3.

116 15 2
                                    

Hey, soy yo, Nina. Ha pasado un tiempo. A ver, ¿cómo empiezo? Joder... 

Te estoy haciendo una carta porque quiero decirte algo, pero no creo tener el valor para pronunciar las palabras en voz alta. ¿Sabes? Este es mi tercer intento. La primera carta... Bueno, la quemé. Se sintió terriblemente bien quemarla, Charlotte, porque en su momento realmente creí que era un grave error. Ahora me doy cuenta de que el error fue no dártela, porque explicaba mejor lo que quiero decirte y ahora me toca buscar nuevas palabras para hacerlo. Sabes que no me gusta repetir las cosas. La segunda carta está guardada en caso de que mi alter ego decida dártela.

Bueno, aquí voy... Directo al punto.

Me he enamorado perdidamente de ti.

Quita esa cara, Charlotte, que puedo imaginarte frunciendo el ceño. No es una broma sino una realidad absurda y sinsentido. Esto es lo que ocurrió que me lleva a decírtelo: hoy tomaste mi mano innumerables veces porque hacía frío, ¿recuerdas? Te gusta mucho el contacto físico y no sé si darle gracias a Dios por eso o quizás sólo maldecirlo. Cuando me tocas... ¿Tienes idea de lo que me provocas internamente? Es como si todo volviese a su lugar, como si las piezas que me faltaban finalmente aparecen sobre el tablero, como si el frío dejase de ser tan helado. Eres algo así como mi pedacito de verano durante este invierno. ¿Pasó por tu cabeza que pudieses hacerme sentir así? Tan viva, tan entera, tan menos sola. Se siente tan correcto, tan pacífico. Irónicamente, mi exterior muestra lo contrario. Me tiemblan las manos cuando me hablas de cerca, desvío la mirada cuando tus ojos se fijan en los míos, si te veo mi corazón salta. Y cuando no nos hablamos me siento vacía. Aquellas dos semanas donde decidiste apartarte casi me matan. Un alivio que ya acabaron.

Pero tantas cosas cambiaron entre tú y yo.

Disculpa, me he vuelto dependiente de ti. Sé que no necesitas cargar con aquella responsabilidad de cuidar tus acciones para no herirme, es más, sería pesado, ¿no? Bueno, yo no voy a volverme una molestia. No te diré lo que siento. No te diré que me duele. No te pediré que te quedes. No te detendré cuando te vayas. Y no te buscaré cuando no estés. Yo sólo... Sólo continuaré andando. Con suerte, mis pasos y los tuyos se crucen.

No, por favor, que nuestros pasos se crucen.

Puedo sentir que se nos acaba el tiempo. ¿También tú? ¿Qué hacemos al respecto? ¿O será mejor no hacer nada? ¿Y si lo dejamos escaparse? ¿O es que aún hay motivos para aferrarnos a él?

Intento no deprimirme por esto. ¿Cómo crees que me va?

Lo siento, no puedo soltarte. Te irás pero no he conseguido aceptarlo todavía.

Perdón por siempre querer más.

Estoy siendo confusa, lo sé.

Charlotte, tu amistad significa mucho. Tu amor, sin embargo, significaría más...

Perdón.

Escribirte... ¿Para qué lo intento siquiera? Es obvio que no te lo entregaré. Joder.

Sólo vete. Quizás entonces yo sea libre de ti.

"¡Joder!" Cartas a Charlotte.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora