descanza un poco más, aún estás pálida -le dijo William y la volió a recostar.

-Por qué... ¿Estoy aquí? -miró su alrededor, confundida -¿Qué estoy haciendo aquí? No debería estar aquí yo debo...

-Alba, estás a salvo -le dijo Daniel, colocando una mano sobre la de ella -Puedes estar tranquila.

-No, no entiendes - sacudió la cabeza, negando las palabras de él -Yo no debo estar aquí, yo... Tengo que estar en la cápsula, ellos... Ellos me van ayudar.

-¿Qué? No -le replicó de inmediato, totalmente sorprendido por sus palabras -Ellos te estaban haciendo daño, Alba, no te ayudaban.

-Es que no lo entiendes -intentó ponerse de pie -Es mi deber, para eso estoy aquí -insistió.

-¿Tu deber?

Ella se tropezó, por lo que su primer instinto fue tomarse de la pared, pero su brazo simplemente no reaccionó, haciendo que cayera de nuevo al suelo.

-... ¿Me hirieron? -preguntó con pánico.

-¿Herirte? No ¿quién? -William estaba confundido.

Alba comenzó a respirar de manera acelerada, su mano izquierda se fue hasta su brazo derecho, temblaba.

-¿Qué pasa? -Daniel se acercó un poco más, para poder ayudarle.

-Por qué... por qué... - respiró hondo - ¿Por qué no siento mi brazo?

-¿Qué? -preguntaron los dos al mismo tiempo.

-¡Que no siento mi brazo! ¿Por qué? -se levantó inmediatamente del suelo para revisarlo.

Su mano izquierda tocaba de manera desesperada su brazo, pero éste, no respondía, no podía moverlo. Sentía que lo tocaba, pero éste no sentía que era tocado.

-Alba ¿De que hablas? -preguntó William, con preocupación.

-¡Les digo que no siento mi brazo! ¡No puedo moverlo! -lágrimas de desesperación comenzaron a salir, corriendo por sus pálidas mejillas.

En Busca del Quinto Elemento Pt.2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora