Capítulo 27: Lárgate.

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Al escuchar sus palabras, un aleteo se instaló en mi estómago, traté de ignorarlo pero fue inútil, sus palabras me gustaban, él me hacía sentir cosas que nunca antes había experimentado.

Traté de desviar mis pensamientos, tenía que mantener mi cabeza fría. No entendía porque mi cuerpo reaccionaba así ante él después de todo lo descubierto.

Trevor no es bueno.

Trevor no es bueno.

Trevor no es bueno.

Tenía que creer esas palabras que tanto me repetía, él me había mentido, y no sabía si me estaba mintiendo ahora mismo. ¿Quién era realmente él? Tenía que enfocarme en huir del estúpido de Max, y mantenerme con vida.

Resoplé, con miedo, helada, y mojada a causa de la llovizna, me senté en la fría banqueta esperando a que Harry llegara por mí. Comencé a temblar y a sollozar y me maldije a mi misma por ser tan estúpida y sensible. No podía mencionarle a Harry sobre lo descubierto la semana pasada, tenía que meditar y pensar muy bien en las palabras que emplearía.

Mantendría mi boca cerrada, por el momento.

Me hice un ovillo en el frio piso y escondí mi cabeza entre mis manos.

Los primeros cinco minutos pasaron volando, los siguientes diez minutos se estiraron hasta volverse veinte. Yo intentaba ignorar la sensación espeluznante de estar siendo vigilada. Miraba con ojos de miope las penumbras que circundaban las aceras.

Un ruido proveniente detrás de mí llamó mi atención, levanté mi cabeza, y me maldije a mi misma por tener tan mala suerte. Lentamente me levanté del suelo, agarrando con fuerza mi bolsa, y tratando de mantenerme estable a causa de la estúpida férula. Quería mostrarme lo más segura posible, pero era obvio que parecía más un Chihuahua tembloroso que un Rotweiler amenazador.

Esperé.

Y fue ahí cuando vi una silueta muy familiar, podría reconocer esa silueta en donde fuera.

Era Trevor.

Llevaba su camiseta negra ajustada, tejanos oscuros, y botas negras de motociclista. Con su piel blanca y su pelo negro era difícil no posar los ojos en él.

Un alivio increíble se instaló en mi estómago y me sorprendí a mi misma deseosa de verlo. Ignorando todos mis pensamientos anteriores sobre el posible mentiroso que Harry era, comencé a caminar lo más rápido que la ferúla me lo permitió hasta él. Me lancé a sus brazos y lo abracé.

—Bambie.— murmuró mientras me envolvía en un cálido abrazo. —Tranquila, ya estás bien, ya estás bien.— Habló, tratando de tranquilizarme.

Avergonzada, me separé unos centímetros de él, pero él continuó con su agarré en mis brazos. Alcé mi vista y me encontré con sus ojos esmeralda que tanto me gustaba ver, en ellos sólo se reflejaba preocupación y un poco de alivio al verme con vida.

—Bambie. — Me habló sus manos se deslizaron por mis mejillas proporcionándome calor.

—Joder Lena, estás helada.— Maldijo. —¿Qué fue lo que pasó?— Murmuró.

Miré sus ojos y traté de hablar, pero un graznido en cambio salió de mi boca.

—M-Max.— Fue lo único que mis labios pudieron decir.

Él cerró sus ojos fuertemente, y cuando los abrió un brillo de furia adorno sus ojos.

—Vámonos.— Me dijo en cambio. —¿Puedes caminar?— Preguntó.

Curse || editando.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora