~Uno~

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Compañero De Honor


Hace un año atrás...

-Estás seguro de querer trabajar aquí? - una jovencita de cabello azulado se paró delante de un tímido Rogue.

-S-Sí...estoy más que seguro. - aquellos ojos carmesí observaban con determinación a aquella chica, que sorprendida le indicó que la siguiera.

-Toma asiento - le pidió la joven, a lo que Rogue obedeció.

Ambos se encontraban dentro de una pequeña oficina con un estante lleno de carpetas, las cuales contenían varios papeles adentro.

La chica rebuscó en los cajones de su escritorio uno de los cuántos contratos de aquel trabajo, ya que no quedaban muchos.

-Bien, antes de que leas y firmes el contrato, debo de ser honesta contigo - la joven de sedoso cabello azul colocó frente a Rogue el dichoso contrato, luego continuó-. Este trabajo es especialmente para gente madura, que esté dispuesta a aceptar cualquier tipo de deseo que tenga el cliente. En pocas palabras, en el momento en que firmes este papel, tu vida le pertenecerá a incontables personas de aquí en adelante.

La chica se acomodó en su asiento, mientras que Rogue tragó saliva duramente, y con la mano temblorosa tomó el bolígrafo. Claro que leyó el contrato antes de firmar, y también memorizó cada palabra que escuchó de aquella mujer.

Sin embargo, ya estaba decidido.

Rogue firmó el contrato, preparado para lo que sea que tuviera que afrontar.

-Bienvenido a nuestra compañía, Rogue - la chica estrechó su mano izquierda -. Una cosa más: deberás estar siempre presentable, ser positivo y abstenerte de actuar violento con tus futuros clientes, y puede que no sólo sean mujeres.

-Lo sé. Le aseguro que no cometeré ningún error - le respondió el de mirada carmesí, levantándose de su asiento.

-Bien - la chica lo guió hasta la salida -. Pondré tu nombre y foto en nuestra página, te llamaré cuando alguien requiera de tus servicios. Y, por cierto... mi nombre es Juvia Lockser, nos estaremos viendo muy seguido.

Rogue asintió, y sin decir más se fue. Su corazón latía más rápido de lo normal, y es que no sabía con qué clase de gente comenzaría a relacionarse.

Porque no todas las personas lo solicitarían por placer, verdad?

Rogue llegó hecho un pánico a su apartamento. Sacó un folleto que anteriormente le habían dado en aquel lugar. Una de las dos reglas más importantes eran: conservar un buen físico, y estar siempre dispuesto a cumplir los deseos del cliente, sin importar qué.

-Sé que lo haré bien - se animó Rogue.

Semanas después, Rogue juraría que su celular colapsaría. Muchas personas pedían de sus servicios, la mayoría eran mujeres de veinte hacia arriba, y siempre requerían de su presencia por las noches.

Para la suerte de Rogue, todas aquellas personas sólo buscaban pasar un buen rato conversando y tomar alguno que otro trago. Ninguna de aquellas mujeres lo buscó para satisfacer sus deseos sexuales, lo cual era un alivio para él.

Compañero De Honor | StingueWhere stories live. Discover now