Infiltrada entre Vampiros

capítulo 42

Mila

Cuando me encontraba esperando a Matt y él no llegaba decidí dar un par de vueltas, quizá él estaba por otro lado esa fue una suposición que al final resultó ser un hecho, pero todo mi cuerpo gritó ¡alerta! Cuando lo ví en una situación nada cómoda con Peyton Morris; pasó, en unas palabras tan delicadas le ordené que se retire y bueno, al final terminamos Matt y yo en este lugar donde hay poca iluminación, muchas rocas con las que podrías tropezar, un ambiente tenso y donde el frío me congela las venas. Luego de sus palabras tan serias y que de seguro no dirán nada agradable, pero aquí estamos observandonos, analizandonos, sin decir alguna palabra.

- ¿comenzarás a hablar o esto ya terminó? - pregunto de manera fría y distante, estoy conteniendo mis sentimientos y creo que no podré hacerlo por mucho tiempo.

Tarde o temprano Brett se dará cuenta de mi interés por Matt y eso sólo le traería más problemas a él, aunque pensándolo bien Brett… ya se dió cuenta.. es esa la más grande razón por lo que quiere acabar con Matt.

- hablas en doble sentido.

Muerdo mi labio inferior sin saber que decir, me he dado cuenta que Matt logra quitarme la palabra, el aliento en este tipo de ocasiones.

- no me… interesa como te lo tomes, estamos aquí para hablar de otra cosa de la que, ambos sabemos, no tiene que ver con lo que respecta a nosotros. - intento referirme a nuestra extraña relación, eso es algo de lo que no quiero hablar aún.

Él asiente lentamente, sé que lo que dije no le agradó y hago un gran esfuerzo para mantener mi postura firme, directa y distante.

- dime algo… ¿tu crees que yo intenté asesinar a tu hermano? - respiro profundamente, guardo mis manos heladas en los bolsillos de mi chaqueta mientras pienso internamente; la verdad no creía eso pero Brett, mi hermano, no jugaría conmigo, con mi corazón y mi mente, así que finalmente le creí; Matt espera de manera paciente mi respuesta y sé que no le agradará, pero estamos aquí para ser sinceros, así que sin poder decirlo en voz alta solo asiento y es ahí cuando su mirada esperanzada decae, sus ojos me muestran una tristeza y decepción, expresan dolor, sin ser capaz de sostener aquella mirada llena de melancolía miro en otra dirección, después de todo la dolida aquí debería ser yo.

Mi corazón se acelera cuando la distancia que manteniamos se acorta con cada paso apresurado que da, camina con rapidez hacia mí, luego al estar cara a cara con una distancia exageradamente corta se detiene, bajo la mirada nuevamente, no puedo tenerlo de esta manera, tan cerca y tan lejos a la vez, sus manos llegan a mi rostro, con lentitud me obliga a alzar ligeramente la mirada para verlo; encuentro aquellos ojos color café profundo que son hipnotizantes y que sin duda me encantan, me quedo sin hacer nada, sin poder moverme, alejarme o gritarle, luego con dificultad habla:

- ¿enserio crees eso de mí? Mirame a los ojos y responde - mi respiración es entrecortada, mi corazón late de manera acelerada, me encuentro encerrada en un maldito mutismo, cuando al fin tengo control de mi cuerpo guío mis manos hasta las suyas, el contacto parecer crear un pequeño choque de electricidad, sus manos frías parecen ponerse rígidas ante mi tacto, luego lentamente lo alejo, su mirada me parte el alma en dos.

- yo… - doy un paso hacia atrás - yo… no te conozco - una parte de mí grita que corra hacia sus brazos pero otra la más fuerte me retiene y me hace recordar de una manera repetida lo que él intenta hacer, quiere jugar con mi mente, hacerme creer que Brett es el malo aquí, esa historia ya me la sé -  no conozco quién eres en realidad, si eres bueno o sólo un buen farsante.

- siempre he sido sincero contigo, la persona que ves es la que soy, un chico lleno de imperfecciones pero que jamás haría algo para lastimarte, mentirte o traicionarte - luce ofendido - Mila… no te pido que me creas, no te obligare a nada, sólo te diré que yo no intenté asesinar a Brett, esa es la verdad, depende de tí creerme o no - muerdo mi labio inferior con fuerza, todo esto me revuelve la cabeza y no se que hacer, en quién confiar.