XXIII

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Todo da vueltas al rededor, parece que el mundo va en cámara rápida y yo no puedo ni moverme, todo me duele y tengo un zumbido constante en mis oídos.

-¿Hola? ¿Puedes decirnos cómo te llamas?

Siento que me han hecho esa pregunta cientos de veces, pero cuando intento hablar me sacuden o todo se mueve deprisa de nuevo; una eternidad después me tiende en algún lugar tranquilo donde todo es blanco, hay gente al rededor que dice palabras que escucho a medias: fracturas, joven, contusiones, sangre, cristal, hemorragia, examen, edad, también lanzan preguntas que cuando quiero contestar son remplazadas por otras y no me dejan concentrarme.

-Dakota -logro decir luego de un rato, cuando mi voz parece volver.

-Eso es Dakota, ¿sabes dónde estás? ¿lo que pasó? -me dice una suave voz, es muy tranquila.

-Salí volando de una montaña rusa -gruño.

-Casi, tuviste un accidente -su mano toca mi muñeca, las luces no me dejan enfocar la vista, puedo escuchar personas que vienen y van a mi alrededor. -Tendrás un poco de dolor, pero no van a darte nada aún, primero van a hacerte unos análisis de sangre, has perdido una buena cantidad.

-Jamie -en ese momento todo vuelve a mí, mi último recuerdo antes de que todo se volviera raro fue ver su auto impactar al mío.

-Si te refieres al otro chico que estuvo en el accidente puedes calmarte, lo han traído y ahora mismo deben estar haciéndole radiografías.

Me siento cansada, mis ojos se cierran despacio mientras la suave voz me calma, las voces aumentan de intensidad, pero solo me concentro en la voz que me calma, me dice que no tenga miedo, que todo estará bien, que han llamado a mis padres... me dejo llevar solo por ella.





-Vamos para allá, por favor tengan mucho cuidado, no queremos más problemas... no lo sé, tampoco nos dijeron gran cosa... sí, no tardaremos.

Víctor se cubrió el rostro con las manos en el asiento trasero cuando su madre colgó la llamada, la vio incorporarse de nuevo a la carretera y le parecía que iba demasiado despacio, la veía alterada y con el rostro enrojecido, después de que Dakota y Jamie se fueran la escuchó llamar a su padre y cuando colgó la llamada recibió una llamada del hospital, ahora iban para allá.

Todo era su culpa, la pelea y que ahora su hermano estuviera de camino al hospital.

-¿Mamá?

-Ahora no hijo, tengo que concentrarme en conducir.

No hablaron más.

El cielo estaba oscuro cuando llegaron, las calles estaban cubiertas por una capa de granizos y el tráfico no ayudaba, aparcaron y se apresuró a seguir a su madre apenas apagó el auto, entraron a la recepción y preguntaron por él, les dijeron que subieran un piso y esperaran a que los llamaran, tomó la mano de su madre mientras tomaban las escaleras, al hacerlo se encontraron de frente con los padres de Dakota, estaban pálidos y llorosos y eso le aceleró el corazón.

-¿Saben algo?

-Nada aún, dijeron que iban a venir, pero nadie nos dice nada -el señor Johnson se paseaba de un lado a otro tirándose del cabello. -¿Cómo es que pasó? ¿Te lo dijeron?

-Solo me explicaron que fue un accidente de tránsito -respondió su madre apretando su mano, luego lo miró como si no recordara que iba con ella. -Espera por ahí -le dijo señalando unas sillas.

Truly love | Dakota y JamieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora