El encuentro.

259 23 6
                                    

- Hemos llegado.

La voz de Watari me hizo despertar de una pequeña siesta, haciendo que me removiera en el asiento del copiloto. Me estiré levemente desperezándome y acto seguido miré por la ventanilla; estábamos en una azotea y era de noche ahora, los edificios brillaban asemejando a las estrellas por los enormes carteles luminosos que poseían, y las personas abajo parecían tan solo hormigas. "Vaya... Sí que somos insignificantes." Pensé ante tal escenario.

- Bien... ¿Y ahora qué, Watari?

Pregunté curiosa, sin tener la más remota idea de lo que haríamos ahora. A decir verdad... No había planeado exactamente qué decirle a L, o cómo reaccionar... Pues sabía que ése chico nunca había mostrado su rostro en público y me parecía sumamente extraño el hecho de que decidiera presentarse frente a mí.

- Bueno señorita Daigo, L nos está esperando en una habitación de este hotel. Vamos a ir a verle ahora y ustedes conversarán lo que tengan que conversar.

Dijo el hombre mayor con simplicidad, a continuación bajó del helicóptero y me abrió la puerta, ayudándome a bajar con cortesía. Le agradecí y él amablemente comenzó a caminar, haciendo un ademán para darme a entender que lo siguiera.

Una vez dentro del edificio miré todo con atención; las habitaciones eran blancas y en la puerta tenían un número en negro, indicando el orden de numeración. Watari me informó que L esperaba en la habitación 24, por lo que sin perder el tiempo entramos al ascensor, marcando dicho número. Hacía tiempo que no salía de prisión, y estar en este lugar aunque tan solo fuera un hotel era maravilloso, me daba una sensación reconfortante. De pronto mi estómago sonó, y caí en la cuenta de que desde iniciado el viaje no había comido absolutamente nada.

- ¿Tienes hambre? - Preguntó Watari, con su cortesía habitual. Sin esperar respuesta el hombre sacó del bolsillo de su pantalón unos cuantos dulces y me los ofreció, esperando a que los tomara.

- Sí... Un poco... - Respondí con cierta timidez, tomando los dulces de su mano. 

- Gracias, Watari. - Dije empezando a comer, era raro que tuviera tal cantidad de dulces... En fin, agradecía que por lo menos me hubiera dado algo comestible.

El ascensor se detuvo y abrió sus puertas, dejando ver un nuevo pasillo. Watari reanudó su caminar y lo seguí como hace unos minutos, al llegar a la habitación 24 sacó una tarjeta un bolsillo de su saco y la posó en un lector, era una clase de maquina que leía aquello... como una forma moderna de las llaves de los hoteles. El lector emitió un ¡beep! y una pequeña luz verde, a continuación la puerta se abrió. Adentro todo estaba en completo silencio, la habitación era lujosa, sus colores eran blancos y dorados; dando el matiz elegante. Di unos cuantos pasos hacia delante algo confundida por la situación hasta que Watari me detuvo poniendo una mano sobre mi hombro, volteé la cabeza para interrogarlo con la mirada y él simplemente negó con la cabeza, dándome a entender que debía esperar.

De pronto una voz resonó en el lugar, proveniente de alguna parte de la habitación que no estaba a nuestra vista.

- Me alegra que haya llegado señorita Daigo, sin embargo como usted entenderá no puedo mostrar mi rostro hasta asegurarme de que usted no constituya ningún peligro.

Su voz era suave, despreocupada, agradable y atractiva al oído. Aquello que dijo lo comprendí, sin embargo me pareció una total tontería, ya que antes de salir me habían requisado. Sin embargo Watari se encargó de hacerlo esta vez y cuando se aseguró de que todo estuviera seguro le informó a su jefe, dando este finalmente la cara al aparecer frente a nosotros.

No podía creer lo que estaba viendo; era igual a Beyond. Exactamente igual excepto por sus ojos, los cuales eran de un negro profundo. El terror me invadió al pensar precipitadamente que aquel chico no era nadie más que Beyond. Es que él tenía que ser Beyond, no encontraba otra explicación. Di un par de pasos hacia atrás, con los ojos dilatados por el horror y la mente a punto de explotar; ¿L era Beyond? ¿Beyond era L? ¿Pero qué demonios?

- T-Tú... Beyond aléjate de mí, no quiero volver a verte... 

Dije al borde del llanto, Watari me miraba confundido, sin embargo L sabía a la perfección lo que sucedía. El chico suspiró y se acercó.

- No soy quien cree...

- ¡Idiota! ¡No juegues conmigo!

Lo interrumpí furiosa y dolida, L pareció sorprenderse ante tal arranque y se quedó quieto en su lugar, mirándome cauteloso.

- Señorita Daigo le pido que se calme, sé lo que cree pero no es así. Yo no soy Beyond, de verdad soy L. Si lo permite yo podría explicarle... las cosas, para que entienda mejor.

Dijo L, con su voz igual de suave. Seguía sin entender la situación, y la cabeza empezaba a dolerme de tanto pensar. Dudé por un momento cerrando los ojos, hasta que finalmente asentí con la cabeza y abrí los ojos mirándolo, todavía asustada. Él me invitó a sentarme en el sofá y le pidió a Watari que me trajera un vaso de agua. El hombre mayor asintió yendo a la cocina, mientras que el joven se sentó en el sillón que estaba enfrente, se sentó de una forma peculiar, como si estuviera de cuclillas o algo parecido, y aunque mi mente estuviera completamente nublada, no podía dejar de preguntarme por qué se sentaba así.

- Beyond era como mi aprendiz... - Empezó a hablar L, sacándome de mis pensamientos. - Pasaron muchas cosas hace mucho tiempo, producto de eso Beyond se enfadó conmigo... sin embargo desarrolló una especie de obsesión y se esmeró en tener la misma apariencia física que yo, por eso se parece tanto a mí... Lamento si eso le trae malos recuerdos.

Terminó él rápidamente de explicar, llegando Watari con lo solicitado. Tomé el vaso y asentí lentamente con la cabeza a lo que me había dicho mientras tomaba el agua, aquello tenía algo de lógica... Beyond estaba realmente loco. Al acabar dejé el vaso en una mesita que había entre nosotros y miré a L fijamente, suspirando.

- Claro... Yo... Lamento haberte llamado idiota, es solo que... Bueno...

- No pasa nada, entiendo a la perfección.

Interrumpió el chico, y sin poder evitarlo le sonreí debido a su amabilidad y comprensión. Después de todo... sería encantador trabajar a su lado.

Innocent {L Lawliet y tú}Where stories live. Discover now