Mi corazón arde por ti (Zutara)

Capítulo 34 : Atrapado inesperadamente

Katara suspiró abatida mientras se dirigía a su habitación para poder dormir un poco, lo que había estado eludiéndola desde que tuvo esa discusión con Zuko. No había cenado esa noche como anoche, y una vez más, sintió esa punzada de culpabilidad en el pecho. Repasó el consejo que Iroh le había dado antes en su cabeza. Sabía que él tenía razón, sabía que de alguna manera no era razonable, pero todavía tenía tanto miedo y no estaba segura del futuro que se avecinaba.

Siguiéndola silenciosamente detrás de ella, Shen y Kuo la miraron preocupados. Sintiendo su preocupación, Katara miró hacia atrás y les dio una pequeña sonrisa para tranquilizarlos. Los dos guardias se miraron el uno al otro, poco convencidos, pero no dijeron nada mientras escoltaban a la maestra agua hasta su habitación antes de que pudieran retirarse por la noche.

"Buenas noches, Lady Katara", dijeron ambos guardias con una pequeña reverencia una vez que llegaron a su habitación.

"Buenas noches y gracias", respondió Katara mientras dibujaba una sonrisa en su rostro.

Volvieron a mirarla con preocupación antes de darse la vuelta y dirigirse silenciosamente por el pasillo. La sonrisa de Katara se desvaneció y suspiró cuando abrió la puerta y entró, cerrando la puerta suavemente detrás de ella. Se dio vuelta y frunció el ceño cuando vio que la habitación estaba completamente a oscuras y las velas no habían sido encendidas. Quizás Jiao olvidó encenderlos.

Katara caminó ciegamente en dirección a la ventana para poder abrir las cortinas y tener un poco de luz de la luna, pero no podía ver nada y le preocupaba que tropezara con algo. De repente, la vela en su mesita de luz se encendió y Katara dejó escapar un grito de sorpresa mientras giraba hacia la luz. Su mano se movió automáticamente a su odre cuando detectó una sombra en movimiento, lista para defenderse de un ataque. Ella se congeló y sus ojos se agrandaron cuando se dio cuenta de que era Zuko. Ella casi no se había dado cuenta de él en las sombras ya que nuevamente estaba vestido de negro.

Estaba sentado en su cama, apoyado contra la pared, y sus ojos estaban oscuros y hervidos mientras la luz de las velas arrojaba sombras sobre sus facciones impasibles, haciendo que su cicatriz pareciera aún más intimidante.

"¡Zuko, me asustaste!" Exclamó Katara frunciendo el ceño mientras llevaba su mano sobre su acelerado corazón.

Zuko no respondió mientras se levantaba de la cama, su expresión era indescifrable como lo eran sus ojos, y Katara comenzó a inquietarse incómodamente en el silencio. Después de un momento, Zuko movió su muñeca y algunas velas más se iluminaron para que pudieran verse mejor.

"Hay algo que tengo que decirle," por fin habló, "y que va a escuchar".

Katara sintió su corazón latir en su pecho en el duro tono de su voz. Ella habría replicado que él no podía ordenar su vuelta, pero podía sentir que su temperamento solo empeoraría las cosas. Ella asintió con la cabeza para que él continuara, ya que parecía que no podía encontrar su voz. Tragó saliva y se mordió el labio.

"Estoy harto y cansado de esta situación y voy a ponerle fin", continuó en el mismo tono duro.

Oh, La, él va a romper conmigo! Katara gritó en su cabeza.

Sentía como si le arrancaran el corazón de su pecho y ahogaba las súplicas que deseaban estallar en sus labios.

"Yo ... yo no te culpo por eso", dijo con voz entrecortada y miró hacia el piso antes de tomar una respiración profunda.

Quería decirle que había estado pensando en cosas y que estaba empezando a ver que algunas de sus preocupaciones no eran tan malas. Quería suplicarle que no la dejara, pero no podía hacer eso, no podía obligarlo a hacer algo que no quería, y parecía que ya no la deseaba. Ella necesitaba ser fuerte y soportar el dolor ya que era su culpa, sus dudas e inseguridades finalmente lo habían cansado. Ella lo había empujado lejos.