CAPÍTULO 9

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-Empezó con un dolor en la parte baja del vientre -dejó caer la maleta al suelo y siguió hablando con voz firme-. Pensé: "Esto no está bien". Te llamé, pero tu secretaria me dijo que no se te podía molestar.

Kyuhyun tensó la mandíbula, como un boxeador antes de recibir un golpe. Eso no era lo que quería oír.

-Sungmin...

-No te culpo por eso -lo interrumpió. Ya que había decidido hablar, hablaría-. Que el primer mensaje no te llegara fue culpa de ella. Y mía por no insistir en mi necesidad de hablar contigo. Llamé al médico y me dijo que tomara calmantes, volviera a la cama y descansara un rato. Lo hice y el dolor empeoró. No conocía a nadie en Jeju. Tu madre estaba con Donghae en Seul, Siwon estaba contigo en el Caribe. Estaba solo. Y asustado -el énfasis que dio a esa palabra afectó profundamente a Kyuhyun-. Volví a llamarte. Esa vez insistí en hablar contigo y te pasó la llamada... -se le aceleró el corazón; volvía a estar en esa habitación, sintiendo dolor y pánico-. Me preguntaste si sangraba y cuando dije que no, hablaste con el médico y decidiste que era un neurótico.

-Eso no es verdad. En ningún momento te acusé de neurosis -se defendió él. Sungmin ni lo oyó.

-Siempre te quejabas de que me costaba decirte lo que sentía. "Confía en mí", me dijiste, con esa voz seductora que utilizas siempre que quieres salirte con la tuya. Así que lo hice. Ese día puse toda mi confianza en ti. Te dije que creía que algo iba muy mal y que no me fiaba del médico. Te dije que tenía miedo. La primera y única vez que he admitido miedo ante nadie. Y tu respondiste desechando mi opinión y dando validez a la del médico. Volviste a tu reunión. Con el teléfono apagado.

Sungmin vio el momento exacto en el que Kyuhyun tomó conciencia del impacto de esa decisión. Su respiración se ralentizó y palideció un poco.

-Era un momento bastante malo...

-También era un momento bastante malo para mí -esa vez no iba a dejarle librarse-. Cuando dijiste: "Ahora tengo que irme, pero te llamaré después. No te preocupes, estarás bien", ¿cómo creías que iba a sentirme?

-Intentaba tranquilizarte.

-No, intentabas tranquilizarte tú. Necesitabas convencerte de que estaría bien, como justificación para no volver inmediatamente. Preferiste pensar que yo exageraba. No te planteaste una sola vez que nunca te había pedido nada. No pensaste en mí en absoluto, así que no me hables de amor. Incluso si no hubiera perdido al bebé, el que te pidiera ayuda cuando nunca te había llamado al trabajo, debería haber sido suficiente -barbotaba las palabras y los sentimientos sin control-. Dices que destrocé nuestro matrimonio al marcharme, pero fue tu vacía e inútil palmadita verbal la que hizo eso. Era la primera vez en mi vida que pedía ayuda a otra persona. Y me ignoraste. Y porque sentía pánico, porque no podía creer que hubieras hecho eso, llamé una vez más y habías apagado el teléfono.

-No me dijiste que te sentías así -Kyuhyun tenía la sensación de haber recibido una ráfaga de metralla en el cerebro

-Te lo estoy diciendo ahora. ¿Y sabes qué es lo peor? -le había costado abrirse, pero ya no podía parar- Como me había permitido depender de ti, durante un horrible minuto pensé que no podría apañarme sin tu ayuda. Tuve que recordarme que antes de que tú llegaras e insistieras en ser el macho protector, me apañaba de maravilla yo solito. Después de eso, me calmé y fui al hospital.

-¿Al hospital? -Kyuhyun frunció el ceño-. ¿Por qué?

-Porque ni mi médico ni mi esposo creían que algo iba mal. Por suerte, yo no pensaba igual - vio que los anchos hombros de Kyuhyun se tensaban. Allí de pie, desnudo, tendría que haber parecido vulnerable, pero él no sabía lo que era eso.

REGRESANDO A TU CORAZÓNWhere stories live. Discover now