capítulo 15

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- y si jamás nos hubiéramos conocido... tal vez no estarías aquí. -

- No digas eso. - con dolor en la garganta lo dije.

- Jungkook - dijo mirandome con lágrimas en los ojos. - ¡Jungkook! Despertaste. -

- No llores. - dije llevando una de mis manos a su mejilla. Me dolía el cuerpo.

- pero como quieres que no llore. - sonrió.

- tu llanto es ruidoso y quiero dormir. - dije tratando de calmar el aire tenso. - así que no llores. -

- Iré por el doctor para decirle que ya despertaste. - dijo saliendo por la puerta.

Mis labios se sentían secos y mi garganta igual, estaba exagerando ¿o cuántas horas habían pasado?
Mis ojos tenían escases de líquido y la luz no estaba a mi favor, opté por cerra mis ojos.

Sentía una enorme curiosidad en la punta de la lengua, y miles de preguntas por querer salir. Pero ¿ella me recuerda? Y si lo hace ¿acaso me esta ignorando?

¿Cuando años habían pasado?

Comencé a usgar en mis memorias, aquellas que había dejado en un cofre cerrado y con señales de polvo encima.

Una niña, estaba sentada en un columpio, sin embargo como prácticamente todos los niños hacen, ella no se estaba meciendo. Tal vez fue curiosidad o destino, pero me acerqué a ella.

- ¿Como te llamas? - le pregunté, tenía 9 años, se podría pasar por curiosidad o la inocencia de querer saber aquel nombre.

Era verano, pero una brisa hizo que su cabello se meciera suave.

- _____. - respondió mirando sus zapatos.

- ¿Quieres te empuje? - claro, la niña me miró feo, pensando que tal vez la empujaría y caería al suelo. No la culpaba, yo también hubiera pensado lo mismo a esa edad. - ¿Quieres que te mesca? - corregí la pregunta ya un poco tenso.

- no tienes que hacerlo. - respondio girando su cabeza y viendo el tobogán.

- pero es divertido. - dije comenzando a empujar.

- ¡pero que haces! ¡ni siquiera nos conocemos! - dijo mientras se sostenía fuerte de los barrotes del columpio.

- Es cierto. - dije parando el movimiento y poniéndome recto frente a ella. - Me llamo Jungkook. - dije extendiendo mi mano.

- Yo soy Kim ______ - dijo mientras dudaba en tomar mi mano.

- ¿Quieres ser mi amiga? - pregunte incómodo.

- si... - respondió dudosa.

- bien, vamos. - la tomé de la mano y la llevé hacia el tobogán.

La tarde se pasó entre risas, caídas, tapones y una que otra pregunta. Y cuando uno de los guardaespaldas de mi familia llegó para decirme que ya era hora de ir a casa, me sentí mal, pues no quería irme a casa. Quería seguir jugando.

Mi camisa blanca estaba sucia y mi pantalón tenía tierra al igual que mis zapatos de lustrar, no parecía un niño, parecía un adulto pequeño.

Pero una esperanza inocente se instaló en mi pecho, anhelando que el siguiente domingo llegara más pronto ¡y así fue! Estaba ansioso de llegar, pero también tenía nervios, pues me la había pasado tan bien con aquella niña que no esperaba para verla de nuevo, pero que pasaba ¿y si no estaba allí? ¿Jugaria solo?

Me mordió el labio inferior, tenía grandes espectativas de volverla a ver.

Cuando me abrieron la puerta del auto, corrí hasta el lugar donde nos habíamos conocido ¿estará allí? ¡bingo!
Allí estaba, sentada arriba del tobogán observando las nubes.

- ¡Hola! -

______ gritó del susto y del salto que dio se fue de espaldas haciendo que se deslizará en el tobogán color amarillo.
Asustado baje las escaleras y di la vuelta para ir hacia ella. Viendo como me miraba con rencor y se cruzaba de brazos. Tal vez no fue buena ide sorprenderla.

Luego sentí como un poco de tierra me pegó en la cara, viendo a mi agresora y acercandome a ella. Después de una pelea de tierra y unos cuantos jalones y cabello y la madre de esta nos separará, se formó una linda amistad de parque.

Todos los domingos a la misma hora nos encontrábamos en el mismo parque, dejando de la lado a los demás niños que llegaban y sumerguendonos en nuestro mundo de fantasía. Hasta que cuatro años pasaron.
Tenia 12 años, y empezaba a mirar a las chicas lindas, y mi vos comenzaba a salir aguda y otras veces normal.

Y mi corazón daba mil vueltas cuando ______ me tomaba de la mano y se ponía a mi lado para enseñarme su nuevo libro de cuentos. Las manos me sudaban y si, mi tío tenía razón me gustaba la niña del parque.

- ¿vendrás el otro domingo? - pregunte desviando la mirada hacia un árbol. No encontrábamos sentados en unas gradas, desde lo lejos se podía ver a mi guardaespaldas y a la madre de ______ conversar con otras señoras.

- si, siempre lo hago tonto. - dijo rodando los ojos y terminando su helado.

Sonreí como ganador, el próximo domingo me iba a declarar, mi primera declaración de amor.

Sin embargo ella nunca llegó. Pasaron minutos y luego horas. Por un momento me angustie tanto que me puse a llorar, pero luego me sentí triste y sólo cabia en mi mente ¿Por qué no habrá venido?

Luego fui el otro domingo y tampoco llego, luego el otro y el otro y tampoco llego.

Perdí a mis padre y luego perdí las buenas memorias de mi infancia. Soñé con ella, pero luego ya no pude recordar su rostro. Segui hiyendo, pero ella nunca llegó.



Como pude me senté en la cama, y mire a mi alrededor. La luz aún me molestaba.

- ¿como es que te olvidé? -

Olvidé tu nombre, tú rostro, tú aroma, tú voz, tu todo.

El año pasado el 31 de Diciembre, deje de ir al parque. Iba todos los domingos a la misma hora y ahora estás conmigo, aquí, tan cerca.

Mis lágrimas comenzaron a caer, tristeza, alegría, dolor, amor, mis emociones estaban tan mezcladas, ¡era toda una explosión! mi amor de la infancia estaba conmigo, ¡mi primer amor era _____!

Me seque las lágrimas y sorbi mi nariz. Estaba alegre.

Alguien abrió la puerta, gire mi cabeza para ver de quién se trataba y mire como ella entraba sonriendo.

- te encontré - susurré.

Mi primer amor eres tú...

El Primer Amor de un Millonario. (Jungkook Y Tú) [Corrigiendo]Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ