Snowflake

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Nevaba afuera, por lo que a pesar de que Tina estaba hasta el cuello de cobijas y tenía un abrigo se comenzaba a entumir. No tenía más de dos horas que se había ido a dormir, y como la había despertado el frío estaba segura que no podría conciliar el sueño nuevamente ni aunque lo intentara. Se removió hasta tener de frente la cama de su hermana, tomó su varita de la mesita de noche y susurró lumos, pero era consciente de que Queenie no estaba en la habitación. Sus sentidos se empaparon del hombre pelirrojo que tenía enfrente y sonrió. Newt había aceptado pasar la noche a su lado.

Después de que comenzara a nevar habían regresado al departamento de las Goldstein, la idea era tomar chocolate caliente, pero Tina estaba muy cansada y decidieron que era mejor dormir y hablar al día siguiente. Retrasar lo inevitable, le había dicho Tina, pero Newt sólo la había llevado a la habitación con la promesa de quedarse a su lado.

Tina se levantó y se arrodilló a lado de la cama de Newt. Riendo como niña pequeña le pico una mejilla con el dedo, Newt se removió, soltando otra risita se inclinó y le besó los párpados, él ni siquiatra se inmutó, le besó la punta de la nariz, la mejilla izquierda, la barbilla, y Newt seguía sin despertar.

–Arriba, pedazo de flojo – le susurró y lo movió un poco.

–Te faltó un lugar – le contestó Newt con los ojos aún cerrados y señalándose los labios.

–¿Estabas despierto? – Tina lo empujó y se sentó a su lado en la cama – Eres un tramposo.

Newt abrió los ojos y miró con preocupación la cara de Tina, le pasó una mano por el despeinado cabello y se enredó un mechón en el índice.

–¿Qué pasa, cariño?

–No puedo dormir – Tina se arrebujó en el abrigo prestado y se encogió de hombros – y aún está nevando.

–Entonces vamos – Newt se quitó las cobijas de encima y levantó a Tina con él – ¿Piensas regresarme el abrigo?

Tina le lanzó una sonrisa con hoyuelos y negó inocentemente con la cabeza. Newt simplemente sonrió y la dejó ser mientras tomaba una manta de su cama.

–Supongo que Queenie se molestará si llegamos a mojar algo – le dijo y cambio con magia los zapatos de ambos, después fue hacia la maleta, la abrió y tomó la bufanda y rodeó el cuello de Tina con ella.

–¿Ahora parezco un auténtico Newt Scamander? – le preguntó Tina con una sonrisa traviesa.

–Ningún Newt Scamander luciría tan hermoso cómo está única señorita Goldstein  – Newt soltó una carcajada ante el sonrojo de Tina y le tomó la mano para Aparecer fuera del edificio.

La nieve les caía en todas partes, pero ellos decidieron dar un paseo de cualquier manera, seguían tomados de la mano y una enorme sonrisa iluminaba ambos rostros.

–Creo que necesitamos hablar – la voz de Newt en la calle vacía sonaba inusualmente dura.

–¿Sobre qué? – Tina no lo miraba y se mordía el labio.

–Tina... – Newt suspiró – esta bien que no quieras hablar, pero... yo... Tina, yo. Tú eres la persona más importante en mi vida, eres tan hermosa y compasiva y maravillosa y fuerte y amorosa y das tanto y yo te amo, era tan difícil para mí aceptarlo, y tal vez esté malinterpretado tus palabras, pero... quizá tú sientes lo mismo y yo, yo en serio te amo y quiero... quiero saber si puedo cortejarte... si no está bien, quiero que sepas que nuestra amistad no cambiará, espero que me permitas ser tu amigo después de esto... ¿Tina? ¿Podrías decir algo, Tina?

–Yo también te amo – Tina susurró y después soltó un sollozo.

–Cariño, no – Newt tomó su cara entre las manos y le limpió las lágrimas con los pulgares – no llores, Tina, no...

–Llevo años esperando que me dijeras que me amabas – le explico Tina y colocó sus manos sobre las de él – pero esto, es mucho mejor de lo que había podido llegar a imaginar.

–Oh, Tina – Newt le besó la frente y la abrazó por los hombros, cubriéndola con la cobija – Eres más de lo que merezco.

–No digas eso – le respondió rápidamente y se recargó en su pecho – Eres el mejor hombre del mundo, no debes buscar merecer a nadie.

–¿En serio me amas? – Newt parecía más que sorprendido.

–Tardaste lo tuyo en procesarlo – Tina se rió y se puso sobre las puntas de los pies. – sí, te amo mucho.

Newt no pudo evitar notar lo cerca que tenía la cara de Tina, sus narices casi se tocaban, su aliento le chocaba en la barbilla, podía mirar sus ojos brillando y sus labios, Merlin, sus labios.

–¿Me permitiría besarla, señorita Goldstein? – le preguntó en apenas un susurró, pero a pesar de eso Tina asintió.

–Sí, señor Scamander.

Y Newt lo hizo, primero se inclinó lentamente, esperando que Tina cambiara de opinión y se alejara, pero no lo hizo y sus labios se tocaron. En la cabeza de Tina sonaba una sinfonía, podía jurar que escuchaba toda una orquesta interpretando a Paganini y a Vivaldi en una explosión de sonidos y colores; se sentía tan viva, tan feliz. Sus labios comenzaron a moverse lentamente, los labios de Newt estaban calientes a pesar del frío y eran suaves, maravillosos. Él se sentía volar, sentía el aire chocar contra sus mejillas y el cuerpo de Tina contra el suyo; nada podía sentirse más perfecto que el saberla entre sus brazos con sus labios sobre lo suyos, era perfecta, era todo lo que importaba.

Cuando se separaron Tina soltó una carcajada triunfal y se abrazó fuertemente a su cuello, echó la cabeza hacia atrás con júbilo y Newt la levantó entre sus brazos y la hizo girar. Nada podía salir mal mientras estuviera con él.

–Te amo tanto – le dijo Tina mirándolo a los ojos y volvió a besarlo.

–Feliz víspera de navidad, Tina – fue lo único que respondió, volviéndola a besar.

FIN
———
Y llegó el fin. Espero que lo hayan disfrutado, no estaba muy segura del final, pero creo que es el mejor. ❄️
Una vez más, si alguien encuentra alguna falla o error de dedo o algo así no duden en hacérmelo saber, por favor ❄️
Feliz inicio de año, ya nos leeremos. Bye ❄️

Let it snow Where stories live. Discover now