47. Honestidad.

4.1K 331 76
                                    

Intenté caminar con naturalidad hacia ella, como sin nada, pero la mirada que tenía en la cara me dió a entender que definitivamente no me libraría de esa.
Inmediatamente comencé a sudar y podía sentir como temblaba, mi madre se veía más amenazante conforme me acercaba a ella y eso que ni siquiera tenía una expresión de molestia en su cara, de hecho me miraba con los ojos muy abiertos y con... ¿Decepción? ¿Por qué decepción?

—Buenas noches. —dije al llegar a su lado.
—Adentro Sofía. —respondió, abriendo la puerta para dejarme entrar primero.

Justo en este momento mi casa parecía el lugar más tenebroso en el que podría estar, pero con un suspiro y cerrando con fuerza los ojos, entré.

—¿Cómo estuvo tu reunión? —preguntó.
—Bien. —respondí. —Estoy cansada. ¿Puedo subir a dormir?
—¿No hay nada de lo que quieras hablarme?
—No.

Soltó un suspiró.

—Buenas noches.

Asentí con la cabeza y subí corriendo a mi habitación. ¿De verdad había sido así de fácil? ¿En serio?
Llamé a Mariana pero ella no respondió. José tampoco. Pensé en Romina pero no quería molestarla y no tenía ganas de hablarle de todos modos. Finalmente Marlene vino a mi mente, pero seguro estaba con Rebecca y si ella veía una llamada mía en el teléfono de su esposa, tendría más problemas que ahora.
Al final tomé una decisión.

—¿Hola?
—Hola Barbara. —saludé.
—Hola Sofía. ¿Está todo bien?
—¿Por qué lo preguntas?
—Porque me estás llamando a las doce y media.
—Necesitaba hablar con alguien.
—¿Qué pasó?
—Mi mamá me vio besando a Romina.
—Ohhhhh... y supongo que tu mamá no sabía nada de su relación.
—No sabía nada de mi gusto por las mujeres.
—Ya. Claro. —soltó un suspiro. —¿Qué te dijo?
—Nada, me dejó subir a dormir.
—Bueno, probablemente apenas lo está asimilando.
—¿Debí de decírselo?
—No lo sé Sofía. Puede que el tiempo ayude a tu madre a tomárselo bien, o a enojarse más. ¿Qué crees que haga?
—No sé. Nunca me ha gritado. Y además casi tengo dieciocho, siempre me puedo ir de mi casa. ¿No?
—No deberías pensar en eso Sofía. A lo mejor se lo toma bien, y si no lo hiciera, irte de tu casa es horrible.
—¿Si?
—Sí, yo lo intenté y no aguanté ni una semana. Yo creo que debes de valorar tus circunstancias, piensa en que sería lo mejor para ti en el peor de los casos, y también en el mejor. Eres su única hija, debe de quererte mucho, sin importar las decisiones que tomes en tu vida.
—Tienes razón.

¿La tenía?

•••

El desayuno al día siguiente fue tenso, no había otra forma de definirlo, mi madre apenas tocó su comida, en realidad solo me miraba, fijamente, como esperando.
Por mi parte intenté apresurarme a terminar el plato de cereal que tenía para salir de ahí, puede que incluso de mi casa, le diría que tenía que ir a casa de Mariana para hacer tarea o algo así.
Cuando me levanté de la mesa y caminé hacia la puerta, mi madre me detuvo.

—¿A dónde vas Sofía?
—A arreglarme, tengo que ir a casa de Mariana a hacer tarea.
—Claro. ¿Y por qué no la hicieron el viernes? Pensé que habías ido a su casa.
—Ah...

Eso no me lo esperaba. Mi cerebro trabajo a gran velocidad para encontrar una respuesta.

—Es que no terminamos. —dije. —Nos faltó hacer... carteles, para exponer.
—¿Sobre qué?
—El crack del 29, ya sabes, la caída de la bolsa de valores de Nueva York. —me miró entrecerrando los ojos.
—No irás.
—Mamá.
—Pudiste haber ido ayer querida, pero preferiste ir a esa fiesta con Romina. Tu amiga... tu... ¿Qué son?
—Amigas.
—¿Tienes por costumbre besar a tus amigas Sofia?
—¡Mamá!
—Sabes de que estoy hablando, quiero respuestas.
—¿Qué quieres que te diga?
—¿Por qué la besaste?
—No sé.
—¿No sabes? ¿O no me quieres decir?
—Ya déjame.
—Tenemos que hablar sobre esto.
—Mamá no.
—¿Cuánto tiempo lleva sucediendo? ¿Es la primera vez que la besas? ¿Es la primera vez que besas a una mujer?

El Infierno en tu Mirada.Where stories live. Discover now