Capítulo 39.

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Narra Pablo.

La veo disfrutar y reír como una niña, y yo me vuelvo aún más loco por ella.

Ari: Gracias por todo, mi amor -me susurra al oído y besa mi mejilla-

Pablo: Gracias a ti -sonrío y acaricio su pelo-

Ella me sonríe. Su sonrisa es la cura para mi alma.

Ari: Cariño... Estás temblando -dice al tocar mi brazo- ¿Estás bien?

Le sonrío para tranquilizarla.

Pablo: Sí -tomo su mano- No pasa nada -le miento-

En realidad sí que pasa. Lo que voy a hacer ahora no lo he hecho nunca y estoy nervioso a más no poder.

Decido no demorarlo más. Llegó la hora.

Me levanto de la silla y logro tener la atención de todo el mundo.

Pablo: Ari... -tomo su mano, nervioso-

Ella se levanta y se queda en frente de mí, sonriendo.

Pablo: Hoy quiero decirte algo, aquí delante de todo el mundo y el día de tu cumpleaños -le sonrío-

Intento respirar y calmar mis nervios, pero casi me es imposible.

Mi equipo nos mira sonrientes. Lo que sé es que nadie se espera lo que estoy a punto de hacer.

Pablo: Sé que nuestra relación no ha pasado siempre por momentos de gloria y que no todo ha sido bonito, y mucho menos perfecto -comienzo a decirle- Pero lo que viene ahora, sé que sí lo será -sus lágrimas están a punto de salir- Yo te amo, y sé que tú me amas de la misma forma, me lo demuestras a cada rato -sonríe- Y hoy tengo más claro que nunca que quiero pasar el resto de mi vida junto a ti y junto a este regalo de la vida que es nuestro bebé -pongo mi mano en su vientre-

Mi equipo no puede creer lo que acaba de escuchar y nos mira con la boca abierta.

Ella me mira sonriente y con lágrimas cayendo de sus preciosos ojos. Sé que puede que me mate por haber dicho lo de nuestro hijo aquí y ahora. Pero, era algo que no me podía contener más. Y menos ahora, con lo que estoy a punto de hacer. Esto aún no ha acabado.

Pablo: Por eso... -meto la mano en mi bolsillo y saco la pequeña cajita de terciopelo rojo y la abro- Ariadna Martín García -hinco una rodilla en el suelo- ¿Quieres casarte conmigo?

Ella me mira con sus ojos llenos de lágrimas y se tapa la boca con la mano.

Ari: Pablo... -suspira-

En este momento pienso que me va a decir un no rotundo. Pero es en ese instante cuando me da la sonrisa más cálida del mundo.

Ari: ¡Sí, quiero!

Coloco el anillo en su dedo anular y la miro sonriendo, pero a la vez llorando de emoción.

Tira levemente de mi mano para que me ponga de pie. Y es en ese momento cuando por fin la beso, el primer beso siendo mi prometida.

Escucho los aplausos de todo el equipo y nos separamos.

Sin que se lo espere, la levanto en el aire y reímos como locos.

Pablo: ¡Ha dicho que sí! -le digo a todos como si no lo hubieran escuchado-

Ellos ríen. No puedo ser más feliz.

Pablo: Te amo -le digo cuando nos separamos-

Ari: Y yo a ti, amor mío -sonríe-

Mi equipo se acerca a nosotros para darnos la enhorabuena por ambas noticias, su embarazo y nuestra boda.

Vuelvo A Verte.Where stories live. Discover now