Día 6

4.3K 466 58
                                    


El primer momento que sus manos se tocaron fue cuando ella se armó de valor para intervenir en la pelea entre el rubio y el futuro símbolo de la paz. Su mano sujetaba la de Katsuki con firmeza, había evitado que éste tomara del cuello de la camisa a Izuku, todos en el salón estaban sorprendidos ante el acto de la vicepresidenta, jamás esperaron que detuviera de esa forma al impulsivo Bakugou.

—Ya basta Bakugou-san —dijo Momo con semblante serio, Katsuki tenía un leve sonrojo puesto a que, nunca antes una chica le había tomado la mano, y la verdad era que la mano de esa mandona era muy suave y delicada pero tenía una fuerza increíble para haberlo detenido antes de darle una buena lección al nerd de Deku— Midoriya-san no le ha hecho nada más que halagarlo por su triunfo en el festival deportivo, no tiene el derecho de agredirlo y tampoco tiene porqué tratarlo mal. Estamos en una institución respetable donde estas escenas son mal vistas, sus diferencias dejenlas afuera de la escuela, por favor.

—Ya-Yaoyorozu-san —Deku temblaba un poco debido a la impresión, no creyó que podría ser defendido de esa forma.

—Tú no te metas cola de caballo, nuestros asuntos no son de tu incumbencia, deja de joderme y hazte a un lado —espetó furioso, su mirada destellaba ira y la de ella fuerza, no dejaría que una injusticia así fuese cometida, mucho menos antes de que el profesor llegara al salón.

—No —esas dos sílabas dejan estático al chico, no recordaba que alguna chica hubiese sido verdaderamente estúpida como para retarlo de esa forma—  Ahora sientese que Aizawa-sensei llegara en cualquier momento.

Antes de que pudiese protestar el maestro entró al salón haciendo que todos tomaran sus asientos. Bakugou rechinó los dientes, después de clases le dejaría en claro a la tonta chica que no se metiera más en sus asuntos.

.

.

.

La clase ha terminado, Momo ordena los resultados de los exámenes y los apila en una enorme fila, debía llevarlos al salón de maestros como un favor de su maestro, lastimosamente Tenya no pudo ayudarle debido a que Aizawa le había encargado otro trabajo en el salón de maestros, por lo que solamente se encontraba la azabache en el salón, los colores cálidos pasaban a través de la ventana indicando que el atardecer estaba comenzando. La puerta se abrió mostrando a Bakugou con sus manos en los bolsillos, Momo le dirige una mirada de confusión y lo ignora por completo volviendo a apilar más exámenes.

—Escucha cola de caballo, no te vuelvas a entrometer en mis asuntos con el puto nerd ¿entendiste? —su voz se alzaba a medida que su pecho parecía agitarse de la cólera. Momo respira lentamente y lo encara con la frente en alto, por muy intimidante que se viera él, ella no tenía porqué mostrarse con temor.

—Me meteré todo el tiempo que sea posible para que no dé una mala impresión de la clase Bakugou-san.

—No te metas dije.

—Lo haré. Hasta que deje de ser tan arrogante e impulsivo con Midoriya-san, pero conociéndolo eso tardara mucho.

—¡¿Qué dijiste?! —exclama encolerizado, se acerca a ella y en un movimiento rápido la toma de sus manos impidiéndole moverse. Yaoyorozu forcejea pero su intento es en vano, su corazón comienza a latir a medida que ve la cara de Katsuki acercarse cada vez más, sólo le queda cerrar sus ojos con fuerza e impresionarse al sentir el delicado roce de los labios del rubio en su oreja.

—No lo vuelvas a hacer ó te haré cenizas cola de caballo y a ninguno de los dos le gustaría que eso pasara ¿verdad? —susurra lentamente, como si fuese un secreto, Momo jadea su corazón va a mil al igual que el de Katsuki. Las manos del rubio se deslizan lentamente por las manos de Momo y vuelven a esconderse en sus bolsillos. La azabache queda sonrojada, pues había estado demasiado cerca para su gusto.

Katsuki sale casi huyendo del salón dejando a Momo sumamente pasmada por lo que había ocurrido, ninguno de los dos pensó estar así de cerca.

«A ninguno de los dos le gustaría que eso pasara ¿verdad?» ambos recordaban eso último con claridad, Bakugou maldecía por lo bajo, no podía creer que habia dicho algo así, no podía creer que había mostrado que le importaba y Momo tampoco creía que podía llegar a importarle al problemático del salón.

Creando explosiones | #BakuMomoWeekDonde viven las historias. Descúbrelo ahora