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A la mañana siguiente Hermione se despertó temprano, quedaban nada más cuatro días para presentar la poción y aún no habían dado con Snape para que les diera el ajenjo y hoy se había propuesto conseguirlo constara lo que costara.

Se levantó y se arreglo lo más rápido que pudo, cuando salió de la habitación se asomo por el balcón, desde donde vio a Draco dormido sobre uno de los sillones, con la camisa un poco abierta, las mangas dobladas hasta los codos y la botella de Whiskey casi vacía, lo miro por unos segundos y se maldijo, ahora de engreído y caprichoso chico, había pasado a alcohólico.

Bajo furiosa las escaleras dispuesta a despertarlo, pero los murmullos de este la detuvieron.

— Padre...DetenteDraco tenía el ceño fruncido y apretaba la mandíbula con tanta fuerza que la castaña pensó que en cualquier momento se quebraría los dientes.

Se acercó más a él y vio que comenzaba a agitarse, Draco estaba luchando con algo y ella comenzaba a asustarse.

Toco su brazo izquierdo y no pudo evitar saltar hacia un lado, pese a que Draco estaba apoyado sobre este una pequeña parte de la marca tenebrosa quedo al descubierto y al sentirla contra su piel, un escalofrió la recorrió, la marca ardía en calor y se sentía como la piel de un reptil, tosca y dolorosa.

Hizo una mueca y pidió a Godric Gryffindor que la serpiente no despertara antes de que ella lo hiciera.

Respiro profundo un par de veces y lo llamo.— Draco, despierta.

El rubio se removió un poco pero no despertó.

— Vamos Draco, tenemos que ir a claselo tomo del brazo derecho y comenzó a moverlo con más ahínco.

Nada. Draco seguí refunfuñando contra lo que sea que estuviera en sus sueños.

— No... Duele.

La marca en su brazo comenzó a arderle más y Hermione lo noto, la piel alrededor de esta comenzaba a tornarse roja.

— ¡Draco Despierta!grito, no porque la desesperara el hecho de que él no reaccionara, sino porque algo muy parecido a la preocupación la invadió al ver el dolor que este sentía.

— ¡Detente!él se levantó de repente tomando la mano de Hermione con fuerza y por un momento su vista se nublo, y frente a él no estaba la castaña sino su padre, obligándolo a rendirse ante Voldemort y jurarle lealtad eterna.

El agarre comenzaba a lastimarla y  gimió de dolor, trato de soltarse pero Draco no se lo permitió.

— Me estas lastimando Draco... Suéltamela voz comenzaba a temblarle y el miedo la invadió ¡Draco suéltame!

De repente cayó en la realidad y pudo ver a quien tenía frente a él.

La soltó tan rápido como la había sujetado, tomándola por sorpresa y haciendo que ella se diera contra la mesa ratona tras ella y quedara sentada.

Ella se tomó la muñeca con la mano libre en un intento inútil de parar el dolor, lo miro horrorizada y unas cuantas lágrimas escaparon de sus ojos, al darse cuenta de ello, se levantó y camino hacia la puerta con más miedo que furia hacia él.

— Hermione, esperatrato de agarrarla del brazo, pero la chica lo esquivoHerms la garganta le dolía y su voz era ronca, el llamarla producía un gran esfuerzo.

— Voy tarde a clase Malfoysu voz sonó asustada y antes de que Draco hablara de nuevo salió de la sala.

El chico quiso gritar, maldecir y golpear a su padre, todo esto era su culpa, las pesadillas, la marca, el haber asustado a Hermione, ¡era increíble que la tregua le hubiera durado tan solo unas cuantas horas y media botella de Whiskey de fuego! Enfurecido le dio un puño a la mesa ratona y se retiró a su habitación para arreglarse e ir a clase.

De Amortentia y Otros MalesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora