capítulo 17

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1974 Ontari

Clarke no intentó acercarse más a mí, lo agradecí ¿qué pretendía? ¿Decir la verdad? ¿Después de cuatro años? Ella tenía su vida, yo la mía y aunque mi matrimonio con Richard empezara siendo más de conveniencia ha cambiado ¿Le amo? Ojalá pudiera decir que le amo con la misma intensidad o más como amé a Lexa, pero de lo que estoy segura es que le quiero y él ama a Alex, es nuestro, nunca fue de Lexa, será su ADN, pero quien ha estado ahí siempre ha sido Richard y no le quitaré esos derechos.

Tampoco estoy preparada para verla, creo que nunca estaré preparada para eso. Me mantengo al lado de Richard e intento estar centrada en la conversación. ¿Cómo hacerlo teniendo cerca a Clarke? Desvió la mirada hacía la mesa donde debería estar, sin embargo su asiento se hallaba vacío, mejor así.

Es la primera vez en mucho tiempo que anhelo acabar algo con ansias, Richard quería seguir un rato más, pero le supliqué que nos fuéramos y utilicé como excusa a Alex. Supuestamente nos esperaban en un parque, pero Annette nos lo acercó a la puerta y muy buena cara no tenía, una trastada había hecho ya el pillo:

— ¿No habíamos quedado en el parque?

Pregunto a Annette mientras cojo en brazos a Alex que vino corriendo hacia mí en cuanto me vio salir por la puerta. Vale, en esta ocasión sí puedo decir que amo a mi diablillo con toda mi alma y me fue imposible no comérmelo a besos:

— Mami

Dice quejumbroso mientras me empuja y se limpia los mofletes:

— Como verás— me respondió Annette enseñándome su chaqueta llena de barro— tú hijo decidió bombardearnos a todos los que estaban en el parque con bolas de barro— imaginarme a Annette huyendo de mi diablillo de cuatro años me hizo gracia la verdad— no te rías, deberías llevarlo a un psicólogo tanta violencia no es buena.

Richard apareció justo cuando Annette se alejó dando grandes zancadas:

— ¿Qué la pasa?

Preguntó mirando como su prima se alejaba:

— Huye de tu horrible mostachón— le respondo, mientras Alex peleaba estirando los bracitos para que Richard lo cargara en brazos— lo de siempre, que es el demonio reencarnado en mini personita— Richard sonriente y bobalicón cargó en brazos a Alex— creo que tiene razón, algo debe pasarle ¿y si le llevamos a un psicólogo?

Richard puso un mohín, como si hubiera dicho la cosa más absurda:

— Tonterías, lo que pasa es que tiene muchas energías y ya está, cuando crezca se va a tranquilizar— cierro los ojos y dejo que deposite un cálido beso en mi frente— ¿por qué no tenemos una tarde en familia en casa? Vemos los dibujos con Alex, Looney tunes ¡yeah!

No debería sorprenderme que le haga más ilusión a él ver los dibujos que a Alex. Aun así, me gusta la idea, prefiero estar tranquila en casa, que un lado para el otro pensando en intentar no pensar. Convenciendo a mi propio cerebro de no pensar en Lexa Woods. Porque quiera o no, en alguna ocasión un pensamiento intrusivo pasó por mi cabeza fugaz, "está en San Francisco" ¿Qué pasaría si la vuelvo a ver? ¿Sería capaz de entablar amistad? ¿Seguiría quedando algo del fuerte sentimiento que sentí por ella? ¿La odiaría? ¿Me odiaría? Joder todo es tan confuso y agobiante.

2006

Alex y Eliana intentaron recordar aquel día, pero eran demasiado pequeñas y a esa edad de poco se acordaban. ¿Quién iba a saber que esas niñas desconocidas iban a tener mucho en común?

Honor Guerra y Amor 3: Ella era... (G!P)Where stories live. Discover now