bubblegum ; richie tozier

06. insane

Daisy

Odiaba despertarme temprano en vacaciones, porque primero, no le encontraba sentido alguno, y segundo, no había nada que yo pudiera hacer más que escuchar música dentro de mi habitación.

Esta tarde, después de unos días sin salir, decidí visitar la plaza principal del pueblo, en busca de algo entretenido que hacer.

Al momento en que estaba a punto de salir, mamá habló.

—Probablemente cuándo vuelvas nosotros no estemos, esta noche no volveremos— avisó, sin despegar la mirada del televisor. Rodé los ojos.

—Esta bien mamá— me limité a decir, saliendo de la casa y cerrando bastante fuerte la puerta.

No me molestaba el hecho de que mamá reinicie su vida con otras personas, pero me molestaba el hecho de que ella le prestará atención a cualquier otra cosa menos a mí.

Coloqué mis auriculares, mientras comenzaba a escuchar a Blondie, alguien que realmente admiraba muchisimo.

—¡hey, Daisy!— escuché a un costado, cerca de mí. Busque quien había sido, encontrándome con Bill, y su calida sonrisa.

—Hola Bill— saludé, quitandome los auriculares, aprovechando que la canción que escuchaba había terminado.

—¿Como e-stas?— preguntó, intentando entablar una conversación, mientras ahora, caminaba a un lado mío.

—Bien, ¿y tú? ¿Que tal todo?— Él no parecía estar bien en lo absoluto, algo me decía que luchaba por no soltar todo lo que ocurría.

—Bien— respondió suspirando — Acabamos de volver de una reunión c-con los chicos, estás bienvenida a p-participar, solo si quieres.

Me detuve a observarlo mejor, haciendo que él haga lo mismo — ¿Realmente estás bien Bill?

Él me miró nervioso, era increible cómo unas miradas podían decirte todo lo que uno no puede soltar.

—E-es complicado, m-muy comp-plicado— su tartamudeó aumento en ese instante— Pero prometo c-contarte absolutamente todo en la sig-guiente reunión en que nos veam-mos ¿bien?

—Esta bien— susurré aún sin entender muy bien toda la situación.

—Nos vemos luego Daisy, p-prometo soltar todo la prox-xima vez— me despedí de él con una leve sonrisa y luego lo ví marcharse. Bien, ese había sido el encuentro más raro que he tenido últimamente.

Y es que me había hecho pensar que desde aquel día que los conocí, no había vuelto a verlos, algo que muy dentro mío ansiaba demasiado. Sólo me había cruzado con Bill y... Richie.

Decidí volver a casa en el momento que sentí una fría brisa. Miré a mi alrededor y ví los arboles moviendose salvajemente, mientras las campanillas sonaban con violencia. Nadie estaba en las calles, por lo que sería la única en medio de la tormenta, tenía que apresurarme.

—Daisy— escuché un susurro en el viento, no sabía si eso había sido parte de mi imaginación o si algo realmente había dicho mi nombre. Siendo o no siendo real, provoco un escalofrío en todo mi cuerpo.

Miré hacía mi ambos costados, intentando distinguir a alguien, pero como había dicho antes, era la única que parecía querer mojarse con la tormenta.

Mi corazón daba fuertes latidos, los suficientes para darme cuenta que estaba asustada. Sentía que me ahogaría si no llegaba cuanto antes en casa.

Seguí caminando, retomando mi camino con pasos apresurados. No sé que tenía este pueblo, pero cuándo no había nadie en las calles, era cuando la verdadera pesadilla comenzaba, o eso era lo que se podía ver.