capítulo 2 tiempo

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<<Septiembre de 1969 (Lexa)

Llegué al piso de Raven con un par de bolsas de pintura, era el día que Octavia cerraba el bar y yo preferí mantenerme ocupada, quedarme quieta mirando las musarañas solo consigue ponerme más nerviosa, sobre todo porque sé que Clarke estará en la universidad, rodeada de grandullones como el tal Zach de las narices. Vi que ese piso necesitaba un repaso, la pintura comenzaba a caerse, así que me ofrecí a pintar el piso. Total, me han dado trabajo y me dejan quedarme en su salón a dormir, así que pantalones vaqueros viejos, camiseta de tirantes y a hacer la mezcla:

– Lexa– Me llama Raven, estaba expandiendo las sabanas viejas por encima de los muebles que no podía sacar del salón– ¿Puedes quedarte un momento con Lesmes? Vamos hacer las compras de Octubre, ya sabes que– La miré para que viera que le estaba atendiendo– le gusta comprarlo todo al por mayor.

– No te preocupes– observé como dejaba el escucha bebés en un mueble– ¿Está dormido?

– Sí, ya sabes que es todo un dormilón ¿No sé a quién habrá salido?– alcé una ceja y rápidamente se defendió– a mí no me mires, sabes que estoy de arriba para abajo. No tardamos.

Suspiré y escuché como se marchaban antes de ponerme manos a la obra, o mejor dicho mano a la obra, porque la escayola me limitaba un poco. No había pintado una pared entera del salón cuando escuché al niño llorar, miré la hora ¿"No tardamos"? pues si ya iba acercándose la hora de comer del crio. Me limpie las manos en los vaqueros y fue en su busca, posiblemente se hubiera hecho caca y en ese caso estaría en un buen marrón, nunca mejor dicho, porque nunca he cambiado un pañal. Cuando entré en su habitación le encontré de pie en su cuna, llorando con el chupete en la boca, le sorprendió el color de pelo que tenía el niño, de Raven había heredado el color de ojos y el color de tez.

Le cogí en brazos, estaba creciendo muy rápido ya pesaba un montón. No hizo acercar más la nariz, el hedor me decía que ya había evacuado:

– Dios, grandullón ¿Qué comes?

Con el niño en brazos miré por toda la habitación hasta que vi los pañales y todo el material para cambiarle. Bueno, la primera vez que cambio un pañal, es entre asqueroso y emocionante, porque soy consciente de que no es la primera vez que lo haré. Coloco el niño en el soporte que utilizan para cambiarlo, empiezo a desabrochar el body y patalea un poco:

– Bien Lesmes, esto será una misión rápida– hizo una mueca cuando ya subió la prenda por encima de la barriguita para que no se ensuciara– esta es de exploración y de entrenamiento, así que campeón no tengas en cuenta si te coloco ese cacharro– dije señalando el pañal– torcido

En cuanto abrí ese pañal de tela fue como recibir un buen golpe con esa pestilencia, creo que me habría dejado sin conocimiento, de no ser porque se agarró al soporte e intentó mantenerse despierta:

– Joder, soldado abatido por una– puse cara de asco al ver toda esa plasta marrón impregnando el inserto del pañal, me moría de solo pensar que tenía que quitar esa parte para tirarla– gran bomba de mierda

El niño no me entendería, pero de solo ver las caras que ponía ya comenzaba a reírse. Tardé lo suyo, solo porque por casi le vierto el talco antes de limpiarle, no dejaba de moverse y el pañal, me di cuenta que venía sin el inserto absorbente y me tocó ir en su busca, cuando por fin abroché el último botón del body alcé las manos en señal de victoria:

– ¡Bien! Solo he tardado... mejor ni lo cronometro la próxima vez– agarré al niño en brazos– que sea un secreto entre tú y yo, le diremos que la tía Lexa fue la caña– el chiquillo sonrió– ¿Sí eh?

Honor Guerra y Amor 3: Ella era... (G!P)Where stories live. Discover now