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Las clases habían comenzado oficialmente, sin embargo, ningún estudiante se había acostumbrado ver a Umbrige caminando por los pasillos, con su actitud de superioridad irritante; aun no les habían explicado lo que estaba sucediendo, y mucho menos el porqué de la salida de Dumbledore.

Minerva Mcgonagall evitaba las preguntas, excusándose en que a ella no le correspondía dar tal información, y que decir de la nueva directora, que ante la más mínima mención del viejo brujo, castigaba, gritaba y humillaba a quien preguntara.

Durante los dos días que llevaba Hermione en el castillo ya había tenido tres altercados con la bruja y debido a ello, se le había ordenado ayudar a Snape durante las tardes en el salón de pociones y en todo lo que requiriera el profesor.

Harry, había sido enviado a cuidar a las mandrágoras, y Pansy era humillada, pues cada vez que Dolores la veía, la frenaba en medio de pasillo y comenzaba a recriminar su alianza con Voldemort y el asco que sentía al imaginar la marca de la serpiente tatuada en su brazo.

Neville había sido llevado a la cocina, con la orden de ayudar a las elfina durante una semana; Theo llevado a cada armario del castillo con la excusa de que si limpiaba todo, no sería castigado y lo tratarían con respeto.

Blaise tenía que ayudar en la biblioteca, llevaba dos día allí y comenzaba a sospechar que era alérgico al polvo. Ginny también fue castigada y enviada a acompañar a Haggrit en sus excursiones nocturnas al bosque prohibido.

Luna era tratada de lunática, aunque eso no fue mayor problema para ella, el insulto ya lo había escuchado, así que no le tomo importancia. Ron también había caído en las garras de la bruja, él tendría que acompañar a Dolores en cada junta que tuviera dentro o fuera de Hogwarts y Draco había sido llevado al despacho de la directora, con la orden de leer, clasificar y si era necesario reescribir los informes académicos de todos los profesores del castillo.

Cualquiera pensaría que lo hacía simplemente por diversión, pero Umbrige estaba al tanto de ese grupo de magos y sabía que entre más ocupados los tuviese menos oportunidades tendrían de averiguar lo sucedido con Albus, y claro, de cumplir las malditas profecías que ya habían llegado a boca del ministerio de magia.

Si esos escuincles estaban ocupados, estarían lejos del guardapelo.

Lastimosamente, esos escuincles como los llamaba la directora, iban un paso delante de ella.

En la noche se reunían en la biblioteca y repasaban una y otra vez el plan para robar el objeto que colgaba con elegancia en Dolores.

¾ Nos van a expulsar después de hace esto—se quejó Hermione por lo bajo.

¾ Prefiero que nos expulsen, a seguir escuchando sus insultos— alego Pansy.

¾ Luego de esto— Blaise señalo unas pociones— dudo que dejes de escuchar sus insultos.

El plan era sencillo, Hermione robaría unas cuantas pociones, que al mezclarse causaran una pequeña explosión, Blaise prepararía la mezcla, Pansy haría algo par que la llevaran al despacho, Draco guardaría la mezcla en el cajón donde Umbrige guardaba su varita, y cuando la poción surtiera efecto, la Slytherin aturdiría a la bruja y Draco le quitaría el guardapelo, Neville llevaría el objeto a la mansión y se lo daría a Narcissa, quien lo guardaría, hasta que encontrarán los dos objetos restantes. La copa de Helga Hufflepuff y la diadema de Rowena.

Mientras eso sucedía en el despacho, Luna hablaría con el fantasma de Nick Casi Decapitado, pues era el único con el que Harry y Pansy no habían tenido una conversación.

De Amortentia y Otros MalesWhere stories live. Discover now