Capítulo 21: ¿Loco maniático?

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Me vió y me pareció que habría sido mejor que Spanky me hubiera destrozado viva...

—Pero mira que tenemos aquí.— Exclamó subiendo su mirada. —¿Bambie fisgoneando?—

No necesitaba verlo para saber que se estaba burlando de mí.

—Y yo que pensaba que los llamaban mirones...—

—No te rías.—Le dijé, con las mejillas coloradas por la humillación. —Bájame.—

—Oh no, no. Baja tú, al fin ¿Lograste subir no?—Me preguntó.

—Trevor...—Comencé, con los dientes apretados. Los brazos y las piernas se me estaban comenzando a entumir a causa del esfuerzo.

—¿Qué bambie?— Se burló aún más.

—Maldición, ayudame a bajar, joder.— Mis manos comenzarón a sudar, y cada vez se volvía mas dificíl sostenerme.

—Maldición... Una palabra que no es de mi agrado.—Me dijó.

Mientras me acomodaba, un pie se me resbalo de la corniza, haciendo que chillara a causa del susto, logré agarrarme del filo de la ventana. Esta se me encajaba en los dedos haciendo que se me enterrara el filo de esta.

—¡Trevor!— Grité.

Casí pudé sentir como su sonrisa se borraba, y su cuerpo se tensaba.

—Tranquila bambie.—Lo escuché decir. —Suéltate.— Me dijó.

—¿Qué?—

—Te atraparé.—

—¿Estas loco? Entra y abré la ventana o acercame una escalera Trevor.—

—No me hace falta una escalera. No dejaré que caigas.— Me dijó. —Lo prometo bambie.— Añadió.

—¡Sí claro, y yo voy a creermelo!—

—¿Quisieras dejar de ser tan malditamente terca? ¿Quiéres que te ayude o no?—

—¿Llamas ayuda a esto?— Siseé, furiosa. —¡Esto no es ayudarme!—

Hizó girar las llaves con un dedo y se puso otra vez a caminar.

—¡Serás imbecil! Vuelve aquí.—

—¿Imbécil?— Repitió. —Creeme Lena, no estás en posición de llamarme imbecil, eras tú la que estabas espiando por mi ventana, no yo.—

—No estaba espiando, estaba... estaba—Vamos, piensa algo.

Trevor miró la ventana bajo la cual yo estaba y noté en su cara que caía en la cuenta. Echó la cabeza hacía atrás y largó una carcajada.

—Estabas registrando mi habitación. Vamos Lena, sabía que eras obsesiva, pero no a este grado bambie.— Se burló.

—No.— Fué lo único que se me ocurrió decir.

—¿Qué andabas buscando?—

—Nada.— Contesté nerviosa.

—Claro, cuando bajes, quiero una explicación, así que vela ineventando cielo.— Me dijó.

Puse los ojos en blanco como si fuera la orden más estúpida del mundo.

— ¿Vas a soltarte?—

Miré insegura por el borde del pórtico y me dió la sensación de que el suelo se alejaba unos metros más, las manos me ardían, al igual que los brazos.

—¿Por qué me has llamado?— Pregunté.

—Quería asegurarme que estuvieras bien.—

—¿Cómo tienes mi número?—

Curse || editando.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora