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Vuelvo a releer el menú antes de dejarlo y golpetear la mesa con los dedos, cuando levanto la cabeza veo a Melissa y Trish sentarse delante de mi.

—Cuéntanoslo todo.–Habla Trish mientras deja su bolso.

Melissa me mira, está jadeando.—Hemos venido lo más rápido posible, ¿cuál es el código rojo?

Desvío mi mirada, incómoda y siento como mis mejillas se enrojecen.—Yo...–Comienzo pero no sé como continuar.

—¿Si...?–Trish me anima con una sonrisa tranquilizadora.

—Le he dicho a Calum que le quiero.–Suelto sin más antes de hundirme en el asiento y taparme la cara con las manos.

—¿Y?–Trish vuelve a hablar, parece confundida.

—Está enamorada, idiota.–Melissa le da un golpe en el hombro y me mira.—Y tiene miedo de estarlo.–Continua leyendo mis pensamientos.

Me quito las manos de la cara y asiento de manera insegura.—Necesito que esta vez salga bien.

Melissa me agarra de la mano y me sonríe para tranquilizarme.

—Todo va a salir bien.–Sentencia Trish.—Calum está loco por ti.

—¿Y eso como lo sabes?

Melissa y Trish se miran una fracción de segundo, parece una mirada cómplice, ¿qué estaba pasando?
No quiero más secretos, no después de lo de Melissa.

Trish se encoge de hombros.—Se le nota.

Frunzo el ceño pero lo dejo pasar cuando Melissa comienza a contarnos los planes que tiene con Aiden.—¿Queréis venir con nosotros?

—¿Una cita triple? ¿No es un poco excesivo?–Comienzo a reír.—No sé que podría salir de ahí.

—Será divertido.–Melissa nos anima.

—Creo que paso.–Digo, no me apetece ver a Aiden mientras estoy con Calum, aunque él está ahora con Melissa iba a ser bastante incómodo.

—¿Trish?–Melissa pregunta esperanzada.

—¿Ya sabéis lo que vais a pedir?–Pregunta esta cambiando de tema.

Yo suelto una risita y Melissa gruñe.

//

Han pasado varios días desde que he vuelto de la casa de la playa de los Hemmings y mi madre no ha vuelto a mencionar el tema, me arrepiento de haberle dicho todo eso pero ya no puedo volver atrás.

Mi madre sabe lo de Luke, y estoy segura de que ahora está arrepentida por haberme preparado esa encerrona. Por otro lado, le dije que estaba enamorada de Calum.

Suspiro, Calum.

No le he visto en todo el día, me odio por echarle tanto de menos, en el fondo tengo miedo de que se vuelva a Nueva York de nuevo sin decirme nada.
¿Sería capaz? No lo creo.

Mi teléfono comienza a vibrar en mi bolsillo y lo saco rápidamente, esperando ver el nombre de Calum en la pantalla pero me decepciono al ver el de Luke.

—¿Luke?–Hablo mientras me dejo caer en el sofá.

—Hola...–Sonaba nervioso, ¿o impaciente?—Quería saber si ya habías leído la carta.

Frunzo el ceño.—¿Qué carta?

—Una que le di a una amiga tuya.–Lo dice como si eso resultara obvio.—¿No te la ha dado?

truth or dare; cthWhere stories live. Discover now