CAPITULO 4

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Hola a todos!

Muchas gracias por sus reviews, votos y follow. Espero seguir recibiendo opiniones suyas.

Disfruten de este capitulo.

Os quiero. Buen finde

Dama Felina

Hermione inspiró profundamente mientras se dirigía al hueco que había detrás de la ponchera. Por primera vez, desde que había empezado la velada, se permitía el lujo de relajarse un poco. Se suponía que la bebida que sostenía en la mano era limonada, pero sabia a manzanas agrias. Tampoco es que le importase mucho.

Ser popular estaba muy bien, pero no te proporcionaba mucha ventaja si tenias la boca demasiado seca para hablar. Había bailado al menos con siete hombres de reconocido prestigio, ocho contando a su hermano, lord Dean. Tres de ellos eran solteros muy codiciados. Aquello tenia que bastar para que nadie se acordara de que había tenido como pareja de baile al señor Potter.

- ¿Has bailado ya con alguien interesante?

La abrupta pregunta la sobresaltó hasta el punto de que casi se le cayó el vaso de limonada. Reconoció al instante el tono entusiasta y se volvió con una auténtica sonrisa en los labios hacia la joven que acababa de colocarse a su lado.

- Con varios. De hecho, creo que mi presentación en sociedad está siendo todo un éxito. Creía que tu madre no te dejaría venir.

La muchacha, un poco mas alta que ella, apretó las manos cubiertas con unos guantes verdes y se inclinó hacia delante como si fuera a contarle un secreto. La fina máscara negra no hacia nada por ocultar su identidad, así como su destacada cabellera roja como el fuego. Sin duda, se trataba de lady Ginevra, la hija mayor del conde de Prendwick, Arthur. Abrió su abánico y alzó los ojos azules hacia el techo.

- Solo me limité a decirle a mi madre que tú estarías aquí y me dejó venir. Y no te imaginas lo mucho que me alegro, porque así he podido conocerle.

Hermione agradeció llevar la máscara, ya que no pudo evitar poner cara de sorpresa. ¿También había bailado Ginevra con el duque? Estaba convencida de que Marshington solo había bailado con ella y su hermana antes de abandonar la fiesta. Por lo menos no había vuelto a ver esa horrible casaca naranja.

- ¿A quién?

- A él. El hombre de cuya casa me voy a encargar, de cuyos compromisos sociales me voy a ocupar y con cuyo apellido firmaré mis cartas –Ginevra abrió los brazos y giró sobre sus talones; un movimiento que casi tiró a Hermione contra un sirviente y el recipiente con la limonada al suelo.

Extendió un brazo para detener a Ginevra y tomar el control de la situación. Aunque se alegraba mucho porque su mejor amiga –además de Nymphadora- estuviera planeado meterse de lleno en la dicha conyugal, su experiencia pasada con Ginevra la obligó a mantener su entusiasmo a buen recaudo hasta que conociera un poco mas del asunto.

- ¿Quién es él?

- ¿Quién es quién? –parpadeó sorprendida antes de alzar el cuello y echar un vistazo al atestado salón.

- El hombre de cuya casa te vas a encargar y todo lo demás que has dicho antes.

- ¡Oh! –sonrió y apoyó la cabeza en el nido de plumas que decoraban la manga de Hermione- no lo sé. Llevaba una máscara.

- ¿Cómo que no...? –apretó los dientes y dio un coscorrón a Ginevra en la frente, con cuidado de no destrozar el cuidado recogido- no puedes casarte con alguien que no sabes quién es.

La Dama de HieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora