↷capítulo 4

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Tu nuevo trabajo requería menos tiempo que el anterior, era mejor, así te podía ver más tiempo y la pasábamos bien juntos. Pero ahora, ya eran las una de la mañana y no llegabas, salías a las ocho. Cinco horas esperándote en el sofá, con la esperanza de que llegaras y me dieras un beso.

Llegaste y me observaste sentado, te acercaste y con lágrimas en los ojos me dijiste que deberíamos terminar. Mis ojos picaban y mi respiración se hacía cada vez más irregular, no era cierto, estaba imaginando, no podía ser verdad.

— ¿Me estas engañando?

— No.

— ¿Entonces?

— Siento que otra persona te puede dar más de lo yo te doy. No tengo suficiente dinero para mantenernos a nosotros, y no podré hacerlo a nuestro bebé. Quiero que crezca bien, no con un padre trabajando para comprarle un peluche y no poder verlo casi nunca. — agarro mi rostro entre sus manos y me observo directamente — Quiero que seas feliz, Jimin. Conmigo no lo eres y soy consciente de ello, por eso llegaba tomado, por la desesperación de no darte un mejor lugar para vivir, por no ser lo suficientemente romántico como para besarte con pasión todas la noches.

— Yo te amo como eres, no me importa lo económico. — agarre sus manos y las aleje de mi rostro, para después entrelazarlas con las mías — Solo quédate conmigo y soy feliz, saldremos adelante juntos, de eso estoy seguro. Pero solo no me dejes.

— No quiero dejarte. — y nos besamos como si fuera la ultima vez.

Me llevaste a nuestra habitación, y estuvimos juntos como en nuestra primera noche después de casarnos, me tomaste en cuerpo y alma. En estos momentos tengo un vientre de tres meses, pero no importa, ya que hicimos el amor como si fuera la primera y la última vez, despacio y disfrutamos de nuestros besos y caricias; susurramos pequeños "te amo" entre besos y entre gemidos.

sᴛᴀʏ↷ʏᴏᴏɴᴍɪɴDonde viven las historias. Descúbrelo ahora