Esta historia trata de los hijos de Simba y Nala: Kopa, Kiara y Kion, y sus aventuras.
Kopa de cachorro tuvo un accidente con algo o mejor dicho con alguien y tiene que regresar a casa.
Kiara había conocido a alguien muy especial, pero su padre no a...
Ya había pasado un año desde la muerte de Scar y la ascensión de Simba como nuevo rey en Las Praderas. Desde aquel día todo comenzaba a mejorar en el Reino, las distintas especies animales comenzaron a regresar a su antiguo hogar cuando este volvió a retomar su flora particular y los ríos volvieron a regar las tierras.
Simba, en su corto reinado ya había aprendido unas cuantas cosas gracias a su madre que lo guiaba y aconsejaba en lo que necesitaba, Zazu también era un gran apoyo para el pelirrojo, quien diría que después de burlarse tanto de él en su niñez ahora lo consideraba de gran ayuda. Pero por supuesto que su mayor pilar era Nala, la leona del cual se había enamorado perdidamente, ella era quien lo traía a tierra cuando los problemas del reino parecían sobrepasarlo y es que, después de haber pasado por todo, Nala sabía mantener la calma tranquilizando así al león.
Ese día Simba se encontraba observando su reino como de costumbre, recordando las enseñanzas de su padre. Estaba atardeciendo y la manada se preparaba para descansar, todo estaba tranquilo para los ojos del rey; sin embargo, un grito particular llamo su atención.
-¡Simba, ven pronto!- se trataba de Nala, el nombrado acudió al llamado de su esposa de inmediato.
La leona se encontraba detrás de la roca del rey esperando a Simba con entusiasmo, tenía algo muy importante que decirle. Cuando este llego se veía preocupado, rápidamente se acercó a la leona de hermosos ojos verdes.
Ella rio ante la preocupación de su esposo, cuando quería podía ser demasiado dramático. Lamió su mejilla en un gesto tranquilizador.-cálmate, no te alteres ¿si?- este asintió lentamente.- bien, estoy embarazada.-
Simba quedo pasmado, sus labios se encontraban entreabiertos, no podía creer tal noticia.- ¿es... cierto? ¿De... de verdad? ¡No puede ser! ¡Es asombroso, seré padre! ¡Seremos padres! Esto es grandioso, ¡Gracias, Nala!- ambos se abrazan con ternura.
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