4 0 0
                                    

"Mira entre las sombras... Pronto lo sabrás."

  -Esa chica no para de mirarme- le dijo Drake a Stefan inclinándose hacia el pelinegro para no ser escuchados. Drake se comenzaba a sentir incómodo-. Tiene toda la clase así. ¿Crees que sea porque nunca había visto a un albino?

Se encontraban en la clase de activación física y, claro, Ryu era el maestro.  Ese día tocaba correr en la pista junto al otro grupo de su grado, lo cual significaba tener que lidiar con además del sol, con las constantes miradas y cuchicheos acerca de él de los de la otra clase; para este tipo de actividades Drake se veía en la necesidad de usar playeras de manga larga, gorras, lentes de sol y sobretodo, mucho protector solar, por lo que se podrán imaginar que el muchacho albino lucía algo fuera de lugar.

Sin embargo eso no era excusa para estar acosándolo de la manera en la que lo hacía aquella muchacha en las gradas. Drake no recordaba haberla visto antes por la escuela: de piel morena, cabello castaño atado en un moño, pómulos afilados, esbelta... Definitivamente Drake recordaría a alguien así.

   -No creo que sea por eso, Drake, pero me comienza a poner de nervios. Me da una vibra extraña- contestó Stefan mirando a la chica también.

   -¡Bloodgood! ¡Hollowstar! ¡No están de día de campo, a correr los dos!- les gritó Ryu desde el centro de césped de la pista.

Stefan levanto una mano en respuesta y Drake rodó los ojos comenzando a trotar con el pelinegro a su lado. Stefan podía notar que su amigo se sentía incómodo, no le gustaba que eso fuese así. Estiró el cuello y buscó entre los que iban adelante de ellos. Sonrío cuando encontró lo que buscaba. Tomó a Drake por la muñeca y comenzó a correr más rápido, esquivando a todos, escuchó como Drake se quejaba detrás de él. Llegaron a la cabeza de la fila, encontrándose con el trío de siempre. El pelinegro casi pudo ver a traves de los vidrios oscuros de los lentes de Drake, como se iluminaban los ojos de éste.

   -¡Thommy!- brincó Drake con alegría, terminando de acortar la distancia entre él y el pequeño pelinegro. Le pasó un brazo por los hombros-. Te he extrañado.

El chico le dedicó una sonrisa muy tierna, con sus mejillas sonrojadas por el efuerzo de correr y esos lentes grandes, Thomas Seawoods era para Drake uno de los chicos más tiernos que había conocido. Thommy poseía unos hermosos ojos color turquesa que resultaban muy atrayentes cuando te les quedabas mirando por mucho tiempo, era como si te hipnotizaran. Sin embargo los lentes del chico ayudaban mucho a encubrir esos bellos orbes.

Un gruñido familiar sacó de sus pensamientos al albino; Ferre. Drake borró su sonrisa amable y entró en modo defensivo. Stefan corría a su lado, pero solo se dedicó a observar la escena saludando a Thommy con la mano.

   -¿Qué quieren, retrasados?- preguntó un ceñudo Ferre, los rasguños que le había dejado Drake en el cuello ya estaban casi sanados por completo. Su ojo izquierdo tenía un contorno amarillento a su alrededor, producto de un golpe que Drake no supo que le propinó hasta que vio a Ferre el día siguiente-. Quita tus manos de él, Bloodgood.

   -Oh, hola, Ferre. Tanto tiempo sin vernos- dijo Drake ignorando lo último que el castaño le había dicho-. Veo que sigues tan encamtador como siempre.

La sonrisa burlona del albino se hizo más amplia cuando los ojos oscuros de Ferre destellaron en enojo. Thommy se veía nervioso trotando entre esos dos, no tenía un buen presentimiento.

Danza de FuegoWhere stories live. Discover now