D O S

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Estoy aquí, esperando a Leslie mientras fingo, mientras me engaño a mí misma con la idea de que no estoy pensando en él. Intento tener cualquier otra cosa en mi mente; sí, pero él sigue estando ahí, presente entre todo lo que pienso para olvidarle.

Creo que la idea de tener que olvidarle, me hace tenerle más presente en mi cabeza de lo normal.

-Hola, Phoebe - me sobresalto y quito la vista del suelo para mirar a mi mejor amiga.

-Hola - le sonrío mientras me acerco para besar su mejilla.

Ella enseguida entrelaza su brazo junto al mío y comenzamos a caminar hasta el instituto. Me conversa de cosas triviales, y me concentro en lo que dice. Me hace reír y enfocarme en otra cosa que no sea Justin.

Aunque ahora mismo lo he vuelto a recordar.

Debo intentarlo más duro.

-Conseguí un trabajo - le comento luego de un breve silencio.

-¡¿Qué?! ¡¿Tú?! - dice exageradamente sorprendida.

Le miro mal y ella ríe negando con la cabeza.

-No es que crea que no seas capaz de hacerlo, es solo que... Es raro - se encoge de hombros.

-Lo sé - suelto una carcajada - Pero es bueno ser independiente a veces - sonríe y asiente con la cabeza.

-¿Tus padres cómo se lo tomaron? - pregunta.

-Al principio se negaban, pero luego mamá convenció a papá de que no es una mala idea - asiente con la cabeza.

Papá siempre me ha sobreprotegido mucho más que mamá. Y es que no quisiera que nadie me hiriera en lo más mínimo, quisiera tenerme encerrada en una burbuja porque dice que ya basta con el sufrimiento por él que pasé desde pequeña.

Pero no puede hacerlo, no puede evitar eso, porque debe pasar, porque la vida trae consigo sufrimientos y alegría y de la manera en la que sufro ahora, podría acercarse bastante a lo que pasé hace años atrás.

(...)

-¿Me acompañas a la cafetería? - me pregunta Madison.

-Claro - le sonrío.

Me toma del brazo y nos alejamos del grupo sin avisarles nada.

Madi me hace reír con sus comentarios. Ya sea porque se mete en la conversación de los demás como si fuera parte de ella, o porque susurra malas palabras contra algunas chicas y chicos que no tolera, o simplemente por sus malos chistes.

-¿Qué hace una tabla con un teléfono? - pregunta.

-No sé - digo a la vez que entramos a la cafetería.

-¡Tablando! - a penas termina de decirlo, le miro sin poder creer lo malo que ha sido.

Pero luego estallo en carcajadas muy ruidosas que son seguidas por las de ellas.

-Iré a pedir mi café - dice entre risas mientras suelta mi brazo.

Yo no puedo parar de reírme mientras llevo las manos a mi estómago, el cual comienza a dolerme poco a poco. Intento parar, pero Madi voltea a verme y eso logra hacerme reír incluso más.

Giro sobre mis pies para poder parar, y entonces le capto a él sentado en una de las mesas. Y eso basta para que mis ganas de reír se esfumen, y aún más cuando veo que Yovanna le hace compañía.

Sin embargo, fingo seguir riendo para no mostrar ninguna clase de debilidad ante él. Para demostrar que no me choca su prescencia en compañía de la secretaría, aunque si me choca y muy fuerte y muy doloroso.

My Stupid DirectorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora