Apenas terminó el horario de clases, se dirigió a su habitación para hacer las pocas tareas que le habían dejado, no quería tener ningún error en esa escuela, seguiría con esa racha de buenas calificaciones o al menos lo intentaría.
Lo que se encontró cuando entró fue a un Jos sentado en el pequeño sofá de la habitación, tenía los codos apoyados en las rodillas y la mirada estaba pérdida en algún punto.
Sabía lo que pasó, no fue necesario que alguien más le dijera que él y Laila habían terminado su relación, lo vio con sus propios ojos.
-Parece que nunca se van a callar.-Comentó Freddy mientras le daba una mordida a su hamburguesa y observaba a la aún pareja por la ventana de la cafetería.
-Lo mejor es que terminen con eso ya, no es por ser mala persona o por querer darle mala fama a mi amigo.-Bryan miró a Alonso.-Pero Jos no se caracterísa por tener buenas relaciones. Todas han terminado mal.
-¿Todas han sido por infidelidad?
-No, sólo un par de ellas. Las demás es porqué le aburren, tiene buenos sentimientos pero se aburre muy rápido de las personas.-Hizo una mueca.
Dirigió su mirada afuera de la ventana, Jos se alegaba de Laila a paso rápido y ella le gritaba quién sabe cuantas incoherencias. Después de que desapareció de su vista, comenzó a llorar, un par de amigas se le acercaron para lograr consolar tan siquiera un poco a su amiga.
No entendía porqué lloraba, no le fue fiel. No lo quería realmente ¿O sí? A lo mejor estaba arrepentida, pero la descision ya estaba tomada.
La platica siguió sin ningún problema. Los demás estaban felices con el hecho de que dicha relación hubiera terminado, sin embargo, compartían el dolor de su amigo, pues según le dijeron, fue la relación que más duro.
-¿Todo bien?-Le preguntó después de un rato de silencio.
Hasta ese momento, Jos pareció notar que su nuevo compañero había entrado.
-Sí, todo en orden.-Respondió en tono neutral.
Alonso soltó un suspiro y se sentó a su lado. Si bien no era un experto en el amor sabía que su amigo necesitaba unas palabras de consuelo. No sabía exactamente qué decir o cómo empezar, intentó pensar las palabras antes de hablar, sin embargo, no se le ocurría nada.
Un silencio incómodo empezó a surguir.
-Oye, vi lo que pasó con Laila...-Comenzó a decir - No sé cómo haya sido su relación, pero ten por seguro que llegará una persona mejor.
-Eso lo sé, no puedo estar atado a la misma persona siempre - Lo miró.
A esa distancia pudo apreciar mejor los ojos de Alonso, eran realmente asombrosos y hermosos. Nunca había visto unos ojos así de azules en su vida y para ser sincero, lo volvían loco.
-Lo siento.
Que buenas palabras de consuelo, Alonso. Se regaño a sí mismo.
-No tienes porqué hacerlo. Ya no tenía sentido esa relación.
-¿Cuanto tiempo llevaban saliendo?
-Nueve meses. Nunca nos llevamos bien. Digo, nisiquiera sé cómo es que iniciamos la relación. Había periodos iguales a luna de miel y después venían las discusiones sin sentido, pero me empezaba a hartar... ¡Demonios! ¿Cómo pudo ser tan maldita cómo para echarme la culpa?-Pasó una mano por su cabello con frustración.
-Yo todavía no entiendo cómo es que...
-No quiero hablar más del tema - Se puso de pie - Voy a dar una vuelta, nos vemos luego.
