KITSUNE HUMANO Y DESCONFIADO.

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En realidad, Stiles no está del todo preparado para la cantidad de gritos que recibe en consecuencia de su descuidado comportamiento. Los únicos que no lo hacen, uno porque ya lo ha hecho antes y otro porque no es su estilo, son Derek y Boyd que se dedican a fulminarlo con la mirada para hacerle entender lo decepcionados que están. Rueda los ojos, estúpidos lobos sobreprotectores. En más de una ocasión trata de recordarles que estuvo a salvo en todo momento, pero Scott alza el tono de voz en ese momento y él se resigna. Aunque termina desconectando y se dedica a acariciar al zorro para tranquilizarlo porque sigue gruñendo. Al parecer, no le gustan los gritos.

- ¿Podéis parar ya? – pide, cuando Jackson suelta un comentario acerca de lo poco que debería sorprenderlos que siga siendo tan impulsivo.- Quedó claro que seguís pensando que soy un inútil total en – mira el reloj – los primeros tres minutos, de verdad. Puede que también creáis que soy estúpido y me cuesta entender las cosas, pero desde ya os digo que no – se pone de pie con el animal entre sus brazos.

- Stiles... - empieza Lydia.

Pero él alza una mano para callarla, no quiere seguir escuchándolos. Está tan molesto, de verdad, pero tan molesto, que el movimiento envía una ráfaga de magia a la ventana de atrás resquebrajando el cristal y consiguiendo que todos los betas se estremezcan. Stiles suspira, ya lo arreglará después.

- Ahora, ¿podemos hacer algo útil e ir a ver a Deaton? – sugiere.

Derek se separa de la pared.

- Tú y esa cosa vienen conmigo – ordena, Stiles asiente tomando una manta para cubrir al animal.- Los demás, nos vemos en la clínica – obtiene un asentimiento general y salen los primeros de la casa.

Huele la molestia de Stiles. En realidad, ¿quién no podría olerla? Está seguro de que incluso corriendo bosque a dentro durante varios kilómetros podía percibirla. Quiere decir algo al respecto, pero no es el mejor con las palabras así que cuando Stiles se acomoda en el asiento de copiloto con el zorro en su regazo, Derek simplemente le da una caricia en la mejilla.

- Estoy bien – responde el otro porque si el hombre lobo da gracias por algo a la vida es la capacidad innata que parece tener Stiles para entender incluso cuando no sabe qué palabras usar.- No quiero hablar de ello, Derek, así que pon el coche en marcha, por favor – hace lo que le pide.

Durante el trayecto el enfado de Stiles se convierte en frustración y casi llegando a la clínica en tristeza, el zorro había empezado a gemir casi a mitad de trayecto y a lamer sus dedos en un intento de reconfortarlo. Derek siente un nudo en su garganta en el mismo instante en que se pregunta qué mierda le está pasando. Cuando para el coche Stiles no se ha recuperado del todo porque ambos saben que el Nogitsune se llevó consigo esa extraña capacidad que tenía el humano de aparentar que se había recuperado de los golpes emocionales.

- Stiles...

- Sigo sin querer hablar de ello – sentencia, abriendo la puerta del camaro y saliendo sin esperarlo.

Derek gruñe, frustrado, pero le sigue. Stiles pasa al lado de la manada sin apenas mirarlos y el Alpha se da cuenta del increíble efecto que ello tiene en sus betas, es decir, si fueran lobos completos, todos tendrían las orejas caídas y la cola escondida entre las patas porque el arrepentimiento que destilan es casi asfixiante. Detiene el impulso que siente de suspirar, sus betas tienen que entender que Stiles no es de cristal casi tanto como tiene que hacerlo él.

- ¿Y este ambiente tan tétrico? ¿Quién se ha muerto? – el veterinario aparece secándose las manos.

La mayoría gruñe y los otros lo fulminan con la mirada , pero Deaton se encoge de hombros, ignorándolos.

Cuando Claudia llegó.Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt