2. Change

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¿Recordáis aquellas copas que supuestamente me animarían? Aquellas que Demi fue a buscar
y de paso conoció a cuatro chicos: el pringado adorable, el enano con cara de cabrón y los otros dos, que si os soy sincera, ni siquiera me fijé pues se pasaron toda la noche hablando
entre ellos ignorando nuestra presencia. Como os decía, aquellas copas me animaron, es posible que el significado de aquella palabra estuviese un tanto difuso desde mi perspectiva, quizás "borracha como una cuba" me quedase mejor en aquel momento.  

Ya hacía media hora que Demi había desaparecido con Wonwoo, al parecer iban a bailar; sin embargo, por mucho que rastree la pista, no hubo rastro de ninguno de los dos. Puse los ojos
en blanco por quinta vez en la noche, a pesar de que estar sentada haciendo literalmente "nada" era mi especialidad, el aburrimiento estaba apoderándose de cada centímetro de mi cuerpo.  

Tal vez fue culpa del alcohol o podríamos culpar al aburrimiento del que os hablaba, pero llegado un momento, el enano comenzó a parecerme atractivo. Jugaba con sus propios dedos de una forma nerviosa mientras que apoyaba sus codos en sus rodillas. Su perfil era simplemente sobrecogedor gracias a su mandíbula sorprendentemente marcada. Poco a poco comencé a acercar mi dedo índice hasta ella, antes de morir debía tocar aquella línea perfectamente recta. 

La saliva comenzó a acumularse en mi boca y pequeñas gotas de sudor descendían desde mi frente a través de mi sien. De repente, cuando mi dedo estaba tan cerca que podía casi
sentirla, pude ver dos figuras familiares en la parte central de la pista. Wonwoo y Demi estaban prácticamente devorándose mutuamente mientras que él mantenía un fuerte agarre en el trasero de mi hermana, ¿por qué era todo tan fácil para ella? Sin embargo, antes de poder responderme a mí misma, mi dedo hizo contacto con algo. 

― ¡Au! ―Se quejó Jihoon con la voz aguda mientras que tapaba su ojo derecho con sus manos. No me lo podía creer. ― ¿Por qué hiciste eso? ―Varias arrugas aparecieron en su
rostro mientras que sus ojos se convertían en una fina línea.  

― ¡Oh, dios! Lo siento tanto. ―murmuré mientras que colocaba mis manos sobre las suyas en
un torpe intento de aliviar su dolor.  

―No importa. ―dijo haciendo un movimiento brusco para eliminar el contacto. ―Me voy de aquí, este sitio es una mierda y encima ese imbécil ha ligado. ―Continuó con cara de asco mientras que veía a Wonwoo y Demi. Antes de poder siquiera responder, comenzó a caminar
hacia la salida, recibiendo empujones que lo único que hacían era enfadarlo más y más a juzgar por la forma en la que clavaba las uñas en las palmas de sus manos. No supe por qué lo hice
pero, sin despedirme del resto, tomé mi bolso y lo seguí.  

El frío chocó contra mí tan fuerte que mis pulmones se quejaron de momento, una suave neblina cubría la atmósfera impidiéndome ver con claridad, hasta que logré visualizar una pequeña figura caminando unos metros más allá. A paso rápido llegué hasta él, justo antes de que abriese la puerta de su coche.

― ¿Qué? ―Bueno, estaremos todos de acuerdo en que esa fue una buena pregunta, una que no sabía cómo responder. De hecho, no sabía cómo había llegado hasta él sin dejarme los
dientes en la carretera.  

―No te puedes ir así. ―Jihoon sonrió avergonzado por lo que miró a la lejanía en lugar de centrarse en mí.

― ¿Por qué? ―Su sonrisa aún se mantenía intacta y sus ojos parecían transmitir multitud de significados, a pesar de que no lograba comprender ninguno de ellos.  

― No lo sé, no quiero estar sola ahí.  

― ¿Me ves con cara de niñero? ―Una pequeña carcajada se me escapó a lo que él me miró más fijamente. ― ¿Qué te parece tan gracioso? 

― Teniendo en cuenta que pareces tener quince años, es gracioso que seas tú el que vaya a cuidar de mí. ―Es posible que creáis que exagero, pero juraría que vi pequeñas llamaradas en sus ojos color chocolate. Aparentando una pose totalmente casual, Jihoon se apoyó contra la puerta del conductor de su coche sin borrar la sonrisa.  

― ¿Eso es lo que crees? ―dijo mientras que se acercaba a mí. ― ¿Eso es lo que soy para ti? ¿Un adolescente de quince años? ―Para cuando me quise dar cuenta la punta de su nariz estaba rozando la mía. Mi corazón latía rápido, yo no podía estar en esa situación, no debía. Yo no había nacido para "tontear" con un hombre que acababa de conocer, yo era de comer doritos mientras que veía cualquier película que me hiciese creer durante una hora y cuarenta
y cinco minutos que el amor era real. De hecho, hacía tanto tiempo que no estaba con un tipo que podía asegurar que estaba completamente oxidada. ― ¿No vas a responder?  ―murmuró mientras que tomaba mi cadera y hacía chocar mi espalda contra el auto. ¿Siempre habían sido así de grandes sus manos? 

― ¿Por qué te ha enfadado tanto que Wonwoo se vaya con mi hermana? ―Intenté cambiar de tema. Jihoon pareció sorprendido momentáneamente por el rumbo que tomó nuestra conversación, pero pronto se recuperó. 

―Porque esta noche salimos por mí, se supone que el que tenía que estar liándose con una chica soy yo. Encima llevo toda la noche mirándote y ahora resulta que teniendo veintinueve
aparento más de diez años menos, te buscaré cuando tenga sesenta, tal vez sea más tu tipo en aquel entonces. ―Su confesión me pilló con la guardia baja y, aunque eso último me pareció
gracioso, estaba tan nerviosa que lo único que podía hacer era temblar.  

Realmente tenía que ser culpa del alcohol, aún no podía hacer otra cosa que mirar cada detalle de su rostro, la forma en la que su boca se veía tan fina y de color rosa mientras que hablaba, sus ojos tan sumamente rasgados y ese pequeño lunar bajo uno de ellos, la mandíbula que le
proporcionaba esa madurez que necesitaba. Sin pensar llevé mis manos a su rostro, sintiendo bajo mis dedos cuán suave era su piel al tacto. Jihoon hizo el resto, yo lo empujé sin querer; sin embargo, antes de poder alejarme ni siquiera un poco, él me convenció para no alejarme porque si su piel era suave, qué decir de sus labios.

IncidentWhere stories live. Discover now