A Hiro le gustaba perder el tiempo jugando en Google Maps cuando no había más que hacer.
El problema es que a Hiro le gustaba viajar, su instinto de querer descubrir e ir más allá no se limitaba a la robótica, sino que se aplicaba a más de una cosa en su vida, y aunque la cafetería dejaba dinero como para poder comprar ropa de marca y piezas adicionales de tiendas de ingeniería —verdaderas tiendas de ingeniería, Hiro había tenido mucha experiencia con las ferreterías y ya era tiempo de que encontrara algo más grande— dudaba que pudiera ahorrar lo suficiente para un viaje cada año. O tal vez sí podía, pero había otras cosas en el camino y tampoco era bueno morirse de hambre con la esperanza de que eso lo llevara a Vietnam el año siguiente.
Usando el Street View ya había visitado todas y cada una de las carreteras de Texas, se había quedado en más de tres hoteles en Sicilia y ahora se encontraba explorando las calles de uno de los supuestos Pueblos Mágicos de la República Mexicana.
"Santa Cecilia." Informaba inteligentemente la pantalla de su ordenador, y la verdad es que Hiro llevaba media hora dando clicks a lo estúpido y todavía no encontraba la supuesta magia del pueblo.
Parecía cualquier otro lugar del mundo, si le preguntaban. McDonald's en cada esquina y centros comerciales, taxis y metrobuses, paradas de metro y peatones. Hasta ahorita lo más interesante con lo que se había topado era el supuesto Museo Rivera de la Música, y una búsqueda rápida de Google en su celular le había dicho que ahí solía vivir la familia zapatera Rivera, y que de ahí habían salido dos músicos muy importantes: Héctor Rivera y Miguel Rivera. Sepa la bola quiénes eran.
Después de otros cinco minutos de estar dando click sin que nada interesante apareciera se dedicó a realizar otra búsqueda.
—Hey, Mochi—llamó a su asistente, y el pequeño robot gatuno que descansaba sobre su escritorio parpadeó, la luz azul indicando que estaba listo para recibir instrucciones—. ¿Cuáles son las atracciones principales del pueblo de Santa Cecilia?
Se escucharon un par de beeps mientras que la línea azul que conectaba ambos ojos del pequeño gato negro navegaba de un lado a otro, pero pronto le llegó la respuesta.
—El pueblo de Santa Cecilia en México es conocido por tres atracciones principales: el Panteón de Santa Cecilia, la Plaza del Mariachi dónde se encuentra la famosa Estatua de Ernesto de la Cruz y el Museo Rivera de la Música, antiguo hogar de los músicos Héctor y Miguel Rivera. ¿Te gustaría saber más de alguno de estos sitios, Hiro?
El pelinegro se metió un osito de goma a la boca, mirando de reojo su pantalla antes de cerrar Google Maps.
—Mochi, ¿quién es Héctor Rivera?
El gatito parpadeó antes de contestar.
—Héctor Rivera fue el compositor de varias canciones populares durante la época del cine mexicano, entre sus obras más famosas se resaltan Recuérdame, la cual escribió para su hija pequeña y El Mundo Es Mi Familia, la cual protagonizó su mejor amigo, Ernesto de la Cruz, en una película de la época.
Hiro tronó la lengua, metiéndose otro osito de goma a la boca y empezando a jugar Frankenstein con las que quedaban en la bolsa.
—Mochi, ¿quién fue Ernesto de la Cruz?—preguntó, ya aburrido. Realmente parecía que Santa Cecilia no tenía mucho que ofrecer, pero ya estaba aquí y qué más daba aprender un poco más.
—Ernesto de la Cruz fue el mejor amigo de Héctor Rivera, famoso cantautor mexicano de la época del cine, y también el responsable de su muerte. Ernesto mató a Héctor cuando éste intentó volver a Santa Cecilia con su familia para así poder apropiarse de sus canciones, y aunque murió como un héroe generaciones después se descubrió su engaño gracias al tataratataranieto de Héctor. Ernesto también cuenta con una estatua en la Plaza del Mariachi, aunque ahora no sirve de recordatorio de su grandeza sino de adorno, pues la familia Rivera solicitó no la reemplazaran. Las razones a esta petición permanecen desconocidas.
Hiro no sabía qué pensar. Este Ernesto fue un verdadero imbécil, y lo bueno fue que recibió su merecido. Cómo se habían enterado del enredo, Dios sabía. Tal vez investigaría bien la historia luego, pero por ahora solo le quedaba una pregunta.
—Mochi, ¿quién fue Miguel Rivera?
—Miguel Rivera es un famoso cantautor mexicano, y descendiente directo del famoso cantautor mexicano de la época del cine Héctor Rivera. Entre sus canciones más destacadas resaltan El Latido De Mi Corazón, la cual escribió para su familia y la melodía que acompaña las presentaciones teatrales en nombre de Frida Kahlo, ¿te gustaría oírla?
Hiro rodó los ojos, metiéndose a la boca un osito de goma con cabeza amarilla y cuerpo verde.
—Reprodúcela al último. Mochi, ¿qué más ha hecho Miguel Rivera?
—Miguel Rivera es un joven mexicano de dieciocho años que ha participado en varios concursos musicales, tanto a nivel nacional como internacional. Entre los escenarios más famosos que ha pisado resaltan la Sala Nezahualcóyotl de la Universidad Nacional Autónoma de México, localizada en la Ciudad de México; el Teatro Dolby de Hollywood, donde se entregan los Oscars, y el Eventim Apollo en Hammersmith, Londres. Nació y creció en el pueblo de Santa Cecilia, México, y actualmente asiste al Conservatorio Nacional de Música de la Ciudad de México. A la edad de doce años desapareció de casa el Día de Muertos y regresó el tercero de Noviembre con información que hoy se conoce como el Gran Fiasco de la Cruz, en donde descubrió mediante una serie de pruebas irrefutables que Ernesto de la Cruz había robado su discografía entera de Héctor Rivera.
—Okey, Mochi, suficiente—la cabeza le daba vueltas, ¿qué onda con ese niño? A los doce ya descubriendo conspiraciones, a los doce Hiro estaba empezando la preparatoria—. Mochi: descarga el álbum más reciente y las pistas principales de Miguel Rivera a mi celular, después reproduce la melodía que Miguel Rivera compuso para acompañar las presentaciones teatrales de Frida Kahlo.
—Descargar el más reciente álbum de Miguel Rivera: Puente de flores y sus pistas principales: El Latido de Mi Corazón, De Mí Para Kahlo, Dante y Ahógame, a dueto con Mon Laferte directamente de la tienda de música te costará un total de trescientos veintisiete pesos con cincuenta y nueve centavos, para confirmar tu compra introduce tu contraseña y presiona tu pulgar contra la pantalla. Para cancelar, di en voz alta "Mochi, cancela la compra."
Hiro rodó los ojos, haciendo como se le decía. Pronto apareció la notificación de que la descarga se había iniciado y Mochi empezó a reproducir una melodía que en su vida había escuchado, pero no sonaba mal.
Cerró los ojos y conectó los audífonos a su computadora, abriendo desde ahí su aplicación de música y dándole click a la primera canción: Pétalos de naranja.
Sólo esperaba que fuera dinero bien invertido.
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Mucho diálogo, ¿no es así? Ay, perdón;;; pero bueno, todo esto es realmente importante, muestra cómo ve el mundo a todo el caso de Santa Cecilia años después de los hechos, y le augura a Hiro un nuevo novio ;)
En fin, ¡espero lo hayan disfrutado! Y espero decidan seguir esta historia, prometo que se va a poner interesante.
Mientras tanto me gustaría leer sus opiniones. ¿Qué piensan? ¿Tienen sugerencias? ¿Saben de alguna historia Higuel que quieren que lea? ¡Déjenme saber! Los amo, chau.
Besos robóticos congelados:
—Valery
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「cuerdas y metales」- grandes héroes × coco
FanfictionHiro no cree en romances, para ser honesto. Su vida es un constante ciclo de trabajo, salvar a la gente de San Fransokio, pasar algo de tiempo con su mejor amiga y repetir. Vive por y para la rutina, nada más y nada menos. Entre Miguel, quien tiene...