Continuación de: Enamorado de... ¿¡UN MORTAL!?
Al terminar con el enfrentamiento contra el plan cero humanos, Black desarrolló una nueva personalidad al enfrentarse con su rival y amado el kaio aprendiz de Gowuasu quien fue liberado del alma malign...
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Historia
Así fue como pudimos observarlos a lo lejos, no podíamos creerlo, estábamos a pocos metros de distancia, parecían tan felices juntos, fue una conmoción enorme, quisimos cerrar los ojos, estábamos convencidos de que no pasaba absolutamente nada, de que era un simple sueño, una ingrata alucinación. Al ver sus miradas fijadas en uno al otro, sus labios en un apasionado beso nunca pudimos asimilar lo que teníamos en frente, Shin en un columpio mientras Zamasu lo tomaba en el mencionado beso, Kibito y por supuesto yo, quedamos anonadados ante la escena, pero el supremo antepasado parecía tener una idea de que esto pasaría. Comentaba que al paso de los días el ambiente era relajante, era una sensación de felicidad al ver la estabilidad del planeta y por supuesto de todos quienes lo rodeaban, su felicidad estaba completa, por fin encontraba el sentido y a la persona que haría de sus ilusiones, una verdadera historia de amor, tal y como la de los humanos, se preguntaba como era posible entre mortales vivir y sentir tal cosa, mientras los mirábamos en actos tan bonitos como lo era tomarse de las manos, los sonrojos al tener a la persona que le atraía mirándome, como un beso llevaba a una cosa y a otra, como pasaban su vida juntos a pesar de los años, compartiendo gustos y adaptándose al otro sin ninguna dificultad, sin miedo, un sueño, un cuentacuentos, peleas, pero siempre una solución a base de un beso y la verdad, un amor que apuesta por la vida del otro, entre lágrimas de alegría y tristeza, un fuego que arde adentro, un remedio. Ese día parecía alargarse, pero aún así no queríamos armar un escándalo, miramos hacia abajo resignados, un tanto desconcertados sin saber que hacer o decir, dimos retirada, nos alejamos sin decir nada, no podíamos permitir algo como eso... El gran sacerdote Daishinkan... o Zemo-sama podrían eliminarlos, castigarlos, emitir un juicio, penalizarlo, o algo peor. Nosotros no fuimos creados para amar, no poseemos esos sentimientos de un Kaio a otro, o tal vez si, pero no se nos sería permitido, nuestra misión es crear vida con el poder que nos fue otorgado, pero desafiaron los límites, el corazón puro de Shin en conjunto al de Zamasu hacían un hermoso complemento, nadie lo negaba, entramos y debatimos mientras en esa gran ventana los mirábamos correr, saltar, jugar como unos niños. El tiempo pasaba y reiniciamos el convenio entre Shin-Jin para idear una estrategia para liderar paz en los universos, al ser amigos era más fácil, podíamos tener mucho más que compartir que solo opiniones. Así pasaron semanas y meses hasta que por otros medios vergonzosos de nuestra parte que fue el espionaje nos enteramos que... los dos comenzaron una relación, por fin lo habían logrado, pusimos trampas, constantemente creábamos obstáculos para sepáralos, siempre para generar celos y peleas tontas, en la tierra así sucedía, tan solo por inventar historias absurdas, pero Kai el kaioshin del universo 11 parecía tener amistades con ellos y se burlaron de nuestras estrategias fallidas, todos entendían menos nosotros, pero... poco a poco Zamasu al paso del tiempo se quedaba más tiempo conmigo, entrenaba, siempre me hacía un té delicioso, servicial como siempre; su meta final era tener poder para suplantarme algún día que optara por retirarme del cargo, esa también era mi decisión. Casi ya no pasaba tiempo con Shin, siempre estaba al servicio de su excelencia Gowuasu, todo era tan monótono que parecía agradarle cambiando su actitud a ser más fría, siempre en modo sabio, ya que desde joven era un excelente estudiante con un grado impresionante de intelecto, pero esta vez lo llevo a un extremo confuso:
