2.

2 0 0
                                    



- Bien, hay un blog que escribiste durante los últimos cuatro años. Me habías contado de su existencia un par de veces. Ahí escribías absolutamente todo, o casi la mayoría de las cosas que sentías. Era privado, así que debes de recordar tu contraseña.- Me dijo mientras prendía su computadora delante mío. Escribió mi correo y faltaba mi contraseña. Mis manos comenzaron a temblar delante del teclado, no sabía que escribir. - No te pongas nerviosa.
- No tengo idea cual era mi contraseña. ¿Cómo puedes olvidar una contraseña?
- Prueba, ¿Qué contraseña utilizarías?
- No lo sé, mi número de dni, mi fecha de nacimiento al revés, el número de celular de mi madre. - Ninguna contraseña coincidía.
-¿No tienes otra idea?
- Quizá es el nombre de alguna mascota, tal vez de mi segundo nombre o el de mis hermanas.
- No, no es ninguno.
- Que extraño, solía utilizar nombres de personas cuando era más pequeña.
- Quizá es el nombre de... - Y por arte de magia resultó. Su nombre. Cuatro letras. La clave para recordarlo todo era su nombre.
- Al parecer sí lo quería.
- Y lo querías bastante. Mira, más de cien entradas con su nombre escrito por todas partes.
- No leo ningún nombre.
- Esa es su inicial.
- ¿ E ?
- Sí.

Barro tal vez.Where stories live. Discover now