CAPITULO 26

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El día de la exposición de kaien , Rukia estuvo bastante atareada. Entre los pedidos para alguna que otra fiesta de examigos, las continuas quejas de sus empleados por tener que aguantar a aquellos dos ingratos muchachos y las furiosas miradas de Ichigo , que aún seguía tremendamente molesto, estaba
hasta arriba y sin poder disfrutar ni de un segundo de descanso.
No sabía por qué Ichigo se había enfadado tanto. Después de todo, ellos no tenían una relación, solamente se acostaban de vez en cuando. Y, aunque ella no lo hacía con nadie más, dudaba que Ichigo hiciera lo mismo. De hecho, había visto muy de cerca su infidelidad cuando lo encontró entre los brazos de la señorita del Comité. Aunque Ichigo le dio mil y una explicaciones, Rukia
todavía no sabía si creer sus palabras.
Pero aun suponiendo que él le fuera fiel y no fuera con otras, ¿por qué
tenía ella que negarse el placer de salir con otro hombre? No es que fuera a acostarse con kaien , pero divertirse con un amigo después del trabajo no era una mala forma de deshacerse de todo el estrés acumulado. Además, aún rondaba sobre ellos y su posible e hipotética relación aquel receloso trato en
el que todo valía para obtener una victoria.
Eso llevaba a Rukia a preguntarse si las palabras de amor que habían
escapado de los labios de Ichigo eran ciertas o sólo se trataba de otra de sus mentiras para conseguir llegar a su corazón. Aunque parecía tan sincero...
Sus labios, sus caricias, sus besos y sus dulces palabras parecían tan reales
que estuvo a punto de creer en ellas. Luego recordó la apuesta y lo que
perdería si todo era una farsa, así que volvió a proteger su acelerado corazón con su coraza.
Por otra parte, aunque kaien le había declarado sus intenciones y Rukia
sabía que sería un hombre cien veces mejor que aquel gigoló de Ichigo kurosaki , no podía evitar pensar que entre kaien y ella siempre faltaba algo.
Kaien era alguien en quien tal vez podría llegar a confiar, todo lo contrario que con el egocéntrico y furioso personaje que ahora la observaba con enfado desde la puerta de su tienda. Pero para su desgracia, su corazón sólo se aceleraba con ese hombre que en ese momento tenía una amarga expresión en la cara ante la idea de que ella fuese a salir con otro.
Finalmente, Rukia decidió no romper la promesa hecha a su amigo y,
pasando del rabioso Ichigo , se puso uno de sus bonitos vestidos de noche. Uno largo y ceñido que se ataba a un hombro y cuyo corpiño estaba adornado con bordados plateados. Se trataba del vestido ideal para asistir a un evento de esa categoría y el único que tenía de esas características, un regalo de su insistente madre, que nunca dejaba de lanzarle indirectas para que buscará marido.
Rukia salió dispuesta a divertirse y olvidar por esa noche todos sus
problemas. Cotemplando los cuadros de kaien tal vez lo consiguiera y, de
paso, daría a su amigo una opinión objetiva de su obra, una pasión que lo había devuelto a la vida.

Cuando llegaron a la exposición, kaien se dedicó a guiarla entre la
muchedumbre que se paseaba por la gran sala, bebiendo un caro champán o picoteando unos canapés.
La nueva promesa de la pintura, que no osaba separarse de ella, le entregó una copa, intentando una y otra vez explicarle el tema de su obra,
sin poder evitar ser interrumpido a cada instante. Rukia pensó cuánto había cambiado su amigo: mientras que antes era severo y retraído, ahora se mostraba abierto y expresivo con todo el mundo.
Ella se sintió fuera de lugar entre tanto entendido y tanta gente
glamurosa que no sabía en qué gastar su dinero. Suspiró resignada cuando
fueron interrumpidos por quinta vez y decidió alejarse un poco de kaien y
pasear sola para mirar sus cuadros.
Mientras caminaba observando distintos lienzos de otros autores, Rukia  oyó una varonil risa que le resultó conocida. Cuando se volvió en busca de su dueño, vio a Ichigo kurosaki con un impecable traje de rayas y corbata blanca.
Bebía con naturalidad de su copa, mientras paseaba tan despreocupadamente como si el lugar fuera suyo. Al contrario que ella,
encajaba a la perfección en ese ambiente. Sobre todo cuando una hermosa modelo de bonitas curvas y rostro perfecto se cogió de su brazo sin dejar de mirarlo ni un instante como si él fuera el mismísimo Dios.
El corazón de Rukia se contrajo lleno de dolor en el instante en que vio
a la exuberante pelirroja arrimarse insinuante a Ichigo . Se sintió aún peor al oírlo reírse ante las palabras de ella. Experimentó una terrible furia hacia la pérfida que en esos instantes le hacía ojitos a Ichigo y tuvo que admitir ante sí misma que estaba celosa. Tal vez él tuviera razón al pedirle que no viera más a su amigo. Puede que Ichigo sintiera el mismo dolor agonizante que sentía ella en esos momentos.
Rukia se acercó a ellos, sabiendo que esa casualidad únicamente podía
responder a una lección que Ichigo kurosaki pretendía darle.
Esperó pacientemente entre las personas que rodeaban al famoso
empresario, en busca de unos minutos para disculparse, pero la multitud la empujó hacia delante y ella tropezó, cayendo ridículamente a sus pies.
Ichigo la ayudó a levantarse con una de sus hermosas sonrisas que
parecían decirle «Te lo advertí». El momento en que sus ojos se cruzaron y ambos se olvidaron del mundo terminó cuando a la modelo se le derramó muy oportunamente la copa encima del único vestido decente que Rukia  tenía.
Ichigo dirigió una furiosa mirada a su acompañante, pero a pesar de ello,
Rukia se sintió fuera de lugar con aquel viejo vestido que intentaba pasar por nuevo, y ahora estropeado para siempre. Se enfrentó temblorosa a la multitud, sin saber qué decir, hasta que unas fuertes manos que siempre le servían de apoyo le mostraron el camino hacia el aseo.
Kaien la alejó de la vergüenza y le alegró el día cuando le confesó que
ella era la musa de todas sus obras, y allí, a lo lejos, vio por primera vez una de las bellas pinturas de su amigo. Se quedó sin aliento ante una visión de sí misma que nunca había visto: una joven alegre que paseaba junto al mar, con una hermosa sonrisa en los labios y una mirada enamorada.

—Te compraré un vestido nuevo —le dijo Ichigo a Rukia , cuando ésta
salía del baño hacia el solitario vestíbulo que conducía nuevamente a la exposición.
—No tienes por qué pagar lo que estropean tus mujeres. Solamente
intenta salir con gente con más educación la próxima vez —respondió ella, resentida, intentando alejarse.

—¿Te molesta? ¿Te incomoda? ¿Por qué, si solamente es una amiga?—ironizó Ichigo , haciéndola atragantarse con cada una de sus palabras.

—Tal vez porque tu concepto de la amistad y el mío son totalmente
distintos —contestó Rukia enfadada, enfrentando sus fríos ojos .

—Sólo con que me digas una palabra, me desharé de ella para siempre
—le susurró Ichigo al oído, acorralándola contra la pared.

—¿Y cuál es la palabra mágica que te hará serme fiel esta noche?

—Dime que te irás conmigo de esta fiesta. Sólo conmigo y con nadie
más —respondió él, acariciando su hombro desnudo.
—Pero esas maravillosas palabras únicamente servirían para hoy. ¿Y
mañana qué pasará? —preguntó Rukia , recelosa ante su petición.
—Mañana, pasado, al día siguiente, la siguiente semana o el próximo
año... seguiré queriendo que estés solamente conmigo.
—Aunque pudiera creer en tus palabras, pienso que la pelirroja, la
rubia o la morena también seguirán allí. Así que, si me perdonas, debo
declinar tu oferta —replicó Rukia airadamente, mientras se alejaba.
—¿Qué tiene él que no tenga yo? —gritó Ichigo , enfadado, reclamando
una explicación.
—Por lo pronto, ninguna pelirroja colgada del brazo —replicó ella
despectivamente, adentrándose en la multitud.

Me alegra que les guste la historia ❤️❤️😍 desearían un maraton de dos capítulos más?

HASTA QUE EL AMOR NOS SEPARE (adaptación ichiruki )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora