Capítulo 10

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"¿Bromeas?" –pudo preguntar Legolas, finalmente, tras un largo y tenso silencio.

"No se me ocurriría bromear con algo tan serio, Legolas."

El elfo le prestó más atención.

"Sé cuánto te has esforzado por cuidarme desde que estoy así, Estel, y estoy muy agradecido. Como dijiste, no sabemos si recuperaré la vista, pero nunca has dejado de darme esa poción sin importar cuánto me negara. No me malentiendas. Me alegro de habérmela tomado. Me hizo recuperar las fuerzas antes de lo normal... pero me temo que nada ha cambiado con respecto a mi vista."

Legolas hizo una pausa, acariciando la tela que le cubría los ojos inconscientemente.

"Cada vez que cambiabas el vendaje esperaba... rezaba para poder ver la luz. Solo un destello era suficiente... pero todo lo que podía ver era la oscuridad. Solo eso."

Aragorn sujetó la mano de Legolas.

"Entonces yo te llevaré hasta la luz, hermano."

"¿C... cómo? ¿Has encontrado una manera de hacerlo?" –preguntó el príncipe, sin querer que sus esperanzas aumentaran.

Aragorn no respondió, pero sin decir nada empezó a quitar la venda de los ojos de Legolas. Entonces se inclinó y puso algo en la palma de su mano.

"¿Qué es esto? –preguntó Legolas, mientras tocaba el pequeño objeto redondeado-. Parece una piedra."

"Eso es –contentó Aragorn, con la mirada fija en la piedra verde que sostenía Legolas-. Es la Piedra de Elfo, la piedra de Elessar que me dio Galadriel cuando nos refugiamos en Lothlorien. ¿Recuerdas que te lo dije?"

Legolas asintió.

"Te lo dio como seña de tu identidad, pues está ligada a tu apellido, Elessar."

"Correcto. Pero lo que no te dije es que no es solo para eso. También señalará quién es el verdadero heredero al trono de Gondor, el verdadero heredero de Isildur y Elendil."

Cada vez más confuso, Legolas volvió a preguntar.

"¿Qué quieres decir? Tú eres el heredero."

"Galadriel me dijo que esta piedra le concederá un deseo al verdadero heredero –Aragorn colocó la palma de su mano sobre la de Legolas, dejando la piedra entre ellas-. Solo uno que desee de verdad."

Se hizo el silencio y Legolas tragó con nerviosismo. Tenía esperanzas de que funcionara, pero seguía un poco escéptico.

"¿Estás seguro, Estel?"

"No perdemos nada por intentarlo."

"Pero... ¡podría hacerte falta para algo en el futuro! Quiero decir... si las palabras de Galadriel eran ciertas, y ella no es alguien que bromee con este tipo de cosas, no podrás volver a usarla y..."

"Legolas –Aragorn sujetó las mejillas de Legolas-. La necesito ahora."

Los ciegos ojos de Legolas se empañaron con las lágrimas, conmovido por la generosidad de su amigo.

"Entonces haz lo que quieras, Estel" –dijo, a pesar del nudo que sentía en la garganta.

El hombre sonrió y cogió la piedra que sostenía Legolas. Entonces la miró y se quedó inmóvil.

"Bueno... ¿y cómo funciona esta cosa?"

Legolas sonrió.

"¿Por qué no le preguntas a la piedra?"

Oscuridad AterradoraWhere stories live. Discover now