CAPÍTULO 8

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Admito que lloré con el capítulo mientras lo escribía, espero que os guste.


Mientras estábamos en el coche no nos dirigíamos la palabra por el bien de mi salud mental. No soportaba sus sermones o sus tonterías bobaliconas y ñoñas y él lo sabía, pero parecía empeñado en hacerme ver que mi lado de ver las cosas era el erróneo.

A él le faltaba información para saber las razones por las que me movía con ese tipo de filosofía, pero, por desgracia, ese secreto me lo llevaría a la tumba porque sabía bien lo que pasaba con la gente de alrededor cuando se enteraba que te estás muriendo.

Y tampoco deseaba pasar parte de mi corta vida dando explicaciones de lo que me sucedía; era un gasto idiota de tiempo que deseaba ahorrarme. Pero no era estúpida; el tiempo que me quedase quería que fuera de calidad con el menor umbral de dolor posible.

A pesar del silencio, la mirada de Nicolae era serena pero severa; estaba segura de que no estaba acostumbrado a una compañía tan ruidosa como yo, aunque Drogo no se quedaba atrás.

Y viendo la santa paciencia que se gastaba, estaba segura que había tenido años de práctica.

Suspiré pensando en la cita con el médico. Me prometí que desde la noche que fui diagnosticada, no volvería a pisar un hospital hasta que fuera irremediablemente necesario. Pero mis planes se vieron mermados por culpa de mi medicación caducada.

No había otra que aguantarse y soportar la mirada de comparecencia del doctor.

Tampoco dejé de pensar en mi hermana y lo que sintió al ver que no estaba en casa. Habían pasado unas semanas desde que me marché; solo esperaba que encontrase la nota y se rindiese a la idea de encontrarme.

Mi enfermedad no tenía cura y lo había aceptado, pero mi hermana no y por eso la abandoné. Cathy no entendía mi necesidad de sentirme normal, sentir que tenía dignidad y una vida normal y que no estaba perdiendo poco a poco mi vida.

Me fue doloroso dar el portazo final a mi pasado, pero era lo mejor para ambas. Quizás para muchos yo era egoísta porque no tenía en cuenta los sentimientos de Cathy, pero tampoco iba a ganarme las alas a estas alturas del partido.

Con cada día que mis ojos se abrían, un día más estaba más cerca de no volver a ver la luz del sol. Mis fuerzas últimamente estaban bajo mínimos, pero lo peor era que apenas podía fingir delante de los Bartholy por lo que tarde o temprano lo descubrirían y cuando eso pasara, me marcharía de allí como fuera, aunque la policía me persiguiera por cualquier parte del mundo.

Aunque no tenía la pulsera localizadora en el tobillo y eso era una ventaja de tiempo enorme.

Cuando miraba de reojo a Nicolae pensaba en mi yo del pasado y lo que hubiera pasado si lo hubiera conocido en otras circunstancias. Sé que me hubiera dejado amar con soltura y gusto; no sentiría miedo u asco por los besos; me sentiría reconfortada en sus dulces brazos.

Me replanteaba tantas cosas cuando lo miraba, cuando me enterraba profundamente en sus ojos grises. Intentaba no sonreír en su presencia, pero ese calor tan agradable que cosquilleaba mi estómago me hacía realmente difícil esa tarea.

Si me preguntaran donde me gustaría morir, me gustaría que fueran en los brazos de Nicolae, mirando la paz de aquellos ojos insondables que por seguro escondían grandes secretos, escuchar su voz y decirme princesa; sí, me gustó que me llamara princesa, porque, aunque no lo fuera, me hacía sentir especial que él lo viera en mí.

Titanium(Is It Love?Nicolae) #AwardsSubmarino2022 #CalliopeAwards2022Where stories live. Discover now