10

3.3K 283 69
                                    

Separo ligeramente los labios para darle acceso completo a mi boca, Calum pone una mano en mi nuca para profundizar el beso y yo enredo mis dedos en su pelo.

Parece que el mundo se ha parado, que solo existimos nosotros dos, y sinceramente me encanta esa sensación.

Al sentir mis pulmones pedir oxígeno me obligo a separarme, mi respiración está agitada, pongo mis manos sobre su pecho y lo miro sin decir nada.

Mi cabeza es un caos ahora mismo, ¿él ha sentido lo mismo que yo? ¿o esto es un juego para él?

Sus ojos me miran expectantes, aparta lentamente la mano de mi nuca y respira profundamente.—Ari...

Mi corazón se encoge, no se que me va a decir pero si es algo malo no quiero escucharlo, mi corazón late con fuerza y no puedo pensar con claridad.

Abro la boca un segundo pero rápidamente la cierro, desvío mi mirada al suelo, no, tengo que salir de aquí.

Le miro por última vez y rápidamente me mezclo entre la gente, siento una punzada en mi pecho, tengo tanto miedo de que todo esto sea una estúpida broma.

En menos de dos minutos estoy ya fuera de la fiesta, camino hasta la puerta de mi casa, suspiro y deslizo la llave por la cerradura intentando hacer el mínimo ruido posible, me quito los zapatos y subo de puntillas las escaleras.

La casa está a oscuras, mi madre probablemente está ya dormida, una vez dentro de mi habitación cierro la puerta y me siento al borde de la cama.

La cabeza aún me da vueltas y me dejo caer en el colchón, siento como se forma un nudo en mi estómago.

Recuerdo a Luke, mi corazón se encoge, aún me duele pensar en él y en todo lo que me hizo.

Él fue una persona tan importante para mi, me hizo tan feliz...Pero luego todo eso se esfumó cuando decidió acostarse con otra mientras estábamos juntos.

Aprieto mis labios intentando alejar todos esos pensamientos de mi, gracias a él ahora tengo tanto miedo a que me vuelvan a hacer daño.

Se que en cuanto esté feliz con alguien algo pasará y todo desaparecerá.

Cierro los ojos e intento controlar mi respiración cuando escucho unos pequeños golpes en la ventana.

Me enderezo, sea quien sea no quiero ver ni hablar con nadie.

Me quedo en medio de mi habitación, de pie, decidiendo si asomarme a ver quien es o no.

Finalmente sacudo mi cabeza y vuelvo a la cama, me meto bajo las sábanas y caigo en un profundo sueño.

//

—¿Ari?–Escucho como una voz me llama mientras me sacuden suavemente el hombro.

Pestañeo varias veces para acostumbrarme a la luz que entra por la ventana, fijo mi vista en mi madre.—¿Qué pasa?

—¿Has llorado?–Mi madre me mira preocupada.

Frunzo el ceño y me levanto para mirarme en el espejo, anoche no me cambié ni me desmaquillé, tengo un aspecto horrible, mi rimmel está esparcido por toda mi cara.

¿Había llorado? No lo recordaba.

Me llevo una mano a mi cabeza.—No, debí haberme hecho esto de dormida, al moverme.–Aseguro a mi madre mientras entro en el baño y agarro el desmaquillante.

—Cariño, sabes que puedes contarme cualquier cosa ¿verdad?–Mi madre se apoya en el marco de la puerta.

Asiento mientras le dedico una sonrisa tranquilizadora, ella me la devuelve y desaparece por el pasillo.

Me apoyo en el lavabo mientras me quito los restos de maquillaje que aún quedan en mi cara, agarro el móvil y lo desbloqueo, tengo bastantes mensajes de Trish y Melissa.

Decido llamar a Trish primero, al tercer tono contesta.

—¿Si?–Su voz suena algo ronca, seguro que la he despertado.

—Soy yo.–Contesto en un suspiro.

—¡Arianne!–Grita y su que está enfadada.—¿Se puede saber qué te pasa? Primero dices que vas a aparecer por la fiesta y luego nos dejas plantadas.

—En realidad si fui a la fiesta.–Aclaro mientras apago la luz del baño y pongo el altavoz para poder cambiarme mientras hablo.

—¿Y donde te metiste?–Suena confundida.—¿Por qué no nos llamaste?

Miro al techo.—¿Podéis venir Melissa y tú a mi casa? Tengo cosas que contar.

—Claro, ahora la llamo.

—Hasta ahora.–Me despido mientras me acabo de poner una camiseta blanca básica, no sé como voy a contarles todo lo que había pasado la otra noche pero siento que necesito hacerlo.

Me vuelvo a tumbar en la cama y recuerdos de la pasada noche me inundaron, Calum me ha besado.

Con solo pensarlo mi piel se eriza, tengo tanto miedo de que esto sea algo entre Aiden y Calum, un reto, una apuesta, una broma...

—¡Arianne!–El grito de mi madre me saca rápidamente de mis pensamientos.

Me levanto, Trish y Melissa deben de haber llegado ya, ¿cuánto tiempo llevo perdida en mis pensamientos?, salgo descalza de mi habitación y me asomo a la barandilla.

Busco la mirada de alguna de mis amigas pero en cambio me encuentro con unos ojos oscuros, trago saliva, Calum.

Mi corazón comienza a latir más rápido, rápidamente desvío mi mirada a mi madre, su cara no expresa mucho agrado.

—Hola.–Consigo decir mientras bajo las escaleras.

—Hola.–Dice mientras se pasa una mano por el pelo, ¿está nervioso?

Mi madre parece notar la tensión que hay entre nosotros y desaparece por el salón.

—¿Quieres subir?–Pregunto cuando nos quedamos solos.

Él asiente y subimos hasta mi habitación, cuando entramos cierro la puerta, respiro hondo y me doy la vuelta.

Calum está mirando todo expectante, es la primera vez que entra aquí.

—¿Ha pasado algo?

Calum me mira.—No sé, dímelo tú, eres la que te fuiste corriendo anoche.

Trago saliva y paso por su lado hasta sentarme en la cama.—No sé qué me pasó, entré en pánico, yo...–Mi voz se va convirtiendo en un débil susurro.

—¿Entraste en pánico?–Repite lentamente mientras da un paso hacia mi.

Miro al suelo y de nuevo la imagen de Luke aparece en mi mente.—Estábamos borrachos, ya sabes...–Mi voz suena entrecortada y mis ojos se encuentran con los suyos.—Hagamos como que no ha pasado.

Calum frunce el ceño y por un momento parece que va a decir algo pero rápidamente asiente, ayudando a que mi corazón se parta en mil pedazos más.

Esto va a ser lo mejor.

—¿Es lo que quieres?–Calum está ya delante de mi.

No por favor, no lo hagas más difícil.

No lo sé, no sé lo que quiero.

Cierro los ojos por un instante.—Será lo mejor ¿no?

Calum se encoge de hombros.—Entonces creo que no tengo nada que hacer aquí.–Dicho esto me da una última mirada y sale de mi habitación, dejándome sola y con lágrimas descendiendo por mis mejillas.

[No me matéis, he tenido un montón de exámenes y no he podido escribir ni subir nada hasta ahora, si veo que todavía me queda alguna lectora (espero que si) subiré otro capítulo la semana que viene.
Si estás leyendo esto: gracias por seguir aquí.]

truth or dare; cthDonde viven las historias. Descúbrelo ahora