Capitulo 36

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El sueño más perfecto siempre tiene un fin. Generalmente lo que hacemos al despertar de uno es decepcionarnos y seguir con nuestras vidas hasta que lo olvidamos, o no le damos la misma importancia que antes. Pero yo no acababa de despertar de un sueño, estaba viviendo la triste realidad.

El oxigenó no llegaba a mis pulmones, tenía una molesta opresión en el pecho y los nervios no me permitían pensar. Realmente esto está pasando. El miedo se siente mucho peor a lo que imaginé o a cualquier pesadilla que haya tenido. Lo peor de todo, es que no estoy haciendo nada. Si, nada. Espero sentada en el sillón de la casa de los Cabello mientras Camila discute con sus padres y su hermana le hace de apoyo. Me siento una mierda por saber que no soy yo la que se está llevando la peor parte y me siento así.

Puedo escuchar los gritos de Camila y su madre, que provienen desde su oficina, que está justo delante de mí. No logro identificar lo que dicen, solo sé que las dos están enojadas y el Sr. Alejandro y Kai han intervenido muy pocas veces.

Camila incluso se vio tan valiente al enfrentar a su madre. La Sra. Sinuh no me ha echado, solo me gritó, exigiéndome una explicación acerca de lo que significaba esto, y mirarme de mala forma. Todo su enojo e ira fue más dirigido para su hija que para mí. Por un lado creo que Camila ya venía preparando un contraataque si nos llegaban a descubrir, pero tal vez no esperó que fuera tan pronto.

De alguna forma conseguí agudizar mi oído para tratar de escuchar algo de lo que decían.

-Si piensas que voy a dejar que esto continúe, te equivocas- afirmó la mujer más grande, rabiosa-. No quiero que se vuelva repetir, esto termina aquí y ahora.

-¡Me importa una mierda lo que tú quieras!- respondió Camila, con determinación y enojo, hasta me parece que estaba llorando- Es una chica hermosa, inteligente y hasta reconoces que es buena persona ¿Por qué te cuesta tanto verme feliz?

-¡Es solo una etapa,Camila, lo superaras!

Oh no. No. No. No. Hundí mi cabeza en mis manos. De todas las cosas que podía decirle fue precisamente esa.

Etapa. Etapa. Etapa... ¿Por qué no serlo?

Camila y yo seguimos siendo adolescentes, tenemos una vida por delante, y nuevas cosas se nos presentaran, sobre todo si vamos a universidades distintas. Tal vez Camila se sintió despachada porque ya no éramos amigas y ella solo hace esto para estar conmigo, quizás solo sea algo temporal.

Era incapaz de soportar esto mucho más. Mis ojos estaban ardiendo y todo gira a mi alrededor. Conseguí ponerme de pie y fui de camino a la entrada de la casa para salir. Caminé sin detenerme, mirando mis pies avanzando. La calle estaba desierta, las luces de los faroles y los autos estacionados era lo único que había, siendo el cielo nocturno el único testigo de la escena.

-¡Lauren!- Camila me detuvo antes de que consiguiera poner un pie en la acera de la calle.

Giré para verla. Como si mi corazón no hubiera recibido daño suficiente, se destrozó al ver el estado que ella tenía en ese momento. Su rostro era rojo, lleno de lágrimas que caían de sus ojos sin parar.

-¿A dónde vas?- preguntó confundida.

-Camila, no - respondí apartándome-. Solo harás que se enoje más.

-Eso no me importa- habló de forma rápida-. Dime que todo está bien, por favor, dime que esto no cambiara nada.

La primera lágrima se desprendió de mi ojo y así le siguieron otras que rápidamente limpie con mi mano mientras buscaba alguna manera de responderle.

-Cambia muchísimas cosas- contesté con un hilo en la voz.

-¡No!- gritó, negando con la cabeza violentamente- ¡No me puedes estar diciendo esto después de todo lo que pasamos!

Tu amor, mi dolor (CAMREN ADAPTACIÓN)Where stories live. Discover now