El contrato

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—¿Estas loca? Tu cuerpo no resistirá el impacto y morirás, al igual que todos los demás —Kim me comenzó a seguir, deteniéndome a escasos metros de haber salido de la central. Su mano temblaba y fue ahí cuando lo supe: tenía miedo.

Le sonreí tiernamente antes de abrazarla. —Prometo volver, pero para eso tengo que evitar que el lugar a donde vuelva se haga añicos, con todas las personas que quiero dentro.

Ella simplemente suspiró, alejándose de mí. —Está bien, intentaré arreglar la luz y el escudo cuanto antes.

—Mejor prepara las armas y apunta hacia el Cielo, en cualquier momento aparecerá Lighers y a la primera señal de aparición quiero que ataques —me alejé, guiñandole un ojo, a lo que ella simplemente sonrió. Esa era una sonrisa que esperaba conservar, como la de Ky, Rachel, Roquet, Mike y todos los demás integrantes del lugar. Sí, no iba a dejar que murieran.

Llegue trotando a la puerta principal, donde tiempo atrás había encontrado a Ky y sus tropas esperando a que les abriera. Después de eso, decidimos instalar —con la ayuda de Kim— un panel de dígitos y huella dactilar para que nadie, a excepción de Ky y yo, pueda entrar o salir, si es que alguna vez alguien decidiera traicionarnos. Precaución ante todo.

No tardé en visualizar la gran puerta, al fin y al cabo se podía ver a metros de distancia. Apresuré el paso al escuchar como la estructura crujía sobre mi cabeza y pedazos de escombros caían del techo. Varios Caídos se encontraban corriendo de un lado a otro, ayudando y preparándose para la batalla. Sonreí al pensar que no estaría sola contra Lighers, pero borré todo gesto de felicidad al recordar que ahora todo está en juego, tanto sus vidas como las de cientos de civiles. Realmente, no me importaba mucho morir, ya que volveremos a nacer en un nuevo cuerpo, de vuelta al Cielo, pero el problema es que olvidaremos todo lo vivido aquí, ahora. Olvidaremos que realmente el Cielo no es tan bueno como creemos, que ellos pecan igual que un Demonio. Olvidaremos que no tenemos que confiar en lo que nos imponen.

Suspiré meneando la cabeza. Ahora mismo tenía que concentrarme en salvar a todos los que están aquí dentro porque, aunque muera, sé que continuarán con la guerra. No es tarea fácil, pero confío en que ellos lo hagan bien.

Enfoqué la vista sobre el panel digital, notando que alguien intentaba de decodificarlo. —¿Ky? —pregunté a la espalda del chico quien, por lo visto, resultó ser mi compañero—. ¿A dónde vas?

Él ni se preocupó en girarse, simplemente terminó de digitar el código y esperó que la puerta se abriera lentamente. —Lighers se acercan a atacar y, por lo visto, piensan acabar con nosotros antes de que llegue el último rayo.

—¿Por qué adelantaron sus planes? —arrugué la nariz mientras observaba como la gran estructura de metal se alzaba—. Siempre había sido después, como ustedes me informaron. ¿Por qué hacerlo antes?

Ky se encogió de hombros antes de pasar por debajo de la puerta. —Sospecho que es porque saben que esta es una base blindada y de gran tamaño. Es fácil saber que lo más probable es que resista al impacto de los rayos, por lo que, obligatoriamente, tendrán que venir en persona a acabar con nosotros.

—Atacarán cuando estemos distraídos, preocupados por el rayo... —completé la idea entendiendo a lo que se refería..

—Exacto, por lo que estaré preparado antes de que eso suceda —sonrió por debajo de la puerta, haciéndome señas de que lo siguiera.

Fruncí el ceño, algo enojada, mientras cruzaba por debajo de la pieza de metal, la cual se detuvo a medio camino de abrirse completamente, para comenzar a bajar a nuestras espaldas. —No irás solo, ¿verdad?

Ky negó y, cómo respuesta a mi pregunta, por debajo de la puerta aparecieron Jet, Eren, Lee y Armon,cerrándose tras ellos. Se limpiaron la ropa un poco para así retomar su pose de lucha. Reí al verlos, tan tontos como siempre.

El traidor (La caída del Cielo #1)Where stories live. Discover now