Yo también te quiero.

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En cuanto amaneció me vestí, me armé y baje a comer algo, ya que si no como nada acabaré débil y no podré luchar.

Tomé un poco de cereal con leche sin muchas ganas y salí de la casa, me dirigí al lago el cual estaba al lado de ésta, cuando escuché un ruido por los árboles.

Alertada fuí a ver de qué era y escuché disparar un arma con silenciador.

Estaba escondida tras unos matorrales, los retiré como pude con la mano y cuando logré ver a esa persona mi cuerpo se quedó inmóvil y sentí como mi corazón se aceleró. 

-¡¡CAARL!! -Grité con todas mis fuerzas mientras sentía como mis cuerdas vocales se destrozaban en ese grito.

Él al verme sonrió como nunca y salió corriendo hacia mí, yo hice lo mismo y corrí con todas mis fuerzas hacía el, cuando llegué me lancé tan fuertemente a él que caímos al césped, yo encima de el, no quería soltarlo, no podía perderlo de nuevo, no a él, abrazada a su cuello y el a mi cintura recordé las últimas palabras que me dijo antes de separarnos.

Sin dudarlo dos veces saqué mi cara de su cuello para mirarle a los ojos y decirle.

-Yo también te quiero. -Fueron mis palabras, y sin dejar que diga nada más y sin levantarme de encima posé la más feliz del mundo mis labios sobre los suyos.

Mis labios se amoldaron perfectamente a los suyos y ambos encajaron perfectamente.

Sus labios eran suaves y mágicos, era una sensación que ni yo misma podía expresar, si tenerlo con migo era perfecto, besarlo ya era inimaginable.

Él al instante siguió mi beso dejando ligeras caricias por mi cintura y espalda.
Yo posé mis brazos en su cuello y los apoyé en el césped mientra acariciaba su cabello, ya que el sombrero se le había caído al lado de nosotros.

Estaba tan segura de que le amaba como a nadie, de que no quería que esto acabase jamás.
Al separar mi labios en los suyos le susurré aún en sus labios.

-Te quiero Carl Grimes.

El sonrió ampliamente y me contestó.

-Yo a ti más Taylor.

Sus ojos brillaban como nunca antes y mi sonrisa era la mejor que había tenido en mi vida.
A partir de ahora pasaré todo mi tiempo con él. 

-No sabes lo que te e extrañado. -Me dijo.
-Y yo a tí. -Dije mirando sus ojos. -Ah, mira, ven, te va a encantar. -Dije levantándome de una vez de encima suyo, él se incorporó y lo guié de la mano hacia la casa. -He encontrado una pequeña casa llena de ropa, comida, medicinas, e incluso agua para ducharnos. -Proseguí.
-Wow, llevo sin ver una ducha con agua que ni me acuerdo. -Contestó él.
-Pero hay algo en especial que seguro te encantará.

Le guié hasta dentro de la casa y lo llevé a la cocina y saqué el queridísimo Pudin.

-¡Pudin de chocolate! -Dijo emocionado y casi gritando.

Sonreí y nos subimos al tejado de la casa con 2 cucharas para comer el Pudin.

-Esto... ¿Has encontrado a alguien más?  -Le pregunté.
-No, me separé de ellos porque salí a buscarte, pero mi padre me ha dicho que intentaría llevar a todos a un lugar seguro. -Me informó.
-Espero que estén bien. -Dije suspirando y sentándome ya en el tejado.
-Seguro que lo están. -Dijo sentándose a mi lado y tomando mi mano.

Yo entrelacé nuestros dedos y apoyé mi cabeza en su hombro.

Puse el pudin en medio de nosotros y con la mano sobrante comenzamos a comer.

-¡Está delicioso! -Dije comiendo con ganas.
-Si pero, ¿Sabes como estaría aún más bueno? -Me preguntó
-¿Como? -Contesté metiendo una cucharada de Pudin en mi boca.
-Así. -Contestó y aprovechando que tenía la boca llena de Pudin besó mis labios.

Saboreó así también el Pudin y yo no pude evitar sonreír y seguirle el beso, era algo irresistible, ya que él también tenía Pudin en sus labios.

Era como un dulce beso sabor a chocolate.
Cuando los separamos le sonreí ampliamente.

-Tienes razón, esta Delicioso. -Dije sonriendole.

El me sonrió con sus ojos sobre los míos.

Cuando terminamos de tomar el Pudin entre cucharadas y besos entramos a la casa y Carl cogió algo de ropa que había de hombre y se metió a ducharse.

A los 10 minutos salió ya vestido y duchado.
Por la tarde nos fuimos al lago a charlar en el césped o a refrescarnos hasta que vinieron un par de caminantes y nos fuimos para la casa.

-Podemos mañana cargar los suministros e ir en busca de los demás. -Sugerí.
-Si, buena idea. -Me contestó.

No es más que un Apocalipsis /TWD (Carl y tu)/            [Terminada]Where stories live. Discover now