Perfect Disaster (PAUSADA)

El bar

Cuando lo vi allí sentado bebiendo de su vaso, hablando tan feliz con sus amigos, me cabree de verdad osea que intenta joderle la vida a mi amiga y luego se va de copas, pues no señor, esto no queda así, me planto delante de él y me mira de arriba abajo.

-Mirad a quien tenemos aquí -dijo -, pero si es la puta del barrio.

-Seré lo que tu quieres, pero a perra no te gana nadie Diego.

Eso lo enfado.

-¿Qué buscas? -preguntó-, si quieres diversión allí atrás hay chicos que se aburren.

Y señaló a la parte de atrás del bar.

-Lo siento, otro día será -digo-, no he venido aquí a eso.

-Entonces ¿qué?

-Quiero que dejes en paz a Jade -dije.

-Oh, vienes en nombre de esa zorra.

Me cabreó de tal forma que mi única reacción fue darle una patada a la silla donde estaba sentado para hacerlo caer al suelo.

Él y sus amigos se levantaron rápidamente y Diego se acercó a mi.

-¡¡ESTÁS LOCA!! -gritó.

-Creo que has entendido el mensage -dije-, deja en paz a mi amiga.

-Creo que la dejaré en paz -dijo  yo sonreí-, pero no voy a dejar que te vallas sin una despedida cordial, mis amigos se encargan ¿verdad chicos?

Todos sonrieron maliciosamente y entendí lo que decía, pelea.

Los "amigos" de Diego se me acercaron y empezaron a pegarme, yo intentaba defenderme como podía, pero eran demasiados, acabé por caer suelo por uno de los golpes y miré a Diego.

-Eres un cobarde -dije con dificultad-, veinte contra una, muy igualado.

Él se levantó e hizo una seña a los demás para que parasen.

-Creo que ahora estamos igualados -dijo poniéndose delante de mi.

Él empezó a atacarme y yo me defendí, aunque yo recibía una ingente cantidad de puñetazos, también conseguía pegarle a él, pero eso fue por poco, porque me dio un golpe que me tiró al suelo y a partir de ahí, solo sé que no podía mantenerme en pie. Él se agachó ante mi y me dijo:

-¿Quién es la perra ahora? -preguntó.

-Sigues siendo tu.

Y me dio otro golpe, yo lo miré a los ojos.

-Sacádla de aquí -ordenó.

Lo siguiente que sentí fue como alguien me cargaba y me sacaba fuera del local para luego dejarme en el suelo apoyada contra la pared.

-¿Estás bien? -preguntó.

-¿Acaso te importa?

-Mi nombre es Ander -dijo-, ¿y el tuyo?

Yo lo miré.

-Yo no te pedí tu nombre, así que no pienso darte el mío -respondí enfadada.

-Yo no he participado en eso -dijo señalando al bar-, es más te he sacado de allí porque si lo hacía alguno de los otros seguramente te tirarían aquí o te darían otra paliza.

-¿Y qué quieres que te de? ¿las gracias?

-No estaría mal.

-Gracias -respondí seca.

Él se levantó y e di cuenta de que tenía razón, él no me había hecho nada.

-Foster -dije-, todos me llamas Foster.

-¿Y tu nombre?

-Confórmate con eso.

Él me ayudó a levantarme y luego dijo que me acompañaba a casa. 

Entré en mi casa, estaba hecha un asco, esperaba que no hubiese nadie, pero Alan estaba sentado en las escaleras y en cuanto me vio corrió hacia mi.

-¿Qué te ha pasado?

-Nada.

-Eso no es nada -dijo.

Me miró la cara y yo vi que estaba triste.

-¿Qué te pasa? -pregunté-, estás triste.

-Mamá ha decidido que no se va a operar -dijo-, va a recibir tratamiento, pero los médicos han dicho que como mucho durará un año y medio, puede que dos.

Sin decir nada corrí a mi cuarto y me encerré con llave, esta mujer es estúpida, tiene la oportunidad de salvarse y decide morir, pero supongo que es la forma más fácil de librarse de mi y mis problemas, me acuesto en la cama y le mando un mensaje a Jade.

Diego no volverá a molestarte.

¿Qué hiciste?

Solo mantuve una larga charla con él y sus amigos.

¿Estás bien?

Si, solo un poco magullada.

Lo siento tía, no quería que te hiciesen nada.

No pasa nada, para eso están las amigas.

Te dejo que me voy a duchar.

Cerré el la aplicación y me acosté en la cama y como quien no quiere la cosa me empecé a quedar dormida, como no estaba cansada ni me preocupé en luchar contra el sueño, simple mente deje que me atrapase.