Capítulo 7: Flores de papel

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La habitación apenas podía darse el lujo de iluminar una pequeña área en el suelo, situado en ella una construcción hecha de dados, siendo colocada cada pieza con un cuidado extremo por un chico albino recostado boca a bajo. No lo había intentado antes pero realmente le gustaba el ambiente en que todo se envolvía cuando la habitación estaba medianamente a oscuras, entrando sólo colores pertenecientes al ocaso y entonces jugar bajo esa luz.

Además de ello, había un detalle extra, el menor escuchaba música en un pequeño reproductor, lo cual era bastante inusual, pero que le resultaba agradable y nuevo. Por supuesto ese aparato no le pertenecía a él, si no a Mello, quien se lo había prestado momentos antes de ir con su mejor amigo. Le había visto un par de veces escuchando música, y finalmemte cuando le preguntó éste sólo decidió prestárselo.

Debía admitir que era algo incómodo traer puestos los auriculares, pero se distraía de ello al continuar armando ese extraño edificio de dados. Pero toda esa consentración se perdió cuando el cambio automático presentó una canción del género Rock bastante escandalosa para su gusto. Hizo una mueca y se apartó los auriculares, algo dolido por el volumen repentinamente alto.

— Hmm... ¿Así que por ésto a veces no me escuchas? —Murmuró para sí mismo, recordando aquellas veces en que tenía que ponerse frente a él para que se diese cuenta de que le hablaba. Negó con la cabeza sutílmente ante el recuerdo y suspiró, sentándose mientras tomaba el reproductor y así pasar a la siguiente canción, pero a los segundos, escuchó cómo corrían varios niños en el pasillo, riendo. Eso sólo pasaría de desapercibido si no fuese porque miraba una sombra insistente fuera de su puerta, que se visualizaba mejor con la habitación a oscuras.

Apagó el reproductor y se levantó en silencio, dejando el repoductor sobre el buró. Rápidamente se acercó a la puerta y sólo giró un poco el pomo, evitando el clásico desastre de golpear a alguien al abrir la puerta sin cuidado. Se asomó un poco y abrió la puerta completamente, siendo una extraña sorpresa mirar a una chica frente a su puerta, mirándole apenada. Linda era quien estaba ahí, sin saber exactamente qué decir a tal situación.

— Eh... Hola, Near —Saludó con una leve sonrisa, intentando inútilmente esconder un trozo de papel levemente desgarrado. El menor sólo alzó ligeramente una ceja, y entonces volteó a ver a su puerta, donde pedazos de cinta y papel quedaban ahí pegados. — No fui yo, si es lo que piensas —Habló Linda al instante, antes de que Near pudiese decir algo.

— Te creo —Afirmó y volteó a verla. Bajó su mirada y señaló al papel. — ¿Puedes dármelo?

— No deberías tomarle importancia —Rió brevemente, arrugando la hoja para que el menor descartara la idea. Pero se sintió incómoda a la atenta mirada de Near, casi frunciendo el ceño. Ella suspiró y cedió a dárselo.— Sólo es... algo bastante tonto

Near tomó la bola de papel y la extendió, leyendo las vulgaridades escritas en plumón. No era la primera vez, pero si era sincero, lo único que le causaban era cansancio al tener que arrancar el papel cada vez que dejaban una nota así.

— Quise quitarlo antes de que lo vieses... —Murmuró la chica, sonando afligida, hecho que ya no le molestaba mucho a Near, pues ya conocía un poco más de su personalidad.

— Bien, ya no importa —Se encogió de hombros y arrugó nuevamente la nota.

— ¿No harás nada? Deberías decirle a Roger, en serio —El menor sólo se quedaba callado, mirándola como si acabara de decir algo completamente extraño. — Bueno... tomaré eso como un no —Ambos quedaron en silencio, pero Linda en verdad detestaba momentos así. — Oye, ¿Te gustaría... no sé, caminar? Creo que nunca hubo una oportunidad para hablar...

Conceptos del amor: CAMELIA [Mello x Near] [L1]Where stories live. Discover now