Epilogo

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Dos años después...

-¿No crees que es demasiada comida? - pregunto a Yuli, al ver lo que ha ordenado para comer. Quedamos de vernos porque tiene algo importante que decirme. Sonríe.

-Bueno, es por que voy a comer por dos-

-No veo a Carlo por aquí-digo viendo alrededor. Ella bufa.

-¿Eres o te haces?, voy a comer por dos-alza su mano, para dos dedos, después apunta hacia ella, y baja la mano a su estómago.

-Oh, tu solitaria, te dije que comer en la calle no era bueno-me hago la tonta, pues ya capte lo que quiso decir, pero quiero escucharla decirlo, y aparte sacarla de quicio un poco. Se pasa una mano por la cara y sonrío.

-Ay, dios mío, ¡estoy embarazada! -dice señalando su estómago, y alzando las cejas. Trato de no sonreír.

-Pobre criatura-digo poniendo mi mano derecha sobre mi pecho- lo que le espera en esta vida-

-Te estas pasando, Dayana Duarte-dice cruzándose de brazos y volteando para otro lado. Me rio y me acerco a ella.

-Va a ser el niño o niña más feliz del mundo con una mami como tu-digo tocando su estómago. Voltea y me sonríe.

-¿De verdad lo crees? -

-Por supuesto que si-

-Aunque, lo admito, va a tener una mamá un poco loca-

-¿un poco? - reímos.

Nos disponemos a comer, y a hablar sobre el pequeño en camino, ella esta tan emocionada que hasta sus ojos brillan al hablar sobre ello. Yo estoy mas que feliz por ella, se que será una madre excelente.

-¿Hoy es aniversario de Lili, cierto? - asiento, y sonrío. - ¿Puedo acompañarte? -

-Claro que sí, después podemos ir a pasear, ¿qué dices? -

-Perfecto, sabes tengo ganas de comer una nieve de chocolate- río.

-¿eso es antojo tuyo o del bebé? -

-Del bebé-dice mirando hacia otro lado-

-No te aguanto- ríe - anda vamos- Pagamos la cuenta y tomamos camino al cementerio. Al llegar compro un ramo de rosas, y nos adentramos.

Caminamos con nuestros brazos entrelazados, cuando detengo el paso al ver, a alguien hincándose en lápida de Lili. Pablo. Yuli se da cuenta y se suelta de mí.

-Te espero en la entrada- Sonríe, y se va. No había sabido nada de Pablo desde que recibí las flores que mando a mi casa.

Abro la puerta y una sonriente Coraline se abraza a mí para luego correr dentro de mi casa para ir a ver televisión, Christian me mira sonriente, pero a la vez puedo notar algo extraño en su expresión, es como si quisiera decirme algo, pero no se atreve. Caminamos en silencio hacia la cocina para dejar las cosas que trae.

-¿Todo está bien? -pregunto. Christian se acerca a mí y me besa de manera apasionado, en un principio me toma desprevenida pero solo unos segundos después le estoy respondiendo de la misma manera.

-Te quiero, Dayana -susurra pegado a mis labios-. Ayer... -el timbre suena interrumpiendo lo que me va a decir. Lentamente me suelta y camino a ver quién es.

Abro la puerta y lo primero que veo es un gran arreglo de girasoles frente a mí, son hermosos. El chico que los trae pregunta por mí y al momento que asiento me entrega una tabla para que firme y luego me entrega las flores y un pequeño paquete, cierro la puerta y dejo las flores sobre la mesa de centro del living, lo primero que hago es mirar si tiene tarjeta pero no encuentro nada, me concentro en el paquete al abrirlo me encuentro con una caja de terciopelo negro, lo abro y un collar azul con un dije de cristal en forma de corazón descansa dentro de él. Es hermoso. Debajo del estuche hay una hoja doblada, cuando la abro me sorprendo al reconocer la letra de Pablo.

No soy la únicaWhere stories live. Discover now