Si Tú Te Vas

Epílogo

3 años después

Me despierto al ver la luz del sol transluciendo a través de las cortinas blancas. Parpadeo a causa de la iluminación repentina del cuarto. Cuando mis ojos se han acostumbrado a la luminosidad, estiro mis músculos con un suspiro. No podría decir que hubiera dormido mucho esta noche.

Me volteo en la cama y lo veo acurrucado en la colcha que compartimos, durmiendo tranquilamente: Simón. Cuando lo veo, mi corazón se estalla de amor y ternura. El sol brilla en sus hombros desnudos, haciendo que se parezcan a puro oro. Lentamente estiro mi mano hasta alcanzar su piel perfecta y la acaricio despacio. Me acerco a mi novio y dejo un beso suave en su hombro. Le abrazo y escondo mi cara en su cabello, respirando el aroma fresco y único de él.

Siento como se mueve un poquito y suspira soñolientamente, "Villa..."

Simón se gira, mirándome con ojos llenos de sueño. Entrelace sus dedos con los míos lentamente y levanta su mano un poco, haciendo que el sol brille en nuestros manos entretejidos. Despacito juega con mis dedos en la luz del sol.

"Ya somos novios hace casi tres años, Villito," dice Simón, ahora un poco menos somnoliento. "Y todavía me siento como si te hubiera confesado mis sentimientos ayer."

"Lo sé, me siento igual..." murmuro en el cuello suave de Monchi y empiezo a besarlo una y otra vez. Simón echa un suspiro lleno de placer antes de girar su cabeza para unir nuestros labios en un beso dulce. En este instante me acuerdo de todos los besos que compartimos anoche, todos estos contactos amorosos y...

"¡Apúrense, chicos!" El grito de Isaza y los golpes en la puerta me hacen sobresaltar en la cama. "¡Nuestro vuelo despegará en tres horas!"

Con un suspiro Simón se aleja de mí y se pone de pie. La colcha ya no cubre su cuerpo desnudo y no puedo evitar admirarlo con ojos seductores y llenos de deseo. Simón se dirige al baño y puedo distinguir como sonríe tímidamente al ver que le estoy siguiendo con mis ojos.

"Tengo buena vista," digo, guiñando un ojo. "Y no me refiero a la vista de la ventana."

Simón se echa a reír cuando entra al baño y después oigo como se ducha. Decido quedarme un poquito tiempo más en la cama que huele a Simón y a amor caliente. Cuando me pongo de pie casi tropiezo contra mis calzoncillos que están en el suelo como el resto de nuestra ropa. Con una sonrisa cojo las prendas del suelo y me pongo mis bóxers. Me acerco a la ventana en frente de la cama y descorro las cortinas.

Todavía no lo puedo creer. No quiere meter en mi cabeza que por fin estemos en Los Ángeles y acabemos de rodar un vídeo con Paulina Rubio para nuestra canción Mi Nuevo Vicio. Cuando ella nos informó que quería cantar esta canción, no sabía qué pensar. Nuestro mundo cambió en el plazo de unos meses. Quizá mi sueño desde que soy chiquito se cumpla después del lanzamiento de la canción. Quizá nuestra banda Morat sea conocida.

Una sonrisa grande aparece en mi boca y sigo admirando el panorama de esa ciudad maravillosa. Los rascacielos me parecen como gigantes angulosos de metal que se ciernen encima de muchedumbres de gente yendo allí y allá ya en las horas más tempranos de la mañana. Puedo ver los árboles que se parecen a manchas de un verde limón en las calles de esta ciudad costera. En la distancia percibo la playa larga y el océano de una aguamarina profunda que refleja el sol brillando en el cielo azul. Me siento como si la luz del sol aumentara mi alegría aún más desde adentro.

Me siento en la cama otra vez y chaqueo mi celular. Percibo como la puerta del baño se abre y Simón camina al armario, frotando su cabello mojado con una toalla. Inconscientemente alzo mi vista y vuelvo a experimentar ese amor y esa lujuria dentro de mí al ver este hombre. Simón coloca la toalla sobre su hombro y sus mechones sobresalen por todos lados. Observo como abre el armario y saca su ropa interior. No puedo fijarme en otra cosa que Monchi poniéndose su ropa, aunque sepa que se parece muy raro. Justo en este momento, Simón se voltea y me mira. "¿Por qué me estás observando?" me pregunta con una sonrisa coqueta.