No es más que un Apocalipsis /TWD (Carl y tu)/ [Terminada]

No somos críos.

Escuchamos un rugido, sin ganas nos separamos, era un caminante.

Carl acabó con él y tomó mi mano.

-Ven. -Dijo con la respiración agitada.

Me guió hacia un tronco que había al lado nuestra y que al parecer estaba hueco, entramos los 2 con facilidad y antes de que pudiera decir o hacer nada más Carl atacó mis labios de nuevo.

Son pensarlo seguí el beso, Carl apoyó su espalda en la pared del tronco e introduje mi lengua en su boca, uniéndola con la suya, Carl por un momento posó sus manos en mis glúteos y los apretó ligeramente para después subirlas y dejar caricias por mi cintura y espalda, era la primera vez que lo hacía pero no me disgustaba, al fin y al cabo es mi novio ¿no?

Por un momento pensé que se nos estaba llendo de las manos pero ya no somos críos, debemos ser conscientes de nuestros actos, obviamente no íbamos a llegar a hacerlo, no creo que eso pase aún ni en un tiempo.

Separé mis labios de los de Carl en busca de oxígeno, a la vez que me separé mordí su labios inferior provocando una linda sonrisa por su parte.

Esta vez me apoyé yo en la pared del tronco y Carl comenzó a dejar algunos besos por mi cuello, ambas respiraciones eran agitadas, abrí mis ojos por un momento y ví los labios de Carl, estaban extremadamente rojos, nunca los ví así, seguramente los míos estaban igual.

-Carl. -Dije entre jadeos.
-¿Uhm? -Contestó sin dejar de besar mi cuello.
-Nuestros labios, están demasiado rojos. -Le dije.

El se separó de mi y miró los míos.

-Como nos vean así podemos meternos en un lío. -Dije.

No me imagino como se puede poner Rick si vé a su hijo así.

-Tienes razón. -Dijo cabizbajo.

Se le veía como arrepentido pero tampoco hemos hecho nada malo.

Levanté su cabeza y le dí un corto beso en los labios.

-Ven, vamos a hacer algo mientras, seguro que se va enseguida. -Dije tomando sus manos.

El sonrió y cuando iba a salir Carl me tomó del brazo.

-Te amo Taylor. -Dijo con un dulce sonrojo en sus mejillas.
-Y yo a tí Carl. -Le respondí de igual forma.

Esperamos a que pasara una pequeña Horda de caminantes y salimos del tronco. Aún estaba un poco nerviosa por lo de hace un momento.

-Hey, ¿A que no sabes lo que he traído? -Dijo Carl con una sonrisa.

Le miré extrañada y sacó de su mochila un par de chocolatinas.

-¡Chocolatinas! -Dije emocionada.

Nos fuimos a unas pequeñas vías que estaban al lado del bosque.

-Quien se caiga el último podrá elegir. -Sugirió Carl.

Ambos nos pusimos en las vías yo detrás de él, eran demasiado finas por lo que era difícil hacer equilibrio en ellas.

Pasaron 10 minutos y ninguno se caía por lo que me comenzaba a aburrir.

Al final decidí acercarme a Carl y aprovechando que yo estaba detrás le dí un eso en su nuca, haciendo que le diera cosquillas y cayera.

-¡Gane! -Dije victoriosa.
-¡No vale! -Dijo.
-¡Si! No dijimos nada de eso. -Dije sonriendo.

Carl sacó con el ceño fruncido las Chocolatinas y elegí una de ellas, la que más me gusta tanto a mí como a Carl.

Carl decía que era injusto y verle de esa forma me divertía mucho, se veía tan lindo así.

Al final como era obvio terminamos partiendo ambas Chocolatinas por la mitad y ambos comimos de las 2.

Ya no teníamos los labios rojos y ya era mediodía, decidimos volver para Alexandría.
Siempre que salimos me lo paso genial, y estas bromas infantiles que tenemos me encantan.
Obviamente el estar con el y tener un tiempo para nosotros era increíble.

Estábamos caminando cuando vimos un par de caminante ya muertos en el suelo pero con algo extraño en ellos,  los 2 tenían una W clavada en su frente.

-¿Quien ha hecho esto? -Pregunté.
-Ni idea, algún psicópata. -Dijo Carl.

Decidimos no darle importancia aunque resultase extraño.

Seguimos caminando de la mano y cuando por fín llegamos nos abrieron la puerta rápidamente, nos extrañamos al ver un grupo numeroso de personas en la calle rodeando algo o alguien, corriendo, nos acercamos, nos hicimos paso entre la gente y mis ojos se abrieron como platos al ver a Rick matándose a golpes junto a Pete, mientras Jessie gritaba que pararan y le tapaba los ojos a su hijo Sam.