Parte 18. Mi marioneta

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Minos llegó a la habitación de Albafica, entro como ni nada, el celeste estaba viendo el cielo, el plazo especificado se había terminado, volvió la cara para ver al vampiro mayor quien sonreía burlonamente –sé que ya tienes una respuesta y como no me gusta que me mientan la obtendré yo mismo– se quedó viendo a Fica y este solo empezó a sentir dolor en la cabeza, intento abalanzarse contra el albino para golpearlo con una daga que había conseguido, pero fue inútil, permaneció inmóvil frente al mayor, quien hizo que lanzara la cuchilla y se golpeara el mismo con sus propios puños, mientras en su cabeza resonaban las palabras de Minos ­–y creíste ¿que no sabía lo que tu mentecilla tramaba?, supuse que te negarías desde un principio, no se necesitar ser genio para adivinar tu respuesta, bueno ya que estarás bajo mi control siempre, no hay razón para que oculte tus memorias, será más divertido sentir tu sufrimiento, que conozcas tus acciones, sepas que están mal y no te puedas negar porque te controlo.–

 Alba empezó a recordar de tanto en tanto a su familia, la muerte de sus padres y como se quedaron solos él y Dita su hermanito, a su amigos quienes lo apoyaron, como llego a la casa de los Jamir quienes los acogieron y de su relación con Shion, se llevó las manos a la cabeza, le dolía igual que el pecho, recordó el día que se lo llevo y la transformación que sufrió, el odio hacia el platinado era enorme, tenía ganas de matarlo, junto fuerza en su puño, para irse contra el platinado, pero fue inútil, Minos se río al sostenerlo como si de un títere se tratara, las maldiciones salieron de la boca del celeste –¡te matare! tal vez no hoy, no mañana, pero te matare– Minos lo sabía pero solo lo veía socarronamente desde arriba –¡Te dije que serias mi arma asesina!, sabes unos vástagos me han dicho que no muy lejos de aquí está el amor de tu vida y también está tu hermanito que es un auténtico animal, primero nos desharemos de tu amorcito que está más vulnerable y luego iremos tras tu hermano al que ya cite en cierto sitio en unos días, esto es lo más divertido que he hecho en años, de verdad no sé cómo agradecerte Albafica Rosen, eres mi diversión, en todos los sentidos– La rabia de Fica era enorme, pero Minos lo tenía bajo control total.

Minos se llevó al celeste de la mansión recién callo la noche, con la velocidad del vampiro no tardaron en llegar al poblado en donde estaba el grupo de cazadores, Fica se sentía impotente, cual títere, no tenía control alguno sobre su cuerpo, y aunque tratara de hacer algo Minos se lo negaba, lo tenia a su merced y gusto, cosa que le fascinaba al platinado, poseyendo el cuerpo de Fica se acercó a la posada, las fosas nasales de Albafica detectaban el aroma de los lobos cuando entro en la posada, pero lo que reconoció fue el aroma a limón persa que despedía Shion, Minos lo supo de inmediato obligando a Fica hacer lo que no queria.

Aiacos solo veía de lejos la escena, se divertía viendo como trataba a Fica, pero estaba aún molesto y dolido por lo que el platinado le había hecho días atrás, quería fastidiar a ambos, más que al celeste al de su misma clase, estaba ideando como hacerlo y lo primero que haría sería liberar a su juguete.

–Shion– el rubio estaba ensimismado cuando escucho esas notas de la voz que reconocería a distancia y sin problema, levanto la vista divisando al celeste, ahí estaba la única persona que lo hacía salir de sus cabales a quien estuvo desesperado buscando, se le hizo extraño ver su cabellera de tono azulado, pero no le importo sonrío como en días no lo había hecho, corrió a su lado y le dio un abrazo, –¡amor mío! – Fica también lo abrazo, y aunque por dentro quería advertir del peligro al Rubio, su cuerpo solo hacía que a Minos le obligaba, y este solo disfrutaba de como el primogénito de los Jamir, como buen corderito caía en su trampa.

–Shion– el rubio callo sus labios dando un beso que Fica correspondió, cuando el aliento se terminó, se separaron el de los ojos violeta sonreía –¿estás bien? ¿Cómo llegaste aquí?, ¿Qué le paso a tu cabello? – Fica sonrió dulcemente fue cuando Shion vio sus ojos, no tenían ese azul de que se había enamorado, sino que eran como tono color oro con un halo rojo –¿tus ojos? – el celeste le extendió la mano –vamos afuera y te lo explicare– entre dudoso y no extendió la mano tomando la contraria –¿A dónde vamos Albafica? – lo volteo a ver con una sonrisa tierna y contesto del mismo modo. – solo a la oscuridad de la noche amor mío, te quiero mostrar algo importante–, se soltó del rubio y camino a la salida, la desconfianza se hizo presente en la mente del rubio, tomo su abrigo y salió detrás de Albafica, dando un silbido en la recepción antes de salir, ya afuera el celeste lo esperaba, extendió sus brazos, –¿recuerdas la noche que me llevaron Shion? – el Adalid iba a contestar pero Fica puso su dedo sobre sus labios y no le dejo hablar –solo pensaba en como escapar y volver a tu lado, pero ahora estoy contigo, te extrañe podemos escapar ahora que la noche es joven, ¿Qué dices? –

Shion desconfiaba y a la vez quería irse con el celeste dejando todo solo para estar a su lado, su mente le decía una cosa y sucorazón otra, suspiro, sonrió y se acercó a Fica, tomo unas hebras de su cabello, para inhalar su aroma –sabes Albafica cada mañana desde el día en que me dijiste que sí, despertaba y respiraba tu aroma, lo tengo fijo en mi mente desde hace años y no me arrepiento de nada mas que de haberte dejado solo esa noche en que moriste por mi culpa– Fica cambio su semblante de dulce a uno que el rubio nunca había visto antes, era burlón y con malicia, que denotaba odio –¿sientes remordimiento por lo que soy ahora? – pregunto socarronamente mientras mostraba sus caninos desarrollados, –¡entonces muere! – Albafica alargo sus uñas y arremetió contra Shion que estuvo a milímetros de que Fica lo atravesara, su risa se hizo presente pero no era una que el Rubio conociera –al final si lo ibas a matar–Shion quedó fuera de balance la voz no era la de Fica, pensando un momento sintió como Alba lo tiraba contra el suelo, y le daba una mordida en el cuello, su alarido de dolor no se dejo esperar, saco un cuchillo de su muñequera y lo iba a enterrar en el costado del celeste cuando un lobo gris lo desarraigo de un golpe seco que rasgo el cuello de Shion, llevo sus manos directo a su herida, sentía que le faltaba el aire, se levanto como pudo para alejarse de la pelea entre las dos criaturas de la noche que estaba ahí, pero su hemorragia era grande, sabia que a ese paso no sobreviviría, dio uno pasos y sintió que las piernas le fallaban cayendo al piso. Desde ahí vio a Fica peleando con el lobo y una silueta que no reconoció apareció frente a él.

y les dejare la intriga hasta el siguiente capitulo n_n.   

nos leemos a la próxima 

Jaguar de Hojas: Cambio y Fuera   

Mi  BestiaWhere stories live. Discover now